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Facturación por el culo

~~Esto aconteció hace unos años, yo siempre veía pasar alrededor de las dos por mi casa de Huelva, una chica de unos dieciséis años, que volvía del instituto, pues vivía en el piso contiguo al mío. Ella tenía una cara muy bella, el pelo largo y el uniforme del centro, que le quedaba muy bien y mostraba las curvas hermosas, la falda era tableada, tipo escocesa, y la camisa blanca, algo apretada. De tanto cruzarnos, empezó a saludarme, se dio cuenta que éramos vecinos y que yo la miraba más de lo normal, llegué incluso a sacarle algunas fotos desde una ventana. Llegado un día, la casualidad se alió conmigo, estaba solo hasta la noche en casa, y la vi a ella en la puerta de su casa, con cara de preocupación, me acerqué a ella, y le pregunté por lo que le pasaba, respondió que no tenía las llaves para entrar pues se le olvidaron, y que su madre no venía hasta la tarde. No perdí el tiempo, y le dije que esperara en mi casa, para no quedarse en la calle, dudó un poco, pero terminó accediendo. Entramos en mi portal, caminaba delante de mí, miraba su pelo rubio largo y la cintura tan estrecha, subió unos escalones y yo disimuladamente le miraba las piernas fabulosas. Me dijo que se llamaba Patricia, por lo que ya sabía algo más de ella.
 Llegamos a mi casa, y me dirigí a sentarme al sofá, puse la televisión, y la invité a sentarse, respondió que ahora, mientras inspeccionaba un poco el salón, no podía parar de mirarla, tenía una piel tan suave y tensa. Se dirigía a sentarse en el sofá, cuando vio unas revistas y fue a coger una, se agachó y quedó al descubierto su culo espléndido tapado por unas braguitas blancas, era más perfecto de lo que imaginaba, el ver las piernas con las medias azules hasta la rodilla y la falda que no podía tapar sus bragas, me excitó muchísimo, pegué un salto, y me acerqué hasta ella, suavemente me coloqué detrás mientras ella seguía agachada, seguro que sintió mi erección, la cual estaba descontrolada, pero disimuló y se levantó.
 Fui a por un vaso de agua a la cocina, y cuando regresé, Patricia estaba apoyada sobre la mesa mirando una revista, sus piernas eran perfectas y verla de este modo era una invitación a cogerla. Me acerqué, le puse mis manos en la cinturita, y le arrimé mi polla a su culo, y ella rápidamente se incomodó, preguntándome por lo que hacía, yo hice más presión para que sintiera más mi pene, empujándola fuertemente contra la mesa, una mano sujetaba su cuerpo contra la mesa, y con la otra empecé a levantarle su falda, ver el culo abierto me puso como loco. La tranquilicé, y le empecé a decir que estuviera tranquila, que le iba a gustar, le quité las bragas, y toqué su vagina diminuta, mis dedos jugaban con sus labios y a ella se le empezó a cortar la voz. Patricia decía que tenía miedo, que nunca lo hizo, yo le repliqué que no se preocupara, que la iba a tratar bien, mientras con mi mano le metía un dedo en la vagina. Posteriormente, con ambas manos, tomé su culito y me agaché para besárselo, tenía un pequeño ano cerradito, metí la lengua en sus labios vaginales y estaba cada vez más excitada. Mi excitación estaba a tope, y la de ella seguía aumentando, momento que aproveché para decirle que iba a penetrarla, que separara un poquito las piernas. Cuando separó las piernas, me bajé los pantalones y saqué mi polla, le apoyé la cabeza en su vaginita, y ella me dijo que parara, que quería seguir siendo virgen, yo le insistí, pero ella se negaba, pues decía que no podía perder aun la virginidad, que sus padres la matarían.
 Tras varias veces de insistir, cedí, y le dije que estaba bien, que no la iba a desvirgar, pero que si se la iba meter por el culito. Ella me dijo que estaba loco, la tomé de la cintura y miré desde arriba su culo perfecto, acaricié un poco su vagina, a la vez que lubricaba con saliva su ano. Separé sus cachetes del culo con mis manos y le acaricié con mis pulgares el ano, Patricia miró hacia atrás y ya sabedora, de que si no quería tocar su vagina tenía que entregar su culo, me dijo que estaba loco que le iba a partir el culo, le respondí que ya veríamos, y le acerqué mi verga a su culo, e hice un poco de presión, parecía cerrado y muy diminuto, pero poco a poco su ano se fue dilatando, así que la cogí de la cintura y empecé a traerla hacia mí, entrar a ese culo era celestial, cada centímetro que penetraba era una gozada, Patricia gritaba como loca de dolor. Pasados unos instantes, el culito de mi vecina estaba penetrado y abierto por completo, llegué a introducírsela hasta el fondo, ella estaba inmóvil, dolorida, gritaba que no me moviera. Esto me excitaba aún más y se la saqué lentamente, para posteriormente metérsela nuevamente, lubricándola con saliva a cada momento, hasta que sus quejas disminuyeron, y la penetración se hacia más cómoda, fue cuando comencé a bombearla, escuchándose el ruido que hacían sus cachetes contra mi cintura, con mis manos la traía contra mi cuerpo, se la enterraba bien adentro, estaba en una nube, no podía creer lo que le estaba haciendo al culo de mi vecina. Yo estaba como loco, la taladraba cada vez más duramente y ella no se quejaba apenas, e incluso empezaba a disfrutar, era delicioso sentir mi polla dentro de ese estrecho culito, se notaba que aunque aun virgen, era de las adelantaditas de su clase, iba a ser una buena futura putita. Empecé a sentir que me iba, así que cuando ya no aguantaba más, la agarré de la cintura, la aferré a mí, y descargué toda mi leche, llenándole por completo su culo, ella gemía como una perra y tenía un orgasmo increíble, estaba disfrutando de la situación. Tenía toda su vagina mojada de sus propios jugos, que a la vez bañaban su rajita, estaba muy excitada, no hablaba, solo respiraba fuerte y gemía. Mi pene casi ni bajó, así que decidí seguir dándole un rato más, quería romperle totalmente el culo, dejar mi huella, la seguí penetrando por un gran espacio, ella se corrió varias veces, era su primera experiencia sexual seria, y eso hacia que las corridas fueran fáciles. Transcurridos bastantes minutos, y después de penetrarla de varias formas, le acabé nuevamente dentro, Patricia estaba entregada totalmente, su ano estaba cada vez más dilatado. Cuando le saqué la polla vi que tenía sangre en su ano, algún daño pequeño se le había causado, ella se quedó tirada en la misma posición sobre la mesa, boca abajo, no tenía fuerza ni para moverse, yo me senté y le dije que se veía hermoso su culo roto, penetrado hasta el fondo, veía su ano lastimado y yo era muy feliz, ella ni me respondía, estaba extenuada. Yo estaba muy contento, le había reventado el culo a la nena de 16 añitos que veía todo los días, y había sido magnifico.
 Tras descansar un poco almorzamos algo, ella se sentó de lado, porque decía que el culo le molestaba, y después ella se fue, no sin antes decirme que la cosa había estado al final muy bien, me felicitó por ser el primero en estrenar su culo, pero que ni soñara en desvirgarla, lo que me dejó muy excitado.

Datos del Relato
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