Agotada, cansada, fatigada especialmente muriéndose de sueño por toda una semana de mucho enredo como trabajo hasta la saciedad entre reuniones y asistir a actividades profesionales la misma Blanc; tocando cama por fin concilia el sueño que carga, si no fuera por las tazas de café negro bien calientes como cargados que tomaba a diario la hubiera vencido el cansancio mental, físico como orgánico. Tocando la almohada al cerrar sus ojos volteada a la derecha con las dos manos debajo de la misma almohada hasta roncando se le escucha un poco al estar muy agotadísima como estuviera en un sueño pesado y profundo que necesita despertarse por el beso de un príncipe azul como fuera un cuento de hadas.
Entrando a la recamara el enamorado viendo que no se quito ni siquiera las botas va hacia donde ella al bajarle el zipper de la bota derecha abriéndosela al sacársela del pie así hace con al de la izquierda dejándolas dentro del closet y quitándole la correa negra del chicote de la falda jeans al guardarla también el closet, se queda silencioso y parado mirándola pareciera una angelito caído del cielo muy bellísima pero cautivante hasta tranquila en su sueño recuperándose la cuota que necesita para equilibrar sus ánimos, humores, pensamientos, condiciones físicas como orgánicas hasta corporales. Se le ocurre algo para entretenerse para no aburrirse y esperar que despierte la bella durmiente, caminando en silencio se acerca a la gaveta abriéndolo despacio y suavemente al sacar un hilo dental y un brasier de Blanc, saliendo del cuarto al encerrarse en el baño para olerlos y imaginarse vainas eróticas como lujuriosas también morbosas por qué no decirlo con suma franqueza los tira al piso se baja los pantalones y el calzoncillo comienza a jalarse y masajearse el pené transcurridos varios minutos al ponérsele erecto y mancomunadamente parado e inflado la cabeza como el cuello del mismo al sentir que va subiendo la bombeada del semen en que está haciéndose la paja al masturbarse cayéndole todo el semen en el brasier como en el hilo dental quedando impregnado la pecho ría como la travesura del enamorado dejando que se sequen al no notársele nada quedando levemente un aroma y una esencia en los mismos saliendo y corriendo a guardarlos en su sitio para que así cuándo se los ponga Blanc tenga el recuerdo grabado e impreso como presente tanto en el hilo dental como en el brasier.
El autor no tiene idea de lo que es una narracion. Esta es bien cojuda