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Categoría: Confesiones

Esposa insatisfecha

Más que un relato ésto es una confesión, me llamo Natalia, tengo 45 años, casada desde hace 24 años, tengo 2 hijos, un niño de 22 años y una niña de 24 años. Soy muy sexual y mi esposo no me da la talla. Soy piel blanca, carita linda, senos grandes naturales y firmes, piernas de gym y una buena cola, defino mi cuerpo como curvy.
Cada que puedo me satisfago sin que mi marido lo sepa. El sexo es muy importante para mí y lo veo son tabúes.
Me gusta masturbarme, tengo diversos juguetes y los uso a menudo en conversaciones telefónicas con mi marido o con amigos/as, también los uso en video llamadas o yo sola exitandome con gran adrenalina en lugares donde me puedan ver.

 

En compañeros sexuales fuera del matrimonio soy muy selectiva, ya sean hombres o mujeres no me voy a la cama con cualquiera.
A mis hijos les he enseñado el tema de la sexualidad, a respetarse y a quererse, también a masturbarse cuando los ví en necesidad.
Con mi marido hago videollamadas sexuales, ya que viaja mucho, en una ocasión a pleno luz del día llamó, le dije que por cámara no porque los niños estaban en la casa, así que pasé la llamada para teléfono y empezamos a hablar en tono fuerte sexual. Me fuí a mi cuarto, cerré con llave y me masturbé violentamente hasta corrernos, o al menos eso pensaba él. Mis niños no estaban en casa, habían salido con mi hermana y sus primitos, y mi hermano mayor estaba en casa. Mientras hablaba con mi marido, tenía el consolador metido hasta lo más profundo de mi vagina, vibración al máximo, y mi hermano me estaba metiendo su rica verga por la colita y en los muebles del jardín, tuve un orgasmo de película.

Otro día, saliendo del gym, le comí la conchita a una amiga en su carro mientras ella me deseaba. Fué delicioso sentir como me daba sus jugos.

Recuerdo una ocasión, creo la única, en qué me sentí una verdadera puta. Estaba en casa de unos amigos, un matrimonio feliz y abierto, conocidos por mi esposo también. Les tenemos mucha confianza, desde hace ya un tiempo, en lo que llevamos de conocernos hemos hecho 2 orgías, idea de mi esposo. A ella la llamaré Isabel, una perra insaciable. Una noche me invitaron a su casa, aprovechando que su hijo no estaba, se me hizo un poco raro ya que mi marido estaba de viaje, aunque no tanto porque Isabel conocía mi problema, así que decidida fuí. Toqué la puerta de su apto y me recibió Isabel completamente desnuda, ya dentro pude ver qué su marido también lo estaba. Entre besos y caricias Isabel me desnudó para luego llevarme al cuarto. Me amarraron a una silla de sexo, pies y manos, mi posición era casi de perrito, podría decir que con la espalda un poco más alta me tenían a disposición. Luego de excitarme de diversas formas y llevarme casi al orgasmo entra su hijo, yo no podía con la pena, a lo que Isabel me dijo, le prometimos a mi hijo una puta para su cumpleaños y esa eres tú, y de verdad que me sentía así. Isabel le chupó la verga a su hijo delante de mí, pude ver cómo gozaban mientras que su esposo con un vibrador me exitaba más y más, estaba tan empapada e impresionada que sólo quería placer. Isabel se levantó e hizo que su hijo violentamente me penetrara. Sus embestidas eran cada vez más fuertes, Isabel se acomoda enfrente mío y empieza a masturbarse viendo esa imágen. Si hijo intercambia orificios, me penetra en el culo y luego en la vagina, y yo sin poder tener el control estaba temblando en un orgasmo irreal. Su hijo acaba y su marido toma su lugar. No sé ni cuantos orgasmos tuve pero no me dejaron descansar, acababa uno y volvía y me montaba el otro. Isabel por su parte cabalgaba todo tipo de consoladores y venía a que le lamiera su concha cuando se sentía venir.

Pero lo más rico y lindo fué con mis hijos. Encontré a mi niño una mañana de colegio con su pene erecto, bien duro, le bajé su pijama y le empecé a hablar de sexualidad mientras lo masturbaba, no quería que aprendiera esas cosas de otras personas o que se hiciera daño al experimentar. Suavemente le chupé la cabecita, luego me la metí todita en la boca, haciendo movimientos con mi cabeza muy lentos, cuando estuvo muy babeada la tomé con la mano y lo masturbé bien duro hasta que tuvo su primer orgasmo.
Con el tiempo cada vez me pedía más y yo se lo daba.
A mi niña la encontré masturbándose una tarde en su cuarto. Luego de hablar con ella y calmarla, decirle que yo también lo hacía le dije que le iba a enseñar cómo darse más placer, fuí a mi cuarto por un vibrador especial para el clítoris. Ya en su cuarto, le puse su panties y le acomodé el vibrador justo es su botoncito, mi niña estaba muy mojada. Le demostré cómo funcionaba, lo encendí por un momento y luego lo apagué, era de esos de control remoto, luego hice que se pusiera un jean y saliera conmigo Rumbo a casa de mi hermana, en el carro, entre conversaciones muy calientes le dije que cuando sintiera que le llegaba el orgasmo me dijera. Así estuvimos el resto de la noche, durante la comida estaba roja y en 2 ocasiones me dijo que iba a llegar, lo cual nunca hizo porque al saberlo le daba descanso. Al llegar a mi casa, y luego de saludar a mi marido y a mi hijo, le dije a mi niña que la ayudaría a cambiarse, y a mi marido le dije que eran cosas de mujer. Entramos en su habitación, le quité el jean y podía ver su pantie casi transparente de lo mojado que estaba. Le quité el pantie y el vibrador y pude ver su clítoris bien inchado, casi palpitando, y mi niña con ganas de masturbarse, pero de inmediato le dije que no se tocara. La acosté en su cama y le abrí las piernas y le lamí sus labios vaginales, metí mi lengua lo más profundo que pude evitando siempre tocar el clítoris, mi niña volaba. Pasado un tiempo y luego de degustarla todita le dije, muerde la almohada no vaya a ser que t escuchen afuera, cuando lo hizo cubrí su clítoris con mi boca muy suavemente y le empecé a meter un dedito, no muy dentro obviamente, sin previo aviso empecé a succionarle lo más fuerte que pude su botoncito, mi niña no tardó mucho en tener el mejor orgasmo que he presenciado, sus cuerpo no paraba de temblar y de saltar, cuando pasó, subí mi falta, aparte mi tanga, cogí el mismo vibrador que había tenido mi hija toda la tarde y lo puse en mi clítoris, le dije a mi niña que lo sostuviera fuerte abrí mis separé mis labios vaginales y me senté sobre uno de los muslos de mi niña, encendí el vibrador al máximo y lo dejé ahí, empecé a restregar me cada vez más fuerte contra el muslo de mi hija, me saqué las tetas, pellizqué mis pezones y sabiendo que no tenía mucho tiempo le dije que flexionara la pierna. Me tiré encima de ella, poniéndole un pezón en su boca, el cuál gustosamente chupó y mordió, y empezé mi restregar frenética contra su muslo, hasta empaparla con mis jugos.

Obviamente hay mucho más que contar pero ya ésto está demasiado largo. Espero se disfruten con ésto…

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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