Eroticon: Filmación a las Once

Toda mi vida he soñado con el glamour de las candilejas. Cuando era una niña siempre soñé con ser una actriz frente a un publico que me adoraba y me aplaudía. Ya en la universidad, descubrí que mi hambre por las luces de la escena iba a formar parte de mi vida sexual. Algunas de mis fantasías tenían como centro principal hacer el amor en lugares públicos. Nunca tuve problema alguno con este asunto hasta el día que mis fantasías y mi carrera chocaron a toda Velocidad. Luego, cuando logré colarme en la televisión, encontré una competencia tan encarnizada que tuve que ararme de valor y afilarme los dientes.

Me tomó tiempo el llegar a ser la principal anunciadora de mi estación, el canal 81. El hecho de que yo soy verdaderamente hermosa, diría que realmente estoy fuera de serie-- ha hecho que muchos piensen que tuve que singar a diestra y siniestra para alcanzar la cima.

¡Desde luego que esto no es cierto!

Claro que me sobraron las oportunidades. Yo me cuido mucho físicamente, y la naturaleza me bendijo con todos esos ítem que realmente llaman la atención: Cara, senos, nalgas, muslos, piernas, talle estrecho, todo!

Hace poco, uno de mis ex compañeros de trabajo, David, por poco me lleva a la ruina. La carrera de David como director de Noticias se había deslizado de lo mejor, pero de repente su estrella se oscureció. Fue entonces cuando los que manipulan las cosas allá arriba decidieron que un Director de Noticias hombre atraía televidentes tanto como una mujer.

¿Y a quien eligieron para reemplazarlo? ¡A mí!

La primera semana que me enfrenté a las cámaras fue una sensación. ¡Sin duda alguna fui un éxito! ¡Estaba que no me cabía un granito en el culo del orgullo que sentía! Pero David estaba hecho un resentido. Es más, su hostilidad era manifiesta. Me costaba trabajo comprender su actitud ¿acaso yo no había aumentado el número de televidentes que nos miraban?

¡Y entonces intentó sabotearme! Se me puso en contra completamente, y cada vez que pasaba por su lado cuando charlaba con uno de nuestro grupo se refería a mí llamándome puta y cabrona.

Las cosas empeoraron en lugar de mejorar. Al comenzar mi segunda semana, yo estaba sentada en el camerino cuando irrumpió David. ¡Y bien parecido que era!

Entonces comprendí que de verdad nunca me había fijado en él de verdad como un hombre, y únicamente de una manera profesional... como el director del programa. Me cogió de sorpresa, haciendo chistes y mofándose de los tramoyistas. Hasta propuso ponerme el maquillaje si Saul no se aparecía a tiempo.

Al acercarse a mí, olí la colonia que llevaba puesta, cosa que me calentó más. Sus labios estaban a solo pulgadas de los mios. Cerré los ojos para no mirarlo y traicionarme. Ahora que había llegado tan lejos no iba a dejarme caer así como así. Una de las cosas que había aprendido allí es que uno no tira donde trabaja.

Aún así... el calor que despedía el interior de mi entrepierna no era cosa de juego. Pero aún con mis ojos cerrados yo sentí su tibio aliento muy cerca de mí. Los jugos de mi raja empezaron a desparramarse y comprendí que me estaba descontrolando. Abrí los ojos y le vi el gran bulto que se le había formado en la entrepierna.

¡Tenía que actuar rápidamente!

Apretándome bien la bata al cuerpo, me levanté súbitamente de la silla, le di las gracias por haberme empolvado y le pedí cortésmente que se marchara. Reusando marcharse, él se acercó más aún u me abrazó, diciéndome que estaba loco por darme lengua. Tenía las piernas flojas y el corazón se me quería salir del pecho. La pepa me hormigueaba.

Y entonces sentí su aliento junto a mi oreja, susurrándome que tenía la verga parada y dura y lista para rellenármela raja. No les bromeo al decirles que por un instante estuve a punto de arrancarme la bata de encima y dejar que me diera la singada que mi raja pedía.

Y entonces alguien tocó la puerta. Era el maquillador, Saul, seguido del asistente de producción que me dijo "te quedan 15 minutos para salir al aire".

A pesar de lo caliente que estaba, sabía que mi carrera era más importante que una cogida de corre-corre. David abandonó el camerino de mala gana.

Mientras Saul me maquillaba, medité todo con respecto a David. ¿Qué quería...? ¿Era sincero? ¿Qué se traía entre las manos...?

Tan pronto estuve lista me dirigí al estudio. El anunciador —fuera de la pantalla— me presentó al público. Y me senté frente a las cámaras y empecé a leer las noticias. Mientras me detenía, esperando que el apuntador me diera el pie, sentí como una mano me agarraba la nalga derecha y me la apretaba.

Me volví y vi a David, mas frío que un pez, como si nada hubiese ocurrido.

Mirando a la cámara como si nada pasara, no obstante yo sentía como si algo suave, caliente y mojado me anduviera por la raja.

Tan pronto cortaron para dar el comercial, yo di un salto y me quité el consolador a pilas de la raja. Era un modelo comercial. Le grité a David y a los camarógrafos: "¿Quién diablos puso esto aquí?". Nadie confesó, pero de seguro se dejaron oír risitas por todas partes.

Mientras tanto David pretendió ser el inocente, mostrándose airado y consternado por lo ocurrido...tanto como yo.

Al terminarse el comercial me volví a enfrentar a la cámara y le di lectura a las noticias. Como él estaba a mi lado, pero fuera de cámara, empezó a frotarme el muslo por debajo de la saya, haciendo ver que me dirigía.

Por suerte, hubo que cambiar para un reportaje en la Casa Blanca y mientras este se desarrollaba, yo traté de controlarme todo lo que pude

L0 que David deseaba era que yo mostrara mis deseos sexuales enfrente de la teleaudiencia para que me despidieran.

Bueno, por lo menos ya sabía lo que David se traía entre manos. Todo lo que tenia que hacer era controlar mis deseos sexuales.

!Pero me equivoqué!

Una vez más tenia la cámara encima. Mientras narraba la próxima noticia, David comenzó el toqueteo de nuevo.Esta vez no solo se atrevió a meter la mano debajo de mis panties, sino que me agarró la raja, cuqueandomela de mala manera

Estaba molesta, confusa y más caliente que un fogón.

Mi mente corría a mil kilómetros por segundo, tratando frenetícamente de concentrarme en las noticias y no en la mano que me trasteaba la pepa..

!Al fin empezó el segundo comercial!

Luego me volví hacia David y le dije que parara lo que estaba haciendo. Pero él continuó haciéndose el zueco. Y cuando le advertí que se lo iba a decir a los jefes, él me contestó:

"¿Acaso bromeas? Sé que estás loca por soltar el lechazo y voy a hacer que lo logres en el aire. Y de esa manera la gente en la nación va a saber quien es la famosa anunciadora de televisión".

Mi sorpresa fue inmensa al él admitir aquello. Pero de nuevo me indicaron que yo estaba al aire y comencé a recitar las noticias de nuevo.

Y ahora al mirar con el rabillo del ojo, no lo vi. ¡Había desaparecido de mi lado! Aunque no me costó trabajo alguno descubrir donde estaba metido.

Sentí como sus manos me sujetaban a la silla. David estaba metido entre mis piernas, debajo de la consola, invisible para la audiencia, pero muy cercano a mí.

Me estaba dando lenguaje a la raja de una forma que me tenía bizca. Yo estaba que no podía soportar más de aquello del gusto que me estaba dando.

Y de repente supiré, di un temblequeo y empecé a correrme. Mi cuerpo vibraba de la cabeza a los pies, y le lancé la raja a la cara a David.

Por suerte el productor ejecutivo comprendió lo que estaba sucediendo y ordenó que intercalaran otro comercial de refrescos o algo así.

Ya con un orgasmo del otro lado, me controlé lo mejor que pude.

Un toque en la puerta de la cabina me volvió a la realidad. Era el productor ejecutivo que quería verme sin pérdida de tiempo... Pero todo se arreglo. Después de este incidente, mi carrera volvió a enderezarse. Es más, ¡ahora me va mejor que antes! Después de todo, a una locutora de noticias no le viene mal cierta reputación... ¡Ser celebre!