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Categoría: Lésbicos

Experiencia lésbica número uno

Soy Cindy y hoy quiero contarles mi primera experiencia lésbica, esto sucedió en el año del 2013, como lo he dicho en mis relatos anteriores, mi segundo divorcio me afectó demasiado y parecía una adolescente sin destino de vida, las malas influencias y sexo casual eran cotidianos y finalmente sucedió lo que por años negué.



Celia en ese entonces era mayor que yo, yo en aquel tiempo tenía 33 años y ella 41, pero como suele suceder tenía un cuerpo de veinteañera.



La conocí en una reunión de amigas, ella es amiga de Iliana de quien ya les hablé en un relato anterior, fuimos por Coapa para celebrar el cumpleaños de una amiga y Celia la acompaño.



Pese a ser una mujer con clase desde que me vio me lanzo el calzón, me piropeaba me abrazaba me decía cosas lindas, mejor que cualquier hombre que conocí en esos momentos, yo entre jugando y no, permití todo, la abrazaba permitía me besara la mano, se me repegara, las indirectas que me lanzaba en cierto momento se volvieron muy directas, yo correspondía todo, eso en un punto molesto a Iliana quien andaba tras mis huesos, pero la verdad algo había en esa mujer que me hacía caer en sus provocaciones.



Ya en la batucada, bailábamos muy juntitas, ella me abrazaba como si me estuviera arrimando su concha, yo le movía la cadera, hacíamos la finta que nos besaríamos, Iliana estaba tan enojada que s e fue molesta e insultando a todas, nosotras seguimos en lo nuestro, ella me empezó a mansear lo cual consentí permitiendo que sus manos acariciaran mis piernas ya que traía una minifalda a medio muslo, ¡me besaba la mejilla bajando descaradamente entre mi escote rosa! por alguna razón me estaba poniendo caliente, esa veterana mujer me estaba excitando mucho.



CL: ¡Oye vamos a mi departamento a seguirla!



C: Me late, ¡hay que avisarles a las chicas!



CL: ¡No! Solo tú y yo, tengo una buena botella en casa, ¡es importada y la quiero compartir contigo!



C: ¡No sé, es que vine con ellas!



CL: Piénsalo hermosa, ¡deja pago la cuenta y me dices!



En lo que ella pagaba me quede pensando, ella tenía algo que me encantaba, pero sabía que con el alcohol y las ganas podía perder, pero en el fondo eso quería, estar en una cama con ella, así que acepte irme con Celia.



Nos fuimos en su carro hasta el pedregal una zona residencial donde ella tenía su departamento.



Nos quitamos los zapatos y empezamos a beber en su alfombra que era muy cómoda, ¡al parecer venia de una familia acomodada y bastaba voltear a donde fuera para ver cosas costosas y extraños lujos que solo la gente con dinero se puede dar!



Pero volviendo al tema principal, Celia me acariciaba los pies mientras brindábamos, ambas hablábamos de cosas de amor y sexo, prácticamente el tema que nos llavearía a lo que ella quería.



CL: ¡Tienes unos pies hermosos y cuidados!



C: Gracias, ¡me gusta cuidar todo mi cuerpo!



CL: ¡Eso suena interesante!



C: Tu cuerpo también esta hermoso, ¡tienes unas piernas de concurso!



CL: ¡Tenemos nena, tenemos!



Nos miramos fijamente y Celia comenzó a besarme, mientras lo hacia sus manos recorrían de mis pies subiendo a mis muslos los cuales apretaba con fuerza, sentí una enorme excitación y es que no era como el cuarteto que había hecho semanas atrás, esta vez solo éramos dos, mujer contra mujer, ¡lista para saber si eso me gustaba o solo me estaba calando!



CL: Esta divina, me encantan tus piernas, ¡besas riquísimo!



C: ¡No estoy segura de querer hacerlo!



CL: Tranquila, deja que yo me encargue, ¡tú solo déjate llevar!



Inmediatamente Celia tomo la iniciativa me despojo de la blusa dejándome solo en brasear, sus manos recorrían ya por debajo de mi falda, mientras me besaba las mejillas, el cuello y los hombros, su respiración en mi oído me aceleraba el corazón, cerraba los ojos ya que no daba crédito a lo que pasaba, Celia pasaba su lengua por toda mi espalda, me acostó en la alfombra y se puso detrás de mí, lamia desde mis talones pasando por mis pantorrillas, besaba mis nalgas, y luego muy deliciosamente subía su lengua por mi espalda hasta llegar a mi cabeza.



Me bajo la falda dejándome en tanga, yo gemía al recibir su lengua en mis entre piernas, Celia se quitó su blusa mostrando unas tetas más grandes que las mías, las cuales me pego haciéndome vibrar al sentir su duro pezón en mi espalda, me tomaba de la cabeza levantándola para besarme el cuello y luego la boca, me estaba excitando y estimulando riquísimo, mi vagina ya estaba tan húmeda que mi tanga mostraba con manchas la excitación obtenida, finalmente se quitó su falda, me desnudo completamente y comenzaría a devorarme por completo!



CL: Cindy, que hermosa vagina, huele riquísimo, ¡es verdad que cuidas tu cuerpo!



C: ¿Dios, que me harás ahora?



CL: ¡Te voy a hacer mía beba!



C: ¡Si hazme tuya!



Celia empezó a hacerme un tremendo sexo oral, su lengua entraba y salía cual pene erecto, me apretaba las tetas con fuerza y jugaba mis pezones, yo me movía como loca al recibir tremenda chupada, me mordía mis labios vaginales, sus manos bajaban a apretar mis nalgas, mientras ella mirándome fijamente trataba a mi clítoris como paleta, el poco a poco se inflaba por la acción, ¡que rico era eso!, ¡no podía creer lo bien que se sentía estar con ella!



C: ¡Ah, si, agh!!



CL: ¿Que rico gimes, Te gusta lo que te hago?



C: Si, me gusta mucho, ¡uf!



CL: No sabes como quería tenerte así, ¡desde que te vi hace unas horas pensaba en tenerte en mi cama!



C: ¿En serio? Agh, uf, ay!!



Me puso en cuatro, me besaba las piernas y pasaba su lengua pro en medio de mis nalgas, yo empinada solo mordía el cojín que tome del sofá, su lengua era una experta en la mujer, parecía un pene adiestrado, me tomo las nalgas y abrió para ver mi escurrida vagina, luego apoyándose en mi cadera metió su lengua con fuerza, lo hizo en repetidas ocasiones simulando una embestida de pene increíble, yo sentía su lengua entrar haciéndome gritar, ella me pidió mover mi cadera, yo moví mi cola como perra fiel, el placer era magnifico.



C: ¡Que rico, agh!!!



CL: ¡Toma cariño, eso gime, que rica!



C: ¡Me vengo nena, me vengo!!



CL: Eso así, que rico, córrete en mi boca, hazlo, ¡córrete!!



C: ¡Dios mío!!!



Sentí uno de los mejores orgasmos de mi vida, ¡Celia se bebía mis fluidos mientras apoyaba su mano en mi vientre para hacerme sentir más el orgasmo!!



CL: Muy buena niña, ¡pero ahora te toca a ti!



C: Si, ¡qué hago nena!



CL: Chúpame, ¡quiero sentir tu hermosa lengua en mi vagina!



Ella se acomodó levantando sus piernas carnosas, yo la miré a los ojos y empecé besando sus carnosos muslos color blanco, ¡sus ojos verdes mostraban cierto goce al sentir mi pequeña lengua pasar de sus muslos a su entre pierna!



Su vagina se notaba mojada, la toque con mis dedos, al hacer eso ella se retorció y lanzo un quejido excitante, era la primera vez que chuparía una vagina, pase mi lengua lamiendo los labios vaginales como si fueran paleta, el sabor salado me supo a pene, ¡entonces más confiada empecé a lamer más rápido y más fuerte!



Celia gemía del placer recibido, me acariciaba la cabeza y se lamia sus pezones, me apretaba fuerte a ella, con mis manos abría su vagina y metí a mi lengua hasta sentir su clítoris inflado, me apoyé en sus muslos y empecé a meter y sacar mi lengua, luego me detenía para dar lamidas rápidas en el clítoris!



CL: ¡Cindy, que rico, así chiquita, así mi amor!



C: Sabes riquísimo, ¡agh!!



CL: ¡Mmm, así mi vida, que rico mamas, uf!



C: Sí, ¡me lo han dicho jajá!!



Me levante un poco y fui a besarle la boca, esa acción la acompañe metiendo mis dedos para masturbar a Celia, ella estaba extasiada, nos besábamos apasionadamente, nuestras lenguas se lamian y entrelazaban rico, ella juagaba mis tetas, yo hacía lo mismo y luego las pegamos con movimientos fuertes nuestras tetas, chocaban y se estimulaban rico, yo ya le metía tres dedos, lo hacía rápido, como una penetrada fuerte, Celia gemía y sudaba al igual que yo, de pronto conseguí que tuviera un orgasmo, sentí sus fluidos en mis manos y en un acto de calentura, los probé saboreando mis dedos de una forma provocadora, Celia gemía del placer estábamos empatadas en orgasmos.



CL: ¡Que rico mi amor, hace tiempo que no me hacían venir rico!



C: Eres una mujer muy sexual, ¡que rico es estar contigo!



CL: ¡Lo hiciste muy rico, no puedo creer que nuca lo hicieras antes!



C: ¡La verdad tu eres mi primera vez en lésbicos y me ha gustado muchísimo!



CL: Bien amor, ¡ahora quiero hacer contigo lo que más me gusta!



C: Adelante, mientras no me orines o hagas algo de ese tipo, ¡hazme lo que quieras!



CL: Jajá, la coprofagia y la urofilia no me gustan, no, solo quiero rozarte, ven amor, ¡abre las piernas y déjame el resto mí!



Muy obediente le entregue mis piernas a Celia quien las abrió y se acomodó con ellas para una excelente tijera, empezó con movimientos leves, muestras vaginas se rozaban muy rico, nuca me imagine que eso se sintiera tan bien. Yo también empecé a moverme como si recibiera una dura verga, mis caderas se movían al ritmo de ella, nos besábamos y lamiamos las tetas, estaba en la gloria, ¡en la gloria de una lesbiana en nacimiento



C: ¡Que rico, dios, no imagine lo rico que sentía!!



CL: Mami que rico te mueves, ¡con esto deslechas a cualquiera!



Nos movíamos muy rico, yo estaba gozando como nunca, el sonido de nuestras vaginas chocando eran magnifico, nos besábamos lo que estuviera a nuestro alcance, Celia se movía rico, me estaba haciendo sentir lo que yo le hacía sentir a los hombres, me recosté un poco para abrir más mi vagina y mezclar nuestros fluidos, uf, era el mejor sexo en ese momento.



CL: ¡Muévete Cindy, ah, así, agh!!



C: ¡Mi amor, me vas hacer venir otra vez!



CL: ¡Vengámonos juntas nena!



C: ¡Si, muévete, así, que rico, uf!!



Ambas nos corrimos juntos, nuestros fluidos se mezclaban y salpicaban la alfombra costosa, nos besábamos mientras el orgasmo crecía más y más, gritos y gemidos invadían la sala, ¡el mejor momento en mi vida sexual estaba siendo con una mujer!



El resto de la noche fue poética, sexo tras sexo, orgasmo tras orgasmo, Celia me hizo sentir como nuca, me quede con ella hasta el amanecer, abrazada y besándonos, para luego terminar con una cogida más.



Unos días después me dijo que empezó una relación con su vecina y que quería ser fiel, que lo nuestro no sería otra vez y que nunca olvidaría la noche conmigo.



Aún recuerdo ese día y me masturbo, espero les haya gustado esta anécdota de hace unos años, ¡con cariño de su amiga Cindy!


Datos del Relato
  • Categoría: Lésbicos
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