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Todos queremos tener pareja o compartir la cama con una mujer espectacular: delgada, de buen trasero y pechos; alguien que te corte la respiración tan solo mirarla, dama complaciente dispuesta a todo sin prejuicios. Sin embargo, debemos probar al menos una vez en la vida otro tipo de opciones y disfrutar de esas diferencias, aunque no sea una cosa que desearas hacer siempre; me refiero puede decirse así, a las fantasías sexuales, las cuales en realidad no son tan difíciles de volverse realidad si uno provoca que se junten los factores tiempo, lugar y persona, las cosas se darán en bandeja de plata.
Cierta ocasión tuve oportunidad de juntar en una sola hembra mis tres fantasías favoritas: hacerlo con una madura, gordísima y desconocida. Esto no es fácil que se de así nada más, como les decía debe uno provocar los factores y luego trabajas por ese sueño.
A mis 22 años, había yo decidido dejar el hogar familiar y vivir solo, en un caserón enorme y viejo que me dejaban habitar gratis para cuidarlo pues sus dueños trabajaban en los estados unidos; mi labor era darle mantenimiento y que se notara que el lugar no estaba abandonado. Estaba el lugar en una zona muy tranquila de la ciudad, prácticamente no pasaban carros pues estaba ubicada al final de una calle privada.
Los domingos por la mañana lo que más desea uno a esa edad es levantarse tarde luego de la parranda del sábado; cosa imposible en ciertas ocasiones y lugares por la presencia (sin duda usted sabe de que hablo) de personas que se dedican a ir puerta por puerta llevando propagandas de muchas cosas (que no especificare ninguna para no ofender a nadie), auténticos merolicos que no te permiten hablar ni negarte a nada, salvo que les cierres las puertas en las narices y aún así insisten algunos.
Sin falta cada domingo antes de las 8 de la mañana, alguno tocaba la puerta del caserón; siempre era un fulano ya de edad y malhumorado quien me hablaba y hablaba de no se que cosa (estaba yo embotadísimo de la resaca, acababa de llegar hacía unas 3 horas a casa), me ofrecía libros y folletos, que se yo.
De un par de semanas atrás, venía observando al salir a la calle por la banqueta de enfrente tocando puertas a una señora alta de unos 40 años, de pelo muy lacio a media espalda y pelirrojo muy bien peinado; era bonita en realidad, con la piel muy blanca. Gorda la señora, pesaría 120 al menos (imagine usted: lo doble de lo que normalmente deseamos), no le importaba llevar minifalda unos 15 centímetros arriba de la rodilla, lo cual hacía imposible dejar de ver aquellos eróticos muslos blancos y gruesos que terminaban en unas nalgas enormes que incitaban todo tipo de pensamientos morbosos.
Portaba una camisa de botones al frente sin mangas y al fondo un sostén color rosa que tenía que soportar unos pechos enormes, para que hablar de tallas, una teta de esas no la agarra nadie completa ni con 4 manos. Con tres botones desabrochada la camisa, al ver eso es irremediable una erección de época. Yo pensaba que vestía así para que no tan fácil le cortara uno su platica propagandista.
Al siguiente domingo que sorpresa la mía, por fin se dio que le tocara a ella llegar a mi puerta. Serían las 7:30 de la mañana de aquel domingo cuando toco con insistencia a la puerta, me asome por arriba del balcón y observe que era ella; me dispuse a aprovechar de su insistencia y pasar un rato súper agradable. Todo crudo, desvelado y con en pelo revuelto, me puse tan solo un short de licra blanco de esos que se te pegan como una segunda piel y se te notan hasta los lunares; descalzo y todo baje a abrirle a mis tres fantasías en una.
Lo primero que hacen este tipo de personas pedirte que los dejes pasar para que te expliquen sus cuestiones, ella se lo pensó al verme así, pero finalmente lo hizo; la lleve a la mesa del comedor y me senté justo pegado a ella. Empezó entonces con su charla: -"venimos promoviendo la verdad y honestidad en las personas, por medio de los métodos que hemos visto su eficacia, caso para el cual te ofrezco estos libros que …"- Hablaba sin parar, yo prácticamente ni la escuchaba, estaba embelesado con sus senos enormes bajo aquella blusa, miraba buena parte de ellos por la ubicación que tome al sentarme; su sostén por su diseño no cubría del todo sus pezones enormes, pues se veía la orilla de su aureola rosada, además que eran muy notorias sus venas en ellos lo que los hacía ver mega fantásticos.
Abajo la mesa de vidrio, sus piernas que al cruzarlas provoco que la falda subiera mucho y poco faltaba para que la parte de atrás llegase a sus nalgas; vaya par de piernas gordas y blanquísimas. No lo pude evitar más, empecé a rozar sus pierna con mi mano y luego de plano puse mi palma sobre ella; Rosa (así dijo llamarse), me retiro la mano con delicadeza y me dijo: -"caray joven, ni caso me hace por estarme viendo, ¿qué le gustan gordas y viejas? Si así es conmigo, como será con las de su edad"-.
-"Disculpeme, pero como usted dice, la honestidad ante todo y tengo un mes sin sexo en lo absoluto, y, francamente no pude evitar excitarme ante la vista de sus senos y piernas; no miento, tan solo vea esto"-. Entonces me levante y le enseñe como se veía bajo mi licra mi pene durísimo, sobre la tela se reflejaban perfecto hasta las venas ya no digamos el glande, que estaba ahí, a centímetros de su cara.
Rosa se sonrojo, pero igual lo miro detenidamente y me dijo: -"distraigámonos un poco de todo esto para que te tranquilices, invítame algo de tomar y vamos a ver el huerto que se ve en el patio trasero"-. Traje dos cervezas frías y le di una la cual acepto a pesar de que no tomaba dizque para que yo viera su buena voluntad. Mientras le enseñaba yo el lugar, caminaba tras ella, chocando a cada rato mi verga con su enorme trasero, cosa de la cual ella ya mejor ni me decía nada.
Platicaba acerca de lo difícil que puede llegar a ser la vida para una persona como ella gorda, vieja y soltera; que ningún hombre la tomo en serio. Yo la consolaba diciéndole que tenía su atractivo, que nada mas viera como me ponía a mi de ardiente, que no se preocupara.
Me dijo: -"En realidad, muchos me miran con curiosidad, pero ahora compruebo contigo que más bien es morbo, dicho con respeto, por que pues estamos hablando claro y directo ¿o no?"- Ya íbamos en la tercera cerveza y creo que eso influía más en las palabras de Rosa que sus dizque teorías de la verdad honesta.
-"De hecho _siguió hablando la gorda_, no se que atractivo puedan tener estas cosas…"-. Y dicho esto, desabotono toda su blusa sin quitársela, y enseguida desabrocho por el frente su sostén rosa y libero sus dos nenotas blancas y enormes, con muchas venas notorias y un pezón demasiado grande fenomenal. Para esto, ella estaba sentada en una fuentecita y bajo la sombra de un gran árbol. Puse la palma de las manos sobre sus pezones y acaricie todo el rededor, la punta de aquellos se elevo bastante, era insoportablemente bello el momento.
Saque mi miembro erecto a más no poder y se lo introduje en la boca sin decirle nada, ella lo saco de inmediato y dijo que jamás había mamado una cosa de esas, que se sentía raro; le calle sus palabras metiendo de nuevo la verga en su boca. Rosa ya no dijo nada, sentada en la fuente y yo parado viendo sus tetas me la chupo y chupo cual paleta, bastante rico. Estaba ya bastante caliente yo, y al sentir que me venía se la introduje a lo más al fondo que pude y eyacule en su garganta los primeros chorros antes de que la sacara de si tosiéndome el semen y yo arrojando el resto de mi eyaculación en su cara, cuello y pelo.
La venida fue bien abundante y quedo muy rociada Rosa, por lo que me pidió pasar a mi baño para limpiarse en el lavamanos. La lleve al baño de mi cuarto y mientras ella se agachaba para lavarse la cara y boca, yo levante su minifalda negra acariciando sus enormes, blanquísimas y seductoras piernas; ella con intentos débiles la bajaba y yo la volvía a subir, en una de esas subí su mini de un tirón y descubrí su culo por completo: que sorpresa la mía, ¡usaba tanga! Pero prácticamente su traserote se la comía por completo por lo que parecía no traer nada. Saque mi pene que con esto se volvió a poner a tono y lo friccionaba contra su enorme culo sin metérselo (de todos modos no podía, su sexo estaba escondido bajo sus excesivas carnes).
Rosa volteo hacía mi y me dijo sarcásticamente –"¿No tienes fin? Acabas de venir en mi boca y ahora quieres mi cosa, esta visita ya se me esta saliendo de control y no insistas, que no podré negarme y tal vez no te guste mi cuerpo…"-
Obviamente, la jale hacía el cuarto contiguo al baño, la tire sobre la cama de espaldas, jale su falda y luego su tanga que prácticamente estaba dentro suyo. La vista era fenomenal, seguía con la blusa y sostén abiertos; separo sus piernas lo más que pudo y lo que más se veía era mucho vello rojizo que tapaba casi toda la vista de su cosa; con sus manos abrió sus enormes y rosados labios vaginales, dejando ver que tenía una rajota enorme. En ese momento yo pensé que ahí sin dudarlo cabrían hasta dos penes juntos, que Rosa no tendría problema en satisfacer un caballa si se lo propusiera. Total que me monte en ella e introduje mi verga en su raja, no apretaba nada la gorda y se salía con facilidad en mete y saca; aquello aunado a que previamente me había venido en su boca provocó que la cogiera y cogiera por más de media hora. No por esto la excitación disminuía, al contrario, mi miembro estaba más duro que al principio, con todo y que a veces ya no sabía si estaba dentro o fuera de ella , el solo roce con aquella cosa enorme era delirante. Con Rosa todo en estas cosas todo es grande, y yo no se si me sentía mucho o poco, pero se dio un par de venidas tan fuertes que parecía que había orinado de lo húmedo. Finalmente me vine mitad dentro y mitad fuera de su vagina, lo que quedo dentro salio al exterior por su orificio enorme rociando su culo con varias líneas de líquido seminal.
-"vaya cogidas que has dado chaval _me dijo_ pero no te niego que no lo quise evitar pues en realidad tenía años que no tenía sexo y menos que alguien demostrara desearme tanto, aparte has sabido provocar las cosas, tienes ese talento, me da miedo que más se te puede ocurrir, así, que con tu permiso, me voy a dar un baño y me voy a seguir con mi labor, necesito limpiarme y bajarme estas cervezas"-
Se fue la señora a la regadera y yo me quede recostado unos 15 minutos repasando en mi mente todo lo vivido; caí en la cuenta de que estaba por acabarse aquel sueño, así que me pare a seguirla al baño y por lo menos volver a ver esas enormidades.
Había mucho vapor, ahí estaban los 120 kilos de Rosa bajo el agua caliente de la regadera, su piel blanca, sus pechos gigantes con aquel pezón que reventaba cualquier pito, aquel culo enorme que escondía su sexo que había que buscar bajo sus carnes… Que caliente era el ambiente y más la vista, la erección volvió a mi, ahora con cierto dolorcillo tras todo lo anteriormente vivido, me acerque a ella y la abrace por detrás, ella suspiro y murmuro: -"¿Es que acaso hay algo más que aún te provoque? Esta bien ¿Quieres cogerme de nuevo?"- Dicho esto se recostó sobre el piso encharcado de agua caliente y separo sus piernas.
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