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epitafio masculino 2: El comienzo de un todo.

Todo comenzó una noche de viernes: Rafael llevaba apenas 6 semanas trabajando en Matchen force como telefonista. había sido una semana ardua pero había tenido oportunidad de conocer a casi todos sus compañeros de planta y a su jefe, un gerente llamado Salomón Macias, de 47 años: hombre calvo, con cuerpo regular aunque un poco regordete, y ojos cafés que ocultaba en las reuniones con unas gafas oscuras para "dar imagen". solía decir. aunque no sabia que el departamento también estaba regido por Fabian, de quien apenas había oído por boca de su jefe. y era el quien gestionaba los pagos a empleados y accionistas. así pues, no le conocía mas que solo de vista.  pero ese viernes cambiaría el curso de todo. ese día rafael había sido invitado por Adrian Pozas a un gimnasio, solo para ver si este se animaba a asistir con el debido a una promoción que daba el gym de 2 por 1. Adrian era su compañero de planta  directo y con quien recién había trabado una amistad de "camaradas".  el gimnasio en cuestión se ubicaba cerca de San Ángel Inn: era un gimnasio sofisticado, grande y espacioso: de paredes con azulejos y piso marrón. los equipos deportivos daban la impresión de ser semi nuevos casi siempre por el constante mantenimiento. con un ambiente muy festivo, y la mayoría del personal parecía de lo mas juvenil. se llama "Cronos Gym". Adrian llevaba asistiendo solo unos 7 meses, pero sabia del gimnasio por una gaceta semanal que circulaba  en su barrio  cada semana, y estaba cercano a  Huichapan.  ahora  invitaba al joven solo por un  menudo aprecio que le había tomado desde el comienzo: parecía un tipo concentrado, abierto y con tendencia a adaptarse a todo tipo de cambios. mas solo eran amigos. por ironías del destino, Fabian también acudía a dicho gimnasio: por lo atractivo de su nombre, siendo fabian de ascendencia itálica y porque poseía una membresia VIP oro en dicho gimnasio. así, solo acudía  unos 6 días a la semana o si podía solo los sábados. así, esa noche de viernes parecía destinada  a encontrarse con aquel romance prohibido, pero que pertenece a la ley humana. al llegar, Adrian se hallaba arreglando unos costos atrasados de su mensualidad con uno de los cajeros, mientras Rafael solo observaba  a los hombre y mujeres bien proporcionados que pasaban; viniendole mil cosas a la cabeza cada que veía a las mujeres, la mayoría de ellas pasando de los 28 años pero con una silueta juvenil. cuando adrian lo insto a entrar:

- oye, ¿ a cuanto crees que ascienda la mensualidad aquí?-. pregunto rafael, aun teniendo pendiente por el transporte pues ya eran cerca de las 7.30 pm cuando habían arribado saliendo de trabajar y debía llegar al departamento para una llamada que le harían sus padres, como habían acordado desde el momento de su contratación y aun no se sentían seguros de su independencia.- pregunto porque como faltan 8 días para que nos paguen pues...

 

- tu relax, mi buen!!!-. replico adrian estrechándole el hombro-. acuérdate que te traje aqui para ver si te convence el gimnasio y para que le tomes forma a tu trabajo de ejecutivo senior. si no te convence, pues por mi esta bien. - así, rafael solo se limito a asentir y mirarle con una sonrisa de "nunca cambiaras" a su amigo. así, abordaron el gimnasio. mientras, a pocos pasos, en una maquina de pesas y mancuernas se hallaba un joven rubicundo, que se hallaba entre tomar su Gatorade o seguir con su rutina. se trataba de Fabian, quien ya estaba por retirarse una vez consumada su rutina. por cuestiones de que rafael debia probar una maquina de pesas, este se quito su blusa color azul; mostrando al aire su dorso moreno, tostado y apenas esmirriado, delgado. Fabian le advirtió apenas incorporándose; no pudo evitar admirar ese cuerpo  adonis, primitivo. mientras sus ojos azules divisaban el masculino dorso. asi, decidio abordar al joven aun estando su amigo, a quien solo había visto unas veces en el gym. mientras ambos jovenes charlaban con el instructor, rafael escucho que alguien hablo detras de su espalda:

- buenas noches...- saludo la voz, con cierto acento y un poco suave-.  ustedes deben ser Adrian y Rafael,  del departamento de cobranza.- así, ambos jóvenes  se volvieron  hacia el: Adrian saludo apenas recuperándose de ese inesperado abordaje, mientras rafael saludando también, no expreso gran sorpresa pero quedo fascinado por esos ojos azulados casi grises que despidieron chispas al estrecharse la mano.  cuando el instructor les hubo dado orientación sobre ciertas políticas del Gym, se retiro con una reverencia. así, los tres charlaron acerca de cosas del trabajo, luego de algunas personales, etc. por casi dos horas hasta que  Adrian se excuso diciendo que debía irse ya pues había recordado que tenia asuntos pendientes de trabajo para el lunes muy temprano.  pero rafael, charlando con fabian que acababa de conocer se hallaba tan entretenido que apenas lo advirtió. tras advertir que solo quedaban ellos dos, rafael hablo:

 

- ¡Santo Dios! ya son casi las 10.15 pm. debo regresar a mi departamento.- sabia que el gym lo cerrarían ese día a las 10.30 pm, pero quería irse por la inseguridad que impera en el sur de mexico a esas horas. fabian apenas prestando atención a su exclamación le aseguro sereno:

- oh! no hay problema rafael: si gustas, yo te dejo por tu domicilio.  yo vivo por perisur pero no tengo mayores prioridades. acompáñame.

 

- ok. gracias, fabian miranda-. replico este, resignado.- asi, al salir del gym  y ya en el automovil de fabian un grand marquis color blanco, fabian le insinuo un ofrecimiento, 50 segundos despues.

 

- por cierto, rafa; me gustaría que este sábado que viene, si puedes...- rafael le miro un poco desconcertado-. vinieras a mi casa. para, no se... tomarnos unas cervezas y relajarnos un poco mas ( aunque era esto  en parte mentira,  en parte verdad)  así, podemos trabar una amistad o un buen compañerismo. que te parece?

 

- bueno, jefe..-. afirmo rafael, quien pese a serle simpático el hombre aun le inspiraba cierta desconfianza y rareza-. no se. quizás no tenga tiempo venir.-. así, lo pensó unos minutos y afirmo-. bien, lo voy a checar.

 

- bien, como quieras hombre.-. aseguro fabian, con un destello en sus ojos de gato y sonriendo.  así, ambos jóvenes hombres llegaron al departamento de rafael y se despidieron. mientras rafael apenas llegar a su apartamento, quiso analizar que había pasado esta noche. pero al no encontrar nada que analizar de cerca salvo que había trabado una nueva amistad suspiro y entro a su departamento pequeño y modesto. mientras el automóvil grand marquis  seguía aparcado a la esquina, sin advertirlo ya rafael.  y unos destellos de mirada se filtraban tras el cristal. " quizás me cueste... quizás me cueste proponerselo...pensaba fabian-. pero lo conseguiré." así, el automóvil arranco en dirección al sur de nuevo.  mientras un departamento del segundo piso ubicado en un conjunto habitacional donde entrara hacia poco un joven moreno trasnochado, acababa de apagar sus luces. continuara.

Datos del Relato
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