Ahi estaba ella, parada en la esquina esperando con impaciencia infinita la llegada de aquel viejo camion que le llevase hacia la tranquilidad de su hogar. Pero que tan malicioso seria el destino que la pondria contra sus mismos pensamientos, en un abrir y cerrar de ojos.
Katy sintio de pronto como cad vez eran mas rapidas las gotas de agua que le mojaban el cuerpo, sin poder siquiera buscar refugio en aquella diminuta esquina, de pronto, oye como un joven le brinda lugar, un seco reposo, en medio de tal aguacero. Sin imaginar maldad alguna Katy acepta la ayuda, el joven se apresta a ofrecele un sillon, junto a una sabrosa chimenea, que acariciaba con su tenue fuego. Y en el marco de la timidez el joven dice: Si me permites te puedo ofrecer una bata seca de mi hermana para que no vayas a tomar un resfriado; no gracias-replica ella-, no hay problema, en eso un estornudo aparece. El insiste ante eventual escena de proxima enfermedad, y siendo tal insistencia, tanto como una necedad, ella la acepta. Si quieres puedes cambiarte en aquella recamara-dice el joven apuntando hacia la puerta entreabierta que se encuentra justo frente a la chimenea-. Ella toma la bata y se encamina a la recamara, dejando sin querer la puerta igual a como estaba, entreabierta. Se quita el abrigo, dejando ver un vestido rojo ceñido al cuerpo, despues ambos tirantes del vestido se deslizan por los hombros como en franco desmayo. El no dejaba de ver con asombro aquella silueta casi perfecta; y cuando pensaba que ahi todo quedaria, observa lentamente como el sosten le da paso a un par de blancos y firmes senos, coronados con un par de pezones rosados. Despues como una fortaleza vencida, la caida de la travieza tanga, que cubria con timidez la cueva del gran descanso.
Es cuando el siente que su pene se encuentra erecto, invencible como el mas fuerte acero; y a su mente se le vienen ideas sucias como torrentes.
De pronto esta ella frente a el depositando su humedas ropas en el sillon, esperando que el fuego de la chimenea les quite lo mojado.
De pronto, como un acto de impulso innato, se estaban dando los mas apasionados besos, sus lenguas dandose palabras en un lenguaje de enamorados. Ella le toma su espada y la frota esperando encontrar el filo que le hiera, con sus manos que queman hacen que de el salga en un momento una cantidad grande de esperma, los toma con sus labios y los bebe con gran vehemencia.
El con su lengua toca los pezones erectos, los lame despacio, y los aprisiona con sus dientes, haciendo de ella una hoguera de pasion; los sigue mordiendo y chupando queriendolos arrancar de los senos, mientras con sus dedos va tocando la ya humeante vagina, que a gritos pedia ser penetrada. Es entonces cuando Katy toma el erecto pene con su mano y lo dirije directo hacia su vagina, haciendolo entrar lento mientras siente como un dolor le va desgarrando por dentro, pero sin querer parar porque a la vez es una satisfaccion enorme que antes no habia sentido, cuando el pene le hubo penetrado totalmente ella estaba inmersa en una pasion total, y llena toda de sudor, en la frente, en los brazos, en sus muslos, y en la espalda. Es cuando decide sacar de nuevo a aquel objeto caliente que le quema por dentro para introducirlo de nuevo; lo hace de nuevo varias veces, y cada vez mas rapido, quedando en el olvido el dolor para dar paso a una enorme satisfaccion, y es cuando siente como un placer infinito le toca la vagina, y termina eyaculando a la vez que se le viene un torrente de felicidad indescriptible, su sonrisa lo indica asi. Pero el aun esta totalmente erecto, es por eso que le toma el pene con sus labios y lanzandole una picara mirada, lo empieza a lamer y a chupar como queriendolo comer de una sola mordida, lo introduce en toda su boca una y otra vez, hasta que en un desgarrante grito el empieza a eyacular toda la pasion contenida; ella los recibe con felicidad en su lengua y se los toma poco a poco hasta dejarlo vacio por completo.
Ambos quedan tendidos en el sillon al calor de una hoguera mas tibia que su propia pasion