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Esclavo sexual 4 (Distinguiendo vergas)

Esclavo sexual 4 (Distinguiendo vergas)

Aquella noche nada iba bien. Habíamos quedado con Asdrúbal en que estaríamos solos, pero había tres hombres más. La fantasía de ellos es que sería su esclavo(a) esa noche. Digo nada iba bien desde mi punto de vista, porque hasta el momento, más que placer, me habían infringido dolor y humillado bastante.

Desde el punto de vista de ellos, pienso que las cosas estaban saliendo de lo mejor. Una tontería sirvió de excusa para que yo recibiera un castigo desproporcionado, 12 trallazos en mis nalgas, con un bastón de bambú, fueron suficientes para hacerme entender que el “juego” de ser su esclavo, era bastante serio. Ellos habían encontrado a quien someter a su antojo y al parecer no me quedaba más remedio que aceptar sus caprichos y ociosidades.

Después de propinar unas buenas mamadas a cada uno, me colocaron en cuatro patas sobre el banco de patas metálicas, quedando mi culo y boca, más o menos a la altura de sus vergas. Comenzaron a turnarse, yo chupaba con fruición un machete y luego otro, lamia sus bolas, me atragantaba. Aún las nalgas me ardían y sentía temor de lo que me pudiera pasar, por lo que me esmeraba en chupar como nunca.

En el ínterin, el de bigotes untó un lubricante en mi culo y me empaló sin contemplaciones, me dio unas cuantas arremetidas y luego paró. Introdujo luego en mi culo un consolador, mejor dicho un plug o tapón anal grande, que entró sin mucha dificultad. Pensé para qué un tapón habiendo tantas pollas por atender?

Luego, vi que del tapón salía una manguera y una perilla, era un juguete inflable. Mientras yo mamama, chupaba y lamia una verga tras otra, Asdrúbal comenzó a inflar el tapón, sentía como poco a poco me llenaba por dentro.

Asdrúbal me indicó que le avisará si me dolía. En un momento dado sentí mucha presión dentro y algo de dolor. Le dije sumisamente a Asdrúbal, Amo, me duele. El dijo, aguanta un poco más y dio un par de bombeadas extras a la perilla.

Yo me sentía totalmente lleno, sentía presión en el ano. Por la forma del tapón era imposible que se saliera, pues adentro estaba hinchado, justo en la zona del ano, la goma era mucho más dura y de menor diámetro. Entonces digamos estaba abierto como un “paraguas” dentro de mí.

Luego, Asdrúbal me ordenó traer otra ronda de tragos. Me puse de pie, sin embargo, el juguete no se salió, era imposible que se saliera sin desinflarlo. Luego traté de erguirme y allí si experimenté un dolor muy agudo, dentro, como una punzada, parecida a lo que a veces me hacía sentir el Mandingo o el Negro con sus vergas largas. El dolor me hizo doblarme nuevamente. Respiré profundo y trate de enderezarme pero no pude, volví a sentir la punzada.

Entonces fui a preparar los tragos así, con aquella cosa dentro, caminando encorvado. Mis amos se pajeaban suavemente, disfrutando de mi sumisión a sus ociosidades.

Sentí miedo nuevamente, este era el tercer brindis, el último había terminado con un castigo muy fuerte. De alguna forma, esta interrupción bajaba la excitación de mis captores para alargar la faena, sometiéndome a alguna humillación.

Luego, Asdrúbal me ordenó ponerme de rodillas nuevamente y colocó un tapa ojos. Dijo, vamos a hacerte una prueba, vas a mamárselo a todos sin mirar, tienes que adivinar de quien es el palo, si te equivocas te castigo con la vara.

Siguió, por cada uno que te equivoques son 5 latigazos. Si usas las manos 5 más. El de bigotes replicó, no, no, vamos a hacer algo mejor, si se equivoca, que sean 10, pero que se los de quien lo confundió, para que aprenda a reconocer vergas.

Entonces Asdrúbal dijo, bueno, ya sabes, vas a chupar y a identificar a cada quien, no puedes usar las manos y con quien te equivoques ese te da duro diez azotes por las nalgas.

En absoluto silencio, se acercó el primero y posó su glande en mis labios. En circunstancias normales tal vez no hubiera prestado tanta atención al juego, pero ante la amenaza hice un recuento mental de las pollas de cada uno y sus características.

Cuando me estiré un poco para mamar mejor, el dolor punzante por aquel plug inflado que tenía dentro me hizo retroceder. Dije lo más sumisamente que pude, le pido por favor, a cualquiera de mis amos, que desinfle un poco el consolador, que cuando me estiro me lástima demasiado. Uno de ellos libero un poco de aire. Probé a estirarme y pude hacerlo, aunque aún el tapón se mantenía ocupando mi recto. Le dije, muchas gracias amo, gracias al que desinfló el tapón, gracias a todos porque permitieron que lo hiciera y gracias al que me lo metió

El primero fue Asdrúbal, lo distinguí de inmediato por su grueso, sin embargo, no me aventure a decir nada rápidamente, se lo lamí largo a largo y chupe bien antes de hablar. No quería equivocarme, ni tampoco que les pareciera cosa fácil. Luego, el lo retiró y dije “Asdrúbal”. Uno de ellos dijo, al final, nos dices el orden y te decimos cuantos acertaste para que el juego sea más interesante.

El musculoso también era fácil de identificar, pues como comenté antes, tenía la cabeza del pene en ángulo, como si estuviera doblada. Me preocupaban el de bigotes y el más joven, el que era bonito, pues tenían pingas muy parecidas, pero uno tenía los testículos rasurados y el otro no. Entonces tan pronto llegaron a mí, les propiné una rica lamida en los huevos, que me sirvió para identificarlos.

A cada uno le mame tan bien como pude dadas las circunstancias. Y fui identificándolos mentalmente uno a uno.

Después me quitaron el tapa ojos. Asdrúbal preguntó y bien, que nos dices mama vergas? Dije, 1ero Asdrúbal, 2do Fulano (el musculoso), 3ro Horacio (el más joven) y 4to Zutano (el de bigotes) Horacio y dijo WOW, acertaste todos.

Me sentí estúpidamente orgulloso, contento por haber descubierto todas las pingas. Es increíble lo tanto que se puede degradar a una persona, que hasta se contenta por algo así.

Asdrúbal volvió a colocarme el tapa ojos, desinfló el plug, que salió disparado tan pronto su tamaño se había reducido. Me quitaron las esposas y fui llevado a la cama. Asdrúbal dijo, te has portado bien, ahora te vamos a coger como nunca.

Hasta aquí lo dejo por hoy. Gracias por leerme.

JP
Datos del Relato
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