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Categoría: Confesiones

Esthercita y su concuña

Yo estaba ya para graduarme de ingeniero industrial, estaba por cumplir los 23 años, trabaja para una importante industria en la ciudad de Quetzaltenango, la segunda ciudad en importancia de Guatemala. En el departamento de ingeniería trabajamos en 4 secciones, generalmente yo dependía de la jefatura del departamento pero no tenía asignada secretaria por lo que tenía que andar pidiendo auxilio a una secretaria que estando disponible me hiciera el favor, para cuando yo no tenía tiempo para los informes.

Una mañana llegué más temprano que de costumbre, mi ingreso era a las 8:00 am, ese día llegué minutitos después de las siete,porque tenía que inspeccionar con personal de mantenimiento una de las calderas, y me extrañó ver tan temprano a Maru,la secretaria del Ingeniero en jefe. Ella me abordó para decirme que sobre mi escritorio había dejado un sobre para que tomara una decisión y a sabiendas que yo estaría ocupado todo el día necesitaba una respuesta, ya que tenía que llevar respuesta esa misma tarde, haciéndome la salvedad que no era algo importante para la empresa, más bien era personal. estaba por leer el contenido cuando llegaron por mi, prometiendole que a mi regreso lo vería. El asunto es que lo que tenía que hacer se complicó y terminamos pasado de las 17 horas, horario normalmente de salida. Recordé lo de Maru y por mi móvil le llamé a la oficina para disculparme. ella aún estaba allí, y me dijo que me esperaría. cerca de media hora después llegué, leí el contenido del sobre, ella se sentó en uno de los sillones casi frente a mi, de reojo pude observar sus pantorillas torneadas, y parte de sus hermosos muslos rollizos y blancos, era una mujer muy hermosa de unos 35 años de edad, su pechos bien dibujados en su blusa, medianos y apuntando al techo, sólo pensé que el marido era afortunado de estar casado con una mujer tan bella y escultural.

El contenido del sobre era un oficio de uno de los colegios de la ciudad donde solicitaban cooperación para que una de sus alumnas hiciera sus prácticas de secretariado previo a graduarse, Ella me comentó que en la empresa ya habían recibido unas practicantes, pero que esta chica era novia del hermano de su esposo y había tenido dificultad para colocarse en algunas empresas por falta de cupo, y tomando en cuenta que yo era el único que no contaba con una secretaria, pues sería provechoso contar con ella, además que le haría un inmenso favor, y que las practicas serían por un espacio de casi tres meses por las tardes.

El lunes siguiente, se hizo presente la chica, y vaya sorpresa, era Esthercita, hermana de Raquel, y compañera de la casa de huéspedes de estudiantes de Olga, Marta Julia y Paulina, de quienes ya les he relatado en otras oportunidades. Al regresar de la Universidad recibí la llamada de Maru, agradeciendo el haber aceptado a su concuña, y me dijo que era agradable saber que ya nos conocíamos y que ella misma le dijo quien me conoció en la casa donde vivió ya que yo visitaba a Paulina, mi novia de ese entonces. Me quedé pensando un rato, y me mente voló al pasado, yo estaba por cumplir los 17 años, Esthercita tenía trece y estaba por cumplir los 14 años. Había actividad deportiva en el liceo en el cual yo saqué el bachillerato, ella desde chica jugó muy bien baloncesto e iba con el equipo de su colegio, era mañana deportiva,pero por las tarde se había una disco y la mayoría nos quedábamos a bailar. Eran como las cuatro de la tarde, le dije que yo me retiraba y por quedar algo retirada su casa me ofrecí llevarla, en el camino me dijo que quería pasar al Zoológico a ver un cachorrito nuevo que había llegado, hicimos un recorrido y empezaron los relámpagos, era finales de septiembre y en esa época llueve a cántaros, llegando al vehículo, fueron tremendos porrazos. y rápido eran correntadas de aguas en las calles, se oscureció, rápido y opté por dejar que amainara un poco, las luces de los relámpagos nos alumbraban, y podíamos a ver como a unos 500 metros la gente corría a refugiarse al templo de minerva, a nuestro lado era una soledad y sólo se oía el ruido de la lluvia sobre el vehículo, los vidrios totalmente empañados, el frío intenso dais 5 ó 6° centígrados, puse la calefacción de la cherokee, y empezamos a hablar de todo un poco.

De repente me dijo que ella había visto en dos oportunidades como Paulina y yo hacíamos el amor, me relató que los domingos cuando todas salían al cine, ella se quedaba en casa a veces haciendo una tarea atrasada, y en la primera ocasión nos espió al escuchar nuestras voces y que la segunda a sabiendas que nosotros llegaríamos se había escondido en el cuarto de Paulina, y con lujo de detalles me describió como nos besábamos, como besaba y mamaba sus pechos, la forma como le lamía la vagina, como gozaba ella y como ella chupaba mi verga, y como se la metía y lo hacíamos, hasta la forma de como le eyaculaba en su boca.

Ella se quitó el pants del traje deportivo y me pidió que le hiciera como a Paulina que quería sentir ese placer inmenso que Paulina manifestaba, luego sacó su tanguita y abrió sus piernas recostando sobre el asiento que ya había manipulado inclinandolo hacia atrás, a través de las luces de los relámpagos podía ver su cuquita cubierta de pelitos ralos y finos,sus labios rojitos abiertos, me acerqué a ella, besé sus boca, chupé su labio inferior carnoso, luego chupe el superior que era más finito,le pedí su lengua, y luego yo le metí la mía y eran besos ya lujuriosos, sus primeros besos, subí el sudadero y solté su brassier, acaricio sus pequeños pechos, duritos, blancos y pezoncito rosa, al pasar mi boca y lamer y chuparlos sentí su estremecimiento, besé su vientre y empecé a acomodarme para chupar su cuquita, lamí su canalito, y absorbí ya sus líquidos vaginales, agrios, saladitos, metí la punta de la lengua en su hoyito virgen, su olorcito era fuerte pero me pareció delicioso, llegué su clítoris, le lamí y soltó un aghhah de placer, lo apreté con mi labios y mientras lo succionaba lo lamía, se retorcía de placer, y murmuraba cosas que no entendía, arqueó su espalda, pegó su cadera a mi boca, me tomó del pelo y me pegó a su vagina, sus piernas temblaban y gemía y luego ohah ya así más, ohoh, y se quedó inmóvil. se había venido, era su primer orgasmo.

Yo estaba a mil, la pija me pulsaba, sentía que me iba a reventar, la puse de lado frente a mi, con una pierna sobre mi cintura, y con mis dedos abrí su conchita, coloqué el glande en su entradita, deslizó un poco, y luego suavemente empujé sentí su himen, empujé pero resistió, ella se quejó y se zafó, me dijo me duele, otro día mas despacio te dejo entrar, luego tomó con una de sus manos mi verga rígida, se la llevó a la boca y empezó a lamer, luego poniendo en práctica lo que vio en sus espiadas, empezó chupar la cabeza y poco a poco el y tronco hasta donde le cabía, le dije que me venía, y con la pija a la mitad chupaba más rápido, me verga estalló, y ella tragó todito, nos quedamos inmóviles por un un rato.

La lluvia había cesado, era una llovizna tenue, la gente empezaba ya a en acomodarse a sus casa, la pasé dejando y nos dimos un beso. Con Paulina ya lo hacíamos en casa, y sin saber que éramos espiados, tomamos esa decisión por no estar con sobresaltos e intranquilos lo que nos quitaba la concentración. Después de esa experiencia con Esthercita, era muy raro que la viera hasta dejarnos de ver por mucho tiempo, hasta ahora 6 años después.

En la oficina casi no teníamos mucha comunicación, esporádicamente un dictado, y le dejaba en sucio los trabajos, inconscientemente de lo sucedido años atrás, considero que nos evitábamos. Ella estaba guapísima, su cabello ondulado oscuro a los hombros, unos hermosos ojos grandes café oscuro, su piel blanca, cintura fina, piernas largas torneadas, cintura fina, aunque no tenía el culo parado, más bien plano, pero su presencia física no pasaba desapercibida por su belleza. Ya tenía dos meses de práctica cuando ya para retirarse. me llevó una ficha para su primera evaluación, y fue cuando ya pudimos hablar por un lapso de 5 minutos, le pregunté por su hermana, y si había tenido oportunidad de hablar con las otras chicas, por ella supe que todas estaban distanciadas por matrimonio, trabajo, estudio, etc.

Le pregunté que cómo iba su relación con el hermano del esposo de Maru, su rostro cambió, y con una sonrisa fingida me dijo que bien, y antes de salir me dijo, que se arrepentía el no haberme dejado proseguir aquella vez en las afueras del Zoológico. Los días siguientes la veía detenidamente, en mi cabeza se metió la idea de que el comentario que me había hecho, era porque quería que la cogiera, le hice la invitación dos viernes seguidos para salir, y en ambas ocasiones se negó,- Gracias muy amable pero no puedo, tengo novio-.

Era su última semana de práctica, en el departamento la mayoría estaba de vacaciones, y el ingeniero en jefe, por trabajo estaría fuera unos días del país, una tarde llegó Maru, los ojos llorosos, y me dijo se puede? cerró tras de si la puerta, y sobre mi hombro y llorando me contó muchas cosas de su vida privada, Ella dormía en cuarto separado de su esposo desde hacía dos años, tenía una nena de 7 años, y ahora resulta que el esposo le dijo que tenía que irse de su casa porque llevaría a la otra a vivir con él, y que le pelearía la custodia de la nena. En fin es que se desahogó, me pidió permiso para no llegar el día siguiente, al igual que Esthercita, se irían vivir juntas a una casita propiedad de sus padres y tenían que hacer mudanza, Esthercita le haría compañía ya que le convenía por a cercanía del colegio y de la oficina. Aunque Esthercita tenía también problemas graves, tuvo un atraso en su período días atrás y se lo comentó al novio, él le dijo que no era posible que de plano otro la había cogido, y se hizo atrás, afortunadamente sólo fue un atraso. Ahora entendía el comentario de Esthercita.

Las prácticas terminaron, la amistad con Maru creció, y a finales de octubre fui invitado a una cena que Maru le hizo a Esthercita por su graduación, al final sólo quedamos los tres, nos habíamos tomado unos traguitos, y afloró la sinceridad, Maru me dijo que esa noche me quedaría con ellas, que iban a sacar sus tristezas y lo que allí pasara, allí se quedaba, y otro día aquí no pasó nada.

Me invitaron a pasar a la recámara, ellas se fueron al baño, me recosté sobre la inmensa cama, luego Esthercita llegó desnuda, y empezó a desvestirme, y luego tomó mi verga en su mano, y me dijo: como me hubiera gustado que esta hermosa pija me hubiera roto todita, y empezó a chuparla maravillosamente, Maru me ofreció sus hermosos pechos que tantas veces había imaginado desnudos, eran duros y deliciosos, luego le pedí que se sentara sobre mi boca, y chupe su deliciosa vagina, a todo esto Esthercita ya se había clavado la mitad de mi verga. y suavemente se deslizaba hacia arriba y abajo, de repente sentí como se la clavó todita y se movía en círculos, luego se cambió con Maru, y me dio a comer de su panocha, Maru chupaba mi verga con deleite, para luego desaparecerla en su vagina y cabalgaba despacio, pero sacando y metiendo casi en su totalidad la verga y le decía a Esther que era más grande de lo que le había dicho, Esthercita estaba por venirse y le pidió el turno y se enteró de un sólo los 17 gruesos centímetros de pija, se levantó dos o tres veces y empezó a chillar de placer hasta venirse, tomé a Maru y la acosté boca arriba, abrí del todo sus piernas, me hundí en su vagina hasta el tope, la sentí venirse dos veces, y cuando estaba por correrme, me pidió que me corriera dentro de Esthercita, Ella ya me esperaba abiertita, se la metí y me vine en ella, ella contrajo sus músculos vaginales, apretando mi verga fuertemente, hasta sacar lo último que podía darle. Creí que no era conveniente quedarme más tiempo y me marché afortunadamente. A primera hora del día siguiente llegó el esposo de Maru y su hijita a traerla y a pedirle perdón.

Esthercita ya no siguió sus estudios universitarios en Quetzatenango, y no volví a verla, sólo he tenido noticias de ella a través de Maru, quién regreso a vivir con su esposo, ella se convirtió en mi amante, y aunque yo no trabajo en esa empresa, la veo cada quince días, y la pasamos divino en ese lapso de tres horas.
Datos del Relato
  • Autor: Guicho
  • Código: 25214
  • Fecha: 01-02-2012
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 6.21
  • Votos: 24
  • Envios: 1
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