Llamé a Noemy, una amiga del instituto para quedar con ella, desde hace mucho tiempo somos muy muy amigas y siempre contamos la una con la otra. Hace unos días por la noche, decidí invitarla a mi casa para pasar una noche de chicas, a media noche entró en mi habitación y se puso a rebuscar entre mis bragas probándose algunas de ellas, mas tarde, cuando subí hacía mi habitación, me encontré por sorpresa a Noemy con mis bragas puesta y con otras tantas en la cama, me apoyé en la mesita de noche observándola como se ajustaba las bragas mientras negaba con la cabeza sobre lo que estaba viendo encendí la lámpara que tengo en la mesita de noche pillando a Noemy de lleno, nada más encenderla se canteó sorprendida ante la cazada mientras me preguntaba que hacía allí, sonriéndole le dije que era mi habitación y que la verdadera pregunta era que estaba haciendo ella en mi habitación, nos sentamos en la cama, Noemy me pidió perdón por la intrusión confesando que le ponía muy cachonda pero que era imposible que ambas sintiéramos lo mismo, mientras se levantaba, la agarré del brazo le cogí del cordón del vestido y me lo iba relienda y desenredando mientras le decía ¿y si tu y yo tuviéramos una aventura? Me acomodé en la cama mientras me subía ligeramente la falda, me puse de pie y me fui levantando la falda lentamente mostrándole las bragas a Noemy así que antes de que me las pudiera coger se las aparté diciéndole que se acercara para besarme, me quité las sandalias con plataforma y Noemy me mostró las bragas que llevaba así que sin pensármelo le dije que se pusiera a de rodillas azotándole el culo mientras se quitaba la blusa. Le quité las bragas y acto seguido se las metí en la boca mientras le comía su coño rasurado comencé metiéndole dos dedos por el coño y posteriormente las bragas. Más tarde volví a metérselas en la boca y proseguí a comerle el coño mientras ésta gemía placenteramente, se me ocurrió hacer la tijera con Noemy excitándonos la una a la otra aunque era cierto que me ponía muy cachonda. Me puse encima, Noemy empezó a comerme el coño poniéndome cada vez mas y mas cachonda, gemía locamente de placer y era inevitable hasta tal punto que no aguantaba mas de placer, fundiéndonos en un largo beso.