Si. Me montaste cachos. En mi ausencia te fuiste con otro. No te aguantaste. No pudiste esperar. Necesitabas hombre. Un falo entre las piernas que te hiciera sentir mujer. Una lengua que se metiera dentro de ti, que te lamiera como te gusta, que sorbiera tu humedad. Necesitabas que te mordieran donde te gusta y que te dieran unas buenas nalgadas llenas de deseo.
No te bastó con mis llamadas y mis mensajes, con que te dijera lo que te quería hacer y las ganas que te tenía cada noche.
Necesitaste que unas manos te cogieran con firmeza tus pechos y que te masturbaran.
Buscaste unos labios que te besaran en mi ausencia y unos testículos para chupar. Conseguiste unas nalgas para apretar en medio de tu excitación. Una espalda para arañar en medio de tus calenturas.
Cabalgaste y te dejaste cabalgar por otro. Le abriste tus nalgas para darle el culito y le hundiste tu lengua en su lugar más oscuro.
Fuiste la puta de otro. Y ahora vienes a pedirme perdón.
Te confiesas conmigo y comulgas al beberte mi leche de mi deseo acumulado en estos meses sin ti.
Tu confesión me excita. Lo único que me provoca es cogerte. Besarte toda, lamerte, chupar tus pezones y tu entrepierna. Beber tus jugos de hembra excitada. Hacerte sentir toda mía primero y embadurnarte con mi semen.
Que tu piel quede impregnada con la leche de mi deseo. Necesito primero cogerte como mi puta. Satisfacerme de ti y recordarte porque soy tu hombre.
Necesito cogerte fuerte y con cariño.
Quiero que beses cada rincón de mi piel, que no dejes lugar sin lamer o chupar.
Necesito que me muerdas y sentirme bien apretado por ti entre tus piernas mientras te doy nalgadas que te calientan más.
Quiero cogerte por delante y por detrás. Estar encima tuyo y estés encima mío como te gusta.
Quiero que estés tan caliente para que mi excitación tiesa, venosa y grande caliente por ti entre en tu culito.
Porque esta noche te voy a dar tu merecido.
Mientras tanto, chupa. Bébete toda mi leche. Se de nuevo mi mujer y mi puta. Comulga que yo te absolveré.