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Actualmente tengo 24 años y cuando tuve esta experiencia tenía 22.
Todo empezó cuando yo me moría de ganas de conocer a alguien vía online, probé muchísimas páginas distintas y después de darme cuenta que muchas de ellas son estafa al fin encontré una un poco "aceptable".
En esta yo abría chat a todas las mujeres que encontraba, una tras otra y esperaba si alguna me contestaba.
Al final encontré una que me agradó chatear con ella y empezamos a hablar un poquitín más, casi a diario hasta que decidimos intercambiar números de teléfono para poder hablar por whats.
En cosa de 4 o 5 días ya estábamos mandándonos fotos desnudos, al principio ella se cortaba un poco pero pasado un poco ya empezó a mandarme fotos de sus tangas, sostenes y demás.
Ella tenía 38 años por lo que casi me doblaba la edad, pero a ninguno de los dos nos importaba. Ella básicamente buscaba alguien que le pudiera dar lo que estaba buscando y a mi me daba mucho morbo acostarme con una madurita.
En aquél entonces yo compartía piso con dos compañeros de trabajo por lo que ya no vivía en casa de mis padres y por mi suerte, ella tenía un empleo que solía viajar por todo el país cada semana.
Pues bien, después de que cada día nuestras conversaciones subían cada vez más de tono, decidimos vernos. Ella viajaba hacia Francia y hizo una parada técnica para conocernos
Nunca habíamos hablado por teléfono por lo que nuestro encuentro era bastante vergonzoso para los dos. Quizás para gente que esté acostumbrada a hacer este tipo de encuentros es algo normal, pero era el primero para nosotros y la verdad es que se notaba algo de tensión, (tanto sexual como vergonzosa).
Antes de contaros nada de la cita os la voy a describir. Ella es morena, como ya he dicho tenía 38 años y ya había sido madre. Su pecho no era muy abundante, una 85/90 me quedaba con su culo que todavía lo tenía bastante bien puesto.
Cuando la vi por primera vez llevaba una camiseta sin sostén de leopardo (digo sin sostén para que os imaginéis hasta que punto se le marcaban los pezones....) y unos tejanos bastante rapados y el pelo recogido en un moño.
Yo iba en moto, cuando estaba a un minuto del punto de encuentro me temblaba todo el cuerpo. Deseaba que llegara ya el momento de conocerla para poder romper el hielo y empezar a charlar como dos personas normales sin estar inhibidas por la vergüenza.
A ella la llamaremos M y a mi me llamaremos T:
- Hola M
- Hola soy M encantada.
- Yo soy T encantado. Que guapa que vas.
- Te gusta? Me arreglé para ti. -Ese comentario me mató, incluso me quedé parado como un segundo, tenía que responder rápido.
- Me encanta , vamos a cenar?
- Claro, tengo hambre. Dónde vamos? Eres tú quien conoce sitios aquí.
Como he dicho iba en moto y llevaba un casco para ella. M dejó el coche aparcado y fuimos con mi moto. Nada más salir ella se agarró bien a mi cintura aprovechándose un poco.
Cuando llegamos al restaurante lo primero que pedimos fue cerveza, para desinhibirnos un poco. Nos bebimos unas 3 cañas aprox. cada uno mientras comíamos un frankfurt con unas bravas.
Estuvimos como una hora y pico charlando y ya bastante cómodos el uno con el otro.
- Ohh me quedé lleno, tu como estás? -dije yo
- Estoy llena pero todavía me cabe algo más -me dijo en voz bajita
- Si quieres podemos ir a mi piso a ver una peli y a tomar algo. -tanto ella como yo sabíamos a lo que íbamos pero los dos hacíamos como si no sabíamos nada. Mis compañeros de piso estaban trabajando los dos.
- Antes debería pasar un momento por mi coche.
- Sin problemas, pago y nos vamos? -dije yo
Ella aceptó y mientras yo pagaba como buen caballero ella fue al baño.
Nos subimos a la moto y fuimos donde tenía su coche aparcado. Ella lo abrió y fue a coger algo en los asientos de atrás. Solo entró medio cuerpo y me dejó el culo en pompa enseñándome su ropa interior, un buen tanga de hilo rojo. Se le veía como mínimo cuatro dedos. Yo ya no sabía donde meterme, no estaba acostumbrado a tener una cita a ciegas y que se me insinuaran de esta manera.
Cogimos la moto y fuimos para mi piso, de camino ya no me agarraba solo de la cintura sino que sus manos se iban un poco para mi paquete, que ya empezaba a coger un poco de forma.
Cuando llegamos le enseñé el piso por encima y ella se quedó en el baño. Antes de entrar me guiñó el ojo y yo fui para la sala. Me abrí otra cerveza y dejé otra preparada para ella.
Cuando salió le vi un poco más contenta de lo normal, pero no le di importancia en ese mismo momento.
Se sentó a mi lado y la noté un poco incómoda sentada, notaba como que no terminaba de coger la postura sentada y eso que estábamos en el sofá y era bastante blando.
Puso la espalda recta y se deshizo ese moño que llevaba enseñándome su larga melena.
- Que pelazo tan largo. -la intenté piropear
- Gracias. -dijo ella.
Cuando terminó de jugar con su pelo nos quedamos mirando como cuatro segundos y supe que era mi oportunidad. Nos besamos. Nos estuvimos besando como unos veinte segundos sin separar nuestros labios.
Terminamos nuestro beso y le dije que tenía su cerveza preparada, la abrió y le dio un buen sorbo. Nos encendimos un cigarro los dos. Ahora ya estábamos pegadísimos el uno al otro.
Su mano empezó a bajar hacia mi paquete y yo le baje un poco la camiseta sacando sus pechos al descubierto, ella sonrió.
- Me encantan. -dije
- He soñado con este momento desde hace mucho tiempo, son todo tuyos. Cómelos tanto como desees. -dijo M.
Estábamos sentados uno al lado del otro, ella a la mi izquierda por lo que su pezón derecho quedaba justo a la altura de mi boca.
Empecé a comerle el pezón derecho como si no hubiera comido desde hace tres días, con mi mano derecha le masajeaba su teta derecha e iba escuchando como ella iba soltando gemidos a la vez que bebía otro buen trago de cerveza y otra calada a su cigarro.
Se acomodó un poco y con su mano izquierda tocaba mi paquete, su brazo derecho ahora me rodeaba.
- MMMMmmm, es tal cual lo me lo imaginé en las fotos que me mandabas.
- Como lo sabes si todavía no los has visto? -dije yo
- Puedo? -preguntó ella abriéndome la bragueta del pantalón.
- La miré fijamente a los ojos y no le respondí. Seguí chupando su pezón derecho que a estas horas ya estaba más duro incluso que mi polla.
Ella procedió sacando mi polla fuera y la empezo a tocarla poquito a poquito.
- Vamos para la habitación? -dijo ella
Yo de nuevo no respondí, me levanté y la guié para mi habitación con ella cogida de la mano detrás mío.
Cuando chateábamos por whats ella me confesó que le gusta que la dominen, que le gusta que la manden.
Llegamos a la habitación y le ordené:
- Desnúdate
Ella se quitó la camiseta por encima de la cabeza y vino hacia mí.
- Toda -ordené yo.
- Y tú? -dijo llevándose un dedo en la boca.
- Desnúdate -le ordené
Sabía que aunque estuviera tensando la cuerda para nuestro primer encuentro eso a ella le ponía mucho.
Se empezó a quitar el cinturón sin dejar de mirarme.
Cuando terminó se empezó a desabrochar el pantalón mordiéndose el labio inferior -como me ponía que hiciera eso-.
- Ayúdame. -dijo M
Fui hacia ella y la tumbé en la cama muy despacito, muy delicado, romántico incluso. Ella levantó el culo y empecé a quitar sus pantalones bien despacito sin perder detalle de su coñito bien depilado en ese tanga rojo transparente.
- Te gusta? -dijo ella. -Lo compré especialmente para ti.
- Me encanta pero no creo que te dure mucho...
- Mejor, hay una sorpresa debajo. -dijo M...
Ahí ya si que no sabía que pensar, necesitaba un trago de algo para superar toda esa cantidad de emociones y excitación y no correrme al cabo de diez segundos.
Le saqué el pantalón y ella quedo boca arriba solo con el tanga rojo transparente puesto. Se dio la vuelta, se puso en cuatro y me dijo:
- No prefieres sacar una foto en directo? -dijo ella.
Yo no podía creer esto que me estaba pasando y saqué el móvil para sacar mas de una foto a ese culazo.
- Y tu no te desnudarás? -me pregunto M
Yo me la quedé mirando, levanté mis brazos hacia arriba y le dije:
- Me ayudas?
Ella se dio la vuelta en la cama y vino hacia a mi en cuatro en plan gatita feroz. Mi paquete ya me iba a explotar dentro del pantalón.
Se puso enfrente mía y empezó a besarme con mucha pasión, se le notaba bastante caliente ya, casi más que yo. Me empezó a quitar la camiseta pero muy poco a poco, para no tener que separar sus labios de los míos.
En cuanto me quitó la camiseta empezó a tocarme por el pecho, espalda...cuando llegó al abdomen no se detuvo y en un abrir y cerrar de ojos tenía su mano en mi paquete.
Se puso en cuclillas y me empezó a bajar el pantalón y los calzoncillos, me lo bajó todo junto. Se notaba que estaba muy caliente y no aguantaba más.
En cuanto mi paquete todo empalmado ya salió al aire libre ella se lo metió en la boca, yo todavía tenía mis pantalones por los tobillos. Tuve que frenarla un poco y pedirla que como mínimo me desnudara para yo poder estar cómodo pero ella me miró con mi pene en la boca y me lo negó con su cabeza.
La dejé chupando como 2 o 3 minutos y la verdad es que estaba disfrutando muchísimo, demasiado seguramente, tenía que frenarlo de alguna manera.
Me retiré para atrás pero ella seguía amarrada a mi polla como si le estuviera quitando el biberón a un bebé, tuve que frenarla sujetándole la cabeza.
- Quiero que te corras ahora, la noche es larga. -dijo M
- Dónde quieres que me corra? -dije yo
Ella abrió la boca y se la metió otra vez dentro, esta vez más profunda. Cabe decir que yo no tengo un pollón pero si calzo mis 19 cms. Ella hacia esfuerzos para meterla toda adentro aunque eso le costara unas cuantas arcadas. En cuestión de un par de minutos ya la tenía toda adentro y no paraba de mover la lengua en el interior.
Cuando la sacaba cogía aire y se la metía toda dentro otra vez, ahora ya de golpe. Parecía que su mandíbula se había acostumbrado al tamaño de mi polla.
- Quiero correrme M. -dije
Ella se la sacó de la boca y me dijo:
- Y que estás esperando?
En cuanto me dijo eso la cogí por la cabeza y me empecé a correr. Solté una buena cantidad de semen y pude apreciar como ella iba tragando a medida que iba soltando chorros. Cuando terminé ella abrió la boca y me la enseñó bien limpia, la tía se lo había tragado todo, esto es un sueño -pensé yo.
- Te ha gustado?? -le pregunté
- Tu polla sigue dura, no te quedaste agusto? -dijo M
- La noche es larga, no? Ya quieres marcharte?
- De eso nada, aquí no se va nadie hasta que no me hayas dado mi buena ración de polla, esto ha sido solo el comienzo para que no te me corras rápido y me dejes a mitad de un orgasmo.
Me ayudó a quitarme los pantalones y se puso otra vez en cuatro encima la cama.
- Ven, tengo algo para enseñarte -dijo ella
Yo obedecí, aunque sabía que a ella le gustaba ser sumisa y a mi el papel de amo, parecía como si los papeles ahora estuvieran cambiados.
- Quítame el tanga. -ordenó.
Yo obedecí de nuevo, sin mediar palabra, solo hacía caso a sus órdenes.
Cuando le quité su tanga y me fije en sus partes íntimas me quedé de piedra...
La tía llevaba unas bolas chinas metidas en su coño!!!!!
- Te gusta? Me las metí antes cuando fui al baño. -dijo ella
- Me encantan...pero creo que ahora necesitas otra cosa aqui adentro no crees? -intenté seguir su juego de provocación
- Ah si? Tu que crees que necesito ahora?
De nuevo no le contesté y empecé a hacer algo que ella me dijo que le gustaba mucho y a mi me encantaba. Puse mi boca entre sus nalgas y empecé a pasar mi lengua por su ano, ella empezó a jadear. Empecé a tirar del hilito de las bolas pero no las sacaba, solo jugaba con ellas para que sintiera el movimiento. Ella se llevó una mano a su clítoris y le di un buen cachete como castigo, captó el mensaje y soltó un gemido.
Yo tenia mi polla dura dura otra vez y M estaba en la cama en cuatro.
- Quítame las bolas y méteme tu polla por favor -suplicó M.
Yo me moría de ganas de obedecer, de quitarle las bolas y follármela bien duro pero me tuve que aguantar, quería que primero ella tuviera un orgasmo.
- Te quitaré las bolas pero todavía no te la voy a meter. -apunté
- Métemela -suplicó
Le quité las bolas de su coño pero lo hice de una manera especial, con mi boca. Agarré el hilo de las bolas con mi boca y empecé a tirar de él. Muy poquito a poquito y a la vez le metí mi dedo índice por el agujero de su culo. Quería sentir como las bolas salían de su coño. Al principio ella se puso tensa por que no se lo esperaba pero enseguida noté como ella misma aliviaba la presión que ejercía su culo en mi dedo.
- Diossss por favor deja que me masturbe ya no aguanto más -me suplicó de nuevo
Como castigo le di otro cachete en el culo, más fuerte que el anterior. Ella soltó otro gemido, esta vez mezclado entre dolor y placer, notaba que le gustaba que le azotara.
Con mi dedo índice en su culito hice presión hacia las paredes de su coño y empecé a tirar de las bolas hacia fuera con mi boca poquito a poquito, ella no paraba de gemir.
Cuando conseguí sacar las bolas chinas de su coño le metí inmediatamente dos dedos, ella soltó otro gemido, esta vez más grande que los otros. Con mi dedo pulgar ahora le frotaba el clítoris y le seguía chupando su culito. Ahora sí, quería que se corriera.
- Oh dios que gusto -dijo ella
- Te gusta? -pregunté
- Me encanta, por favor no pares, por lo que más quieras no pares -dijo ella mientras con una mano se estaba tocando su pezón izquierdo.
- Puedo meterte un dedito en el culito? -aunque ya le había metido uno, ahora quería escuchar su respuesta.
- Hazme lo que quieras pero no pares!! -exclamó ella.
Cuando iba a meterle un dedo en el culito ella empezo a chillar.
- Me corro!! Me corrro!!!!! no paressssss!!!!!!!!
M se empezó a correr como yo todavía no había visto en mi vida, soltó mucho flujo, mucho. Dejó todas las sábanas empapadas. Fui hacia ella con mi mano empapada y le lamí delante de ella, me hubiera gustado que se hubiera corrido en mi cara.
- Déjame un poco a mi también no? -pidió M
- Toma -le alcancé mi mano a su boca y ella también la lamió. -Ahora estaba tumbada en la cama boca abajo, después del megacorridón sus piernas no la aguantaban.
- No sabía que te corrías así. -le dije yo
- No siempre lo hago, solo cuando estoy muy caliente.
Allí estaba yo, con una mujer que casi me doblaba la edad, que había conocido esa misma noche teniendo una noche de sexo salvaje, la mejor noche de mi vida sin duda alguna.
- Necesito beber algo. -pidió M.
Me levanté y la ayudé a levantarse a ella, nos fuimos juntos a la sala, abrimos un par de cervezas y nos sentamos en el sofá uno al lado y bien pegados.
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