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Categoría: Varios

Fantaseando con mi cuñada

~~Hola
 me llamo Pepe. Tengo 32 años y aunque los años no pasan
 en balde todavía poseo algo de aquel cuerpo que se forjo en
 mis años mozos gracias al deporte. La historia que quiero contaros
 tiene que ver con mis cuñadas. Mi mujer Kika, tiene 3 hermanas
 y a cual mas hermosa. Sobre todo las dos pequeñas. Laura y
 Lucia rondan los 30 años y para mi están en lo mejor
 de la vida. Han pasado con nota la barrera de la 30 pues conservan
 todo el esplendor de su juventud pero con el glamour y la sensualidad
 que otorga la edad a toda mujer. Bien centrándonos en mis cuñadas
 os diré que el día que las conocí no me parecieron
 excevisamente atractivas pero es que por aquel entonces eran bastantes
 mojigatas y no sabían lucir sus esplendidos cuerpazos. Lucia,
 la pequeña, es castaña y tiene un cuerpo de modelo.
 Ronda como su hermana el 1,60 pero con unas curvas de vértigo,
 sobre todo sus pechos. Madre mía que pechos, parece dos pitones
 de un miura, siempre erectos y dejándose querer por los ojos
 de los de más. Tiene, como suele decirse, dos pechos de bandera,
 del tamaño justo, súper perfectos de forma, haciendo
 oídos sordos a la gravedad y de una suavidad y turgencia que
 quitan el hipo. ¡Y los pezones, esos pezones sonrosados que
 da gusto comérselos, pero eso viene mas tarde. Su culito es
 alto y respingo lo que le otorga unas piernas laguiiisimas que le
 hacen lucir las minifaldas de forma escandoladosa.
 De Laura diré que posee unos esplendidos pechazos con la típica
 forma de pera pero sin llegar a colgar, sino que se
 muestran tensos y desafiantes deseando ser recogidos por dos manos
 hábiles. Sus pezones son caso aparte. De color marrón
 café destacan hasta el descaro, pese a la piel morena de mi
 cuñada y su pezón de 2x2 es un manjar para cualquier
 boquita, incluso la de sus hermanas ; ). Su culazo, pues tiene tendencia
 a engordar por esa parte. Para nada esta gorda, no me malinterpretéis,
 ya que se cuida sobremanera, pero eso si, tiene unas cachas con la
 carne en su sitio y que da gusto agarrar. Como
 os decía no fue desde el principio que me fije en ellas, pero
 si que, mientras tonteaba con mi futura mujer, ellas se dejaban querer
 y no había pocos momentos de roces inexpertos y caricias casuales
 que, dicho sea de paso, me ponían a cien. De un tiempo a esta
 parte el morbo que me provocan es insufrible. Lucia, la pequeña,
 tiene todo el candor de la inexperiencia, pese a su edad avanzada.
 Pero tiene el fuego del volcán cuando se la motiva convenientemente.
 Y Laura, la recatada Laura, que apenas muestra en público un
 10% de sus encantos tiene reservas como para que el efecto invernadero
 sea como un simple mechero comparado con el calor que desprende su
 cuerpo en los momentos de excitación. Los
 primeros contactos, visuales eso si, comenzaron con los motivos que
 todos suponéis, que si la piscina, que si viaje a la playa
 y por supuesto, los probadores. Benditos probadores. En cierta ocasión
 andaba mi mujer pendiente de comprarse un bañador. Yo le aleccione
 que lo del monocuerpo estaba acabado y que era un desperdicio
 tirar ese cuerpo juvenil que Dios le ha otorgado bajo una prenda,
 que a mi forma de ver, afea a las mujeres. Así que rompió
 el tabú de su familia y se compro un bikini, y de verdad, ¡que
 cambio pega una mujer con bikini! Se resaltan sus pechos, su figura
 se estiliza, en definitiva, abajo con el bañador de toda la
 vida. Pues bien, mis cuñadas que vieron la jugada quisieron
 probar también. Y como no, pidieron consejo a mi mujer. Y a
 mi, desgraciado yo, me toco ir de compras con ellas. Pero no sabia
 que la cosa se iba a poner tal y como ocurrió al final. Después
 de mil vueltas por la tienda cada una entro al probador armada
 a conciencia con nosecuantos bikinis. Si bien al principio me quede
 un poco apartado, por aquello de guardar la compostura, las continuas
 llamadas de mi mujer para asesorarla me hicieron quedarme entre los
 dos probadores que ahora ocupaban. En uno mi mujer y en el otro mis
 dos cuñadas. Y estas, que se hallaban un tanto apretadas fueron
 poco a poco descuidando el tema de la cortinilla pidiendo consejo
 a mi mujer y ya de paso a mí. Ya os podéis figurar la
 situación, mis cuñadas prenda arriba, prenda abajo y
 cuñado, ¿qué tal me sienta? Y
 yo tentado de tirarme encima de las dos para demostrarles como me
 habían puesto el pene. El caso es que en una de la ocasiones
 la cortina quedo mas abierta de lo normal y para mi placer visual
 Laura quedo prácticamente en frente de mi punto de vista, el
 cual, a través del espejo me permitía ver un 60% del
 cuerpo de mi cuñada. Comenzó el fieston
 deslizando sus manos para desabotonar su actual sujetador. Como dos
 inmensas calabazas sus pechos saltaron al exterior y a mi se me doblaron
 las rodillas. Dios mío, esto no lo gusto. Continuo, siguiendo
 su divina figura, por acercar sus manos a ambos lados de su braguita
 y dulcemente se deshizo de esta prenda por lo que, por un lado, podía
 ver la mitad de su nalga y el comienzo de su divino conejito, oculto
 bajo una bien cuidad pelambrera, y por otro, en el espejo, podía
 observar sus dos turgentes pechos bamboleándose y pidiendo
 a gritos que alguien los cogiera al vuelo. Tal espectáculo
 me puso como para partir nueces con mi miembro y perdí de tal
 forma el sentido que no observe como ella se daba cuenta de mis furtivas
 miradas. Lejos de acomodar la cortinilla o de algo peor, siguió
 probándose el resto de prendas. Yo por si acaso me retire un
 tanto de mí puesto de observación y mi mujer termino
 de ponerme a cien ya que me metí en el probador con ella y
 no pude parar de acariciarla cada vez que esta descubría su
 cuerpo. No os he descrito a mi mujer pero también tiene un
 cuerpo muy bonito, delgado y sensual. Sus dulces peritas se paraban
 frente a mi boca de tanto en tanto y yo no dude en besar sus castaños
 pezones a lo que ella respondía con evasivas pero que a mi
 me parecían invitación a seguir. Por lo estrecho del
 tema tan solo pude dar gusto a mi situación pidiendo
 a mi mujer una buena y deliciosa mamada. ¡Como lo oís!
 Teniendo a mis cuñadas a la vuelta gocé como un bendito
 por los cuidados de mi mujer. No
 fue esta la última vez que pille a mis cuñadas dando
 vidilla a mi lívido. En otra ocasión mi cuñada
 Lucia se quedo a pasar unos días en nuestra casa. Mi mujer
 andaba algo cansada esa semana y se fue pronto a la cama un día
 de tantos. Quedamos Lucia y yo a solas. Mientras ella observaba no
 se que programa yo andaba jugueteando con mi cámara de video.
 Hasta el punto, que termine por conectarla a la tele y enseñarle
 las virguerías de la cámara a Lucia. Entre tanto, no
 dudaba en posar mi objetivo en su cuerpazo y hacer las pruebas de
 efectos y de más sobre sus encantos. Tengo que decir que era
 verano y mi cuñada vestía un pijama cortito, cortito,
 que de vez en cuando enseñaba sus encantadoras formas e incluso
 su lencería fina. En una de estas, y ella en actitud de pose
 se puso a cuatro patas sobre el sofá. Que escándalo
 de culo. El zoom de mi cámara no daba para más y le
 pude observar las lindas formas de los labios marcados sobre el pijama.
 Y yo a reventar una vez más. Siguieron las poses y o pude aguantar
 y tuve que despedirme por no violarla allí mismo. No sin antes
 darle las buenas noches, que me dejaron pero aun de lo que estaba,
 pues con la puerta entreabierta y a contraluz puede ver como se despojaba
 del sujetador sin recato alguno y puede observar por primera vez esos
 esplendidos pechos de diosa. La
 ocasión de degustar tan lindo manjar se presento una tarde
 que se me antojaba aburrida. Me había quedado solo en casa
 y mi mujer y mis cuñadas se habían ido todas de compras.
 Tenían pendiente comprar cada una el vestido para la boda de
 un amigo. Cual fue mi sorpresa cuando aparecieron todas en casa llenas
 de bolsas y dispuestas a verificar todo lo comprado. De momento me
 echaron de la habitación y yo me quede con las ganas de presenciar
 el espectáculo. Pero no estaba todo perdido. Mi mujer me llamo
 para comprobar como le quedaba su vestido. La verdad que estaba preciosa
 con ese corpiño que dejaba entrever sus deliciosos pechos.
 Pero no quedo ahí el tema., pues aprovechando comenzó
 a retocar el vestido a mis cuñadas e insistió en que
 yo me quedara. Mirad, a mi me iba dar algo. Tres hembras preciosas
 y todas a medio vestir, pues entre retoque y retoque se deslizaba
 la tirita de un vestido o la falda se deslizaba por no esta abotonada
 y dejaba entrever el comienzo de sus caderas y por supuesto sus adorables
 culos. Fue entonces cuando comenzó mi fantasía. Se
 me ocurrió sacarles algunas fotos para inmortalizarlas así
 de guapas. La coquetería femenina las hizo atreverse a posar
 para mí y esa fue su perdición. Se engalanaron las tres
 y allí, sobre la cama las iba dirigiendo cual profesional del
 medio de forma que al principio las posturas eran elegantes y glamoures
 y al final se fueron tornando en calientes y excitantes a mas no poder.
 Yo les decía:

 Lucia, Laura poneros de rodillas y mirando a la cámara.
 En
 esta postura, la gravedad de sus pechos hizo de las suyas y el corpiño
 de Laura se abrió sin remisión.

 Oyes Pepe que esa foto no salga de aquí.

 No te preocupes cuñada que de mi no saldrá.
 Mi
 mujer entro al quite.

 Pero no te la quedes, que te conozco.
 Yo
 vi la oportunidad y me lance al vació.

 Pues que pasa si me la quedo, tampoco es tan feo lo que he podido
 sacar.
 Mi
 mujer se la notaba molesta pero algo me decía que le estaba
 gustando el juego.

 Vamos Pepe deja de jugar y centrare en lo que estabamos.
 Y
 vaya si me centre.

 Bueno, pero sigo pensando que unos cuerpos como los vuestros merecerían
 un buen reportaje de fotos y seguro que quedaríais de lo mas
 sensual.
 Ya
 estaba lanzado, o me soltaban un desaire y la cosa acababa aquí
 o

 Bueno Kika, Lucia hablo, tampoco es para ponerse así. Además
 que Pepe nos ha visto miles de veces en bikini y viene a ser lo mismo
 que un sujetador.
 Yo
 seguía tirando del hilo.

 Y desde luego que lucía bien los bikinis. Sois la envidia
 de muchas mujeres. Lastima que no quisierais posar para mí.
 Os haría unas fotos de lo más excitantes. Pero seguro
 que no queréis y os cortáis.
 Ahora
 hablo Lucia, que como os he dicho, es bastante callada, pero me sorprendió
 en esta ocasión.

 Bueno, pues quien mejor que tu, que estamos en familia, para sacarnos
 unos fotos. Venga Laura ¿nos atrevemos?
 Mi
 mujer iba a comenzar a decir algo, pero se callo, y es que a ella
 empezaba a gustarle la experiencia.

 Bien empecemos, por lo siguiente, dejad caer un de los tirantes
 del vestido.
 El
 comienzo de uno de sus pechos apareció ante mí.

 No se, no se, queda un poco desigual. Mirad, quitaros el sujetador,
 dejad caer las dos tiras del vestido y sujetaros las copas del vestido
 con las manos.
 Ahí
 las tenia, sosteniendo con sus manos la prenda pero tocando sus pechos.
 Aquel roce era premeditado por mi parte y las fui iniciando en su
 excitación.

 Para la siguiente debéis sentaros en la cama, abriros de
 piernas y dejar caer el vestido entre ellas.
 Las
 piernas de todas comenzaron a aparecer y mi sorpresa fue tremenda
 pues todas vestían medias de encaje que ahora resaltaban sobre
 el blanco de sus muslos.

 Estupendo, las anime, En esta ocasión, poneros en fila, pero
 sujetando el vestido de la siguiente con vuestras manos.
 Por
 supuesto que las manos se posaron sobre los pechos, con lo que su
 roce iba aumentando.
 Tire
 la casa por la ventana y decidí atacar a conciencia.

 Quitaos la parte alta del vestido.
 Lucia
 se quejo.

 El mío es de una sola pieza.

 bueno, atine a decir, eso que llevas de delantera a las de más.
 Ahora
 las tres me presentaban el torso desnudo, ocultaban sus pechos con
 sus manos y en el caso de Lucia, me mostraba su combinación
 trasparente, que me dejaba ver el triangulo de su tanga a juego con
 las medias de encaje. Guaaaauua.

 Bien, volved a la postura de fila y sujetad los pechos de la siguiente.
 Con
 un poco de corte recogieron los pechos de la siguiente y la que encabezaba
 la fila, en este caso mi mujer poso sus manos sobre sus caderas.

 Ahora quiero que os arrodilléis de espaldas a mí y
 levantéis vuestra falta y combinación.
 Aceptaron
 sin rechistar por lo que entendí que estaban tan excitadas
 como yo. Pero preferí seguir el juego un poco más.

 Quiero que os pongáis de cara a mí, con los pechos
 al aire y con una mano metida en vuestra braguita.
 Laura
 hablo

 Pero, pero
 Ya
 no le salían las palabras. Viendo que sus hermanas hacían
 lo que les pedía, ella accedió también.
 Los
 jugos internos, manchaban sus tangas y ahora sus pechos se balanceaban
 delante de mi objetivo. Y también se balanceaba en mi pantalón
 el tremendo valentón que por aquel entonces ya tenia.
 Por
 ultimo, les pedí que se bajasen lentamente sus braguitas y
 ocultasen con sus manos los labios de sus hermanas. Su excitación
 era ya mayúscula y los toqueteos se prolongaban más
 allá de mis peticiones.
 Para ellas también era una experiencia única pues nunca
 había ni siquiera imaginado que una experiencia lésbica
 las condujese a las tres hermanas a tan tremendo calentón.
 Mi
 mujer, ya casi fuera de si, se adelanto y me agarro al paquete.

 Me parece que aquí alguien se esta poniendo muy malito. Por
 que no hacemos alguna foto nosotras también.
 Como
 lo oís, pasaron al contraataque y yo de mil amores fui sucumbiendo
 a sus deseos hasta que una de mis cuñadas, sin ningún
 rubor, me cogio el aparato y lo libero de su prisión. En mi
 vida había estado tan caliente. Mi mujer haciendo fotos sin
 parar y yo al agua que querían mis cuñadas Eran un completo
 muñeco en sus manos.
 Mi
 mujer las animo.

 Venga dadle una buen repaso a ese miembro.
 Ellas
 se cortaron algo pues no les iba (de momento) lo de mamarsela a un
 tío. Mi mujer dejo la cámara por un momento y cual profesora
 de ciencias les fue instruyendo. Yo estaba que me volvía loco.
 Las tres pasando sus lenguas alternativamente por mi capullo.
 Ya
 no pude más y agarre por la cintura a mis dos cuñadas.
 Mis manos fueron subiendo por sus caderas mientras les atizaba un
 morreo digno de película. Alcance sendos pechos y comprobé
 cual manjar el sabor de sus pezones. Mis cuñadas comenzaron
 a suspirar y yo me lance a recorrer uno y otro seno, para continuar
 camino de su monte de Venus. Ambas dieron un respingo, pues tampoco
 estaban abiertas a estos juegos pero se dejaron hacer. Para incorporar
 a mi mujer le anime a que chupara el coñito de Lucia mientras
 yo me ocupaba de Laura. Para mi sorpresa, mi mujer no puso reparos
 y se abalanzó a darle lengua a la fruta de la pasión.
 Locos
 de frenesí mi verga no aguantaba más y necesita ser
 clavada en algún hoyo. Comencé por probar con Laura
 y su conejito me absorbió la verga hasta los huevos. Madre
 mía que calor tenia esta chica en su interior. Me estaba abrasando.
 Tras varios empellones logre llevar al orgasmo a Laura que ya estaba
 sobreexcitada por los juegos anteriores.
 Probé
 ahora con Lucia que andaba loca de gusto por las lamidas de mi mujer.
 Me tumbe boca arriba en la cama y cual pincho moruno me la cabalgue
 encima haciendo que mi mujer se pusiera a horcajadas sobre mi cabeza
 pegándole un repaso a sus jugos que ahora manaban que daba
 gusto. Aproveche que también Lucia se corrió casi de
 inmediato para lubricar el ano de mi mujer y tras ponerla a cuatro
 patas le hundí, primero poco a poco, y luego con energía
 y pasión todo mi miembro. Los gritos de placer me hicieron
 llegar al éxtasis y tras extraerla del culo me corrí
 salvajemente mojando la espalda de mi mujer.
 Al
 darme la vuelta, observe que mis cuñadas habían retomado
 los juegos al vernos hacer el amor. Ahora era Laura la que disfrutaba
 de la tremenda lamida que Lucia le hacia de su coñito. Para
 mas excitación le fue metiendo uno, dos y hasta tres dedos
 dentro de su coño. Yo por aquel entonces, y ante tan tremendo
 espectáculo estaba más que repuesto y decidí
 desvirgar a mis dos cuñadas por sus sendos culos.
 Mientras Lucia lamía el coñito e Laura, mi mujer hizo
 lo suyo con el de Lucia. Ya las tenía excitadas a la dos por
 lo que las ordene que se inclinaran sobre la cama ofreciéndome
 su lindo culo. Mi mujer volvió a coger la cámara pues
 quería guardar este momento.
 Yo
 ensalive convenientemente la entrada de ambas a lo que ellas reaccionaron
 en primer momento reticentes:

 Pepe, hablo Laura, por favor, por ahí no que seguro que duele
 bastante.
 Yo
 en estas ya tenía un dedo metido en el culo de Lucia que ya
 no atinaba a decir nada.

 Vamos Laura comenzare por tu hermana.
 Tras
 apuntar mi capullo ensarte de una sola sacudida toda la punta. El
 grito de placer/dolor de Lucia hizo estremecer a Laura. Pero antes
 de que se arrepintiera, me chupe un dedo y se lo fui metiendo poco
 a poco.
 El placer extraño le hizo reaccionar.

 Si, que bueno, por favor sigue
 Yo
 entretanto había seguido con mi propósito y Lucia ya
 tenia media verga dentro de si. El dolor fue dejando paso al disfrute
 y mi otra mano fue dándole masajes alternados a sus pechos
 y su clítoris.
 Finalmente
 empuje hasta el fondo y comencé a un ritmo considerable a romper
 el culo de mi cuñada.
 Antes de que me viniese el orgasmo logre acariciando el clítoris
 que Lucia llegase a disfrutar de la enculada y a casi derrumbarse
 pues le fallaron las piernas y cayo redonda sobre la cama.
 Recogí
 el testigo de Laura y teniendo ya dos dedos en su culo le metí
 de un solo empujón todo mi miembro. Casi se corre de solo notar
 el contacto. Con unas cuantas sacudidas alcanzo, según me dijo,
 un órgano de lo más extraño pero superbueno.
 Como
 no quería dejar a mi mujer de miranda, coji la cámara
 y me puse boca arriba sobre la cama. Mi mujer se puso encima pero
 se la metió por el culo que ya tenía mas hecho a estas
 embestidas. Mientras yo empujaba desde abajo ella se frotaba el clítoris
 y yo aprovechaba para sacar unas fotos con sus pechos bamboleándose
 que daba gusto verlos. De la sacudida que me recorrió el cuerpo,
 casi tiro la cámara al suelo. Mi mujer se descabalgo y siguió
 su frotamiento hasta alcanzar el orgasmo casi a continuación
 del mío.
 Ni
 que decir tiene que la experiencia nos dejo extenuados a los tres
 y que apenas comentamos nada después de esto. Eso si, siempre
 me quedaran las fotos para recordar estos momentos

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
  • Media: 5
  • Votos: 1
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1909
  • Valoración:
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