Estaba en casa de Belén haciendo un trabajo que nos habían mandado para el crédito de síntesi en el instituto. Ya era julio y hacía mucha calor. Belén tenía piscina y le dije de darnos un remojón, pero ella dijo de seguir haciendo el trabajo hasta terminarlo. Belén no esque fuera una chica guapa, al contrario era más bien fea, pelo estropajo y gafas de culo de botella, de vez en cuando mientras hacíamos los ejercicios no me podía imaginar a esa chica follando brutalmente. Me entraba la risa. No me pude imaginar que me hiciera aquella fantasía que hizo canviar mi opinión sobre ella.
Pues bien, habíamos hecho ya los treinta ejercicios de tecnologia, pero aún quedaban de mates y lengua. Yo estaba sudando como un pollo, y me quité la camiseta sin importarme que ella estuviera delante. Por lo menos estábamos a 28º. Ella vio que estaba muy acalorado y que me iba a ahogar de tanta calor como no bebiese algo pronto. Ella me dijo que me acomodara en el sofá, y que me traería una lata de coca-cola. Cogí el mando de su televisión. Tenía canal satélite, y puse uno de ellos. En la pantalla salió una pareja lésbica haciéndoselo con tres negros. En aquél momento Belén llegó y me dio la coca-cola. Vio aquella película pornográfica que había puesto sin quererlo, y intenté cambiar de canal pero ella me arrebató el mando y la volvió a poner. Se dio cuenta de que mi polla estaba empinada, y que iba a romper el botón de los pantalones tarde o temprano. Ella soltó una sonrisa burlona.
-Perdona...-dije tapandome la verga con la pierna, encima de la otra, al darme cuenta de que ella me la estaba mirando.
Ella se arrodilló ante mi. Me pusé nervioso y empecé a temblar. Ella habrió un poco mis piernas y contempló mi miembro luchando por ser liberado de mis tejanos. Ella asomó su lengua y hizó que mi pene se empalmase mucho más y fuese liberado de mis pantalones. Ella miró unos segundos mis calzoncillas, con aquél bulto de treinta centímetros apróximadamente. Me quitó los pantalones y me bajó los calzoncillos hasta las rodillas. Mi polla había cogido su máxima longitud, unos treinta centímetros sin exagerar. Se le marcaba mucho unas venas y tenía el capullo muy rosado y mojado. Belén lo acarició con las yemas de sus dedos, y él empezó a temblar. Empezó besándome los huevos y dandole unas grandes lametones hasta deármelos chorreando. Empezó a subir por el gran tronco dando besitos suaves y pequeñitos lametones. luego pasó sus labios por mi glande y eché mi primer gemido. Belén ansiosa agarró mi tronco con las dos manos y se metió la mitad en la boca, arriba y abajo y con la lengua sin parar de moverla. Unas gotitas de semen brillaban en mi capullo y Belén no tardó en recogerlas con la punta de su lengua y haciendo un gemido, como demostrándome que le estaba encantando. Tenía un cosquilleo en la polla, todo estaba concentrado en ella. Belén era fea, pero como la chupaba, supe que no era su primera vez que se lo hacía a alguien, le noté experiéncia. Yo jadeaba como un cerdo y aumentó mi calor, pero me gustaba. Belén paró de chuparmela y fue hacia la cocina, supe que no me podía dejar así. Llegó otra vez con un pote de nata de echarle a las fresas, y me puso por todo el rabo. Ella empezó a chuparla con más ansia. Yo ya me iba a ir, tenía todo mi miembro rojo, de el abono tan bueno de Belén, su lengua. Empecé a gritar un poco más de la cuenta, para que Belén se pusiese cachonda. De repente empecé a expulsar la mayor leche que nunca me había salido, mi semen se excurría por la polla y Belén tragaba todo el que le había entrado en la boca y se derramó por su camistea, entrándole entre el sugetador y mojando sus pezones. Ella comenzó a recoger todo el semen derramado por mi polla con su lengua. No quería desperdiciar ni una última gota y finalmente secó mi capullo y limpiando toda la leche. Para que terminara de expulsar todo lo que había dentro de mi, me hizo una buena paja que duró diez segundos. Volvió a chuapar todo el semen como una descosida. Tenía el pene totalmente rojo y palpitaba, aquello era lo mejor que me había pasado nunca. Vaya mamada.