Cuándo veo a cualquier mujer agachada sea el lugar que sea donde me encuentro precisamente yo, mis ojos que son la lente de la cámara que toma esas imágenes, mi imaginación inicia una presentación cinematográfica en que me encuentro gozando al manoseármela especialmente en la postura sus muslos como culos también sus entrepiernas apetitosas hasta pasando la mano traviesa y sinvergüenza delante del clítoris viéndole sus hilos dentales, tangas o pantis con faldas ajustadas como ceñidas también ajustadas y sobre todos modelando la figura de su cinturas también caderas finalmente la forma hacia abajo con pantimedias o sin ellas, regresando a la realidad pasando al lado de ella dejándome una maravillosa como magnífica impresión y las instantáneas grabadas en mis pensamientos que tengo pro sueños todas las noches notando como tengo erecciones de inmediato al parárseme el palote de mi pene en que siente igualmente reacciona a todos esto placeres, deleites, deseos, instintos, gustos, excitaciones, fascinaciones, placeres, atracciones, apetitosos sexuales, ardidas, arrechas, endemoniados, desquiciados, inspiraciones, motivaciones, a venturanzas, espectáculos como exhibiciones al natural con mucho donaire me haces no intencionalmente sino por qué tienen que hacer labores propiamente del lugar donde se encuentren colocando mercancía en fin todas las cosas que se obligan a presenciar y que emocionan la vista en mis acostumbrados paseos personales y solos sin que nadie me este vigilando ni observando ni jodiendome ni sospechándolo ni siquiera imaginándose finalmente es natural en los hombres algo de flirteo como coquetería en absoluto sin llegar al irrespeto como a ofenderla ni acosarla ni pasarse de listo con ella públicamente…