En un arranque de impulsos como deseos inaguantables persigo a Yessenia en un lote abandonado y baldio, haciendose la que no me a sentido ni siquiera se inmuta a voltear para atras notandose que estoy siguiendola obcesivamente ya que no me pela ni tampoco me habla por el lado sexual que tenemos por más de tres años consecutivos; me jodi y me arriesge tantas veces me quedia que nos arriesgaramos y nos controlaramos en nuestros apetitos sexuales, descubiertos infraganti nada menos por el entonces, esposo de ella en plena cama de la recamara de su casa en la barriada al largarnos con todas las maletas tiradas por el aire de Yessenia en persona del esposo ofendido, traicionado, desgraciado, infiel, quemado, entre muchas otras vainas ocurridas en esa tarde de sábado.
Se da un golpe con una pieza elevada en que cae tumbada e inconsiente, me acerco al arrastrala hacia un taller abandonado aprovechandome, para sobrepasarme estando inconciente, la follo duramente en su vagina produciendole un sangrado tremendo que no para de hay la volteo cogiendola en su culo arremetiendole fuertemente en su culo dejandola marcada con mis muñecas en todo sus gluteos y la mamo en sus senos puntiagudos y voluminosos muy parecidos a unos fructiferos como jugosos melones toda destrozada en la ropa interior dejandola con la ropa de trabajo desabrochada con la falda en la cintura con un tremendo golpe que se hace notable grandemente en la frente en la esquina derecha cercano a las sienes. Me masturbo al dispararle todo el semén espeso y blanco como la leche a grandes cantidades industrializadas embarrandola por doquier en todo el cuerpo al descubierto y en su rostro.
La abandono al largarme de ese sitio, no escuche ni ningún escandalo ni denuncia por parte de ella, a la semana siguiente en la universidad haciendose la desentendida entiendiendo que me la cobre como todo un macho vergero, jodido, cabron, maldito, huevon finalmente desgraciado de su vida ya que por el producto de ese día la viole en su dignidad, honra, merced, orgullo, etcétera.