Soy de un pueblo que por tradición tenemos forzosa como obligatoriamente asistir primordialmente a misa todos los domíngos nuestro predicador tiene una esposo realmente joven de unos treinta años en nuestro pueblo la esposa del predicardor anda con la cabellera recogida a su vez recatada al llevar faldas hasta la rodilla con botas normales, nos saludamos con mucho respeto y a larga distancia porque sabemos que todo pueblo chico se crea rumores que se riegan como polvora que reación inmediatamente con cualquier chispa que se produzca.
Un buen día el predicador nos llama a su despacho encontrandome con su esposa y yo, me pide el favor que acompañe a su esposa a la ciudad del estado ya que tiene un compromiso inneludible con obras de beneficencia para los desamparados tomandole tres semanas, le contesto con la inminente sonrisa y satisfacción no se preocupe predicador que cuidare la honra y el respeto de su esposa durante la estadía en la ciudad del estado.
Empacando lo más indispensable en ropa al recoger a la esposa del predicador al dirigirnos a la estación del autobús, enrumbados pasando los límites del pueblo sentados veo que se suelta el cabello y se abre pronunciadamente el escote de la bluza me dice gracias por acompañarme es que no aguanto más esta angustía.
En el trayecto me conversa que cuando se caso con el mismo predicador se imaginaba que tendría distintamente una forma de vivir a su imagén pero largamente se decepciono lo que la mantiene unida solamente es el cariño que le tiene y evitando los escandalos.
Llegamos a las siete de la noche tomamos un taxi que nos lleve al hotel, de ahí nos entrega la llave de una sola habitación le dice que es soy su esposo subimos a la habitación, prepararnos para cenar veo que se cambia de ropa al notar que saca del equipaje una minifalda con una bluza sin mangas además se pone un hilo dental.
Vestida se maquilla al ponerse las botas altas hasta la rodilla al verse muy distinta y comportandose como una libertina, bajamos abrazados al dejarme puesto la mano derecha en todo sus gluteos al sentirlos suaves, comfortables y calientes.
Cenamos salimos a pasear por el parque de la ciudad del estado regresamos a la habitación del hotel me acuesta en la cama se quita la minifalda con el sueter sin mangas quedandose puesto con el hilo dental y las botas al desnudarme chupandome inminentemente mi pené que esta erecto, eyaculante, gigantesco, durisimo hasta deseo para que me cabalge por doquier como una baquera salvaje y bravisima.
De ahí avanzamos dejandome que le chupe majestuosamente sus poderosos, sabrosones, espectaculares como portentosos igualmente calientes senos largamente al gemirme maltratame coño.., maltratame coño.., maltratame coño.., maltratame coño.., maltratame coño.., maltratame coño.., maltratame coño.., maltratame coño.., maltratame coño.., maltratame coño.. repetida veces; alcanzandola con velocidad al cogermela en todo su verga cabrona calientisima que la dejo super perturbada al decirme no conocia que siendo feligres del rebaño de mi esposo se ocultara un formidable amante varonil encendido vivamente por mi en todos estos años de tratarnos y conocernos, abriendole las piernas le meto la lengua al lamerla desde sus entrepiernas a la altura de las rodillas prosiguiendo por su inglés femeninos depositandome sobre su vagina al meterle la lengua humeda que la puso mas excitada de los que estaba en un principio que llegamos a la habitación del hotel después de disfrutar de una agradable cena nocturna en la ciudad del estado.
Empujandome con todas las ganas eroticas que se le veía en los ojos para masturbarla sin parar ya que tenia un orgasmo irremediablemente contenido desde que escucho la noticia que veniamos a la ciudad del estado, entonces le bese su oído izquierdo susurandole que tremenda maquinaría tiene mecanizada con esplendor y originalidad al sonreirse al decirme lo crees así mi apuesto pueblerino quién esta intimamente involucrado y eres mi confidente ante los ojos de nuestro señor dios de que no le soy infiel ni siquiera adultera al predicador de nuestro pueblo.