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Categoría: De Fiesta

Entro, llego, visito, amo hasta hago el sexo con Casandra y mucho más.

Desnudo en la habitación del prostíbulo que frecuento y acostumbro a llegar hasta entrar en donde ya soy conocido frecuentemente por el mismísimo encargado, en que solo con preguntar por Casandra sonriéndome me dice está libre y esperándote en su habitación, le tocamos la puerta el encargado honrándome le informa Casandra llego tu esposo nos abre la puerta sonriéndome me recibe le pago por una hora al entregarle en sus propias manos en persona cómo en vivo y a todo color el tiquete en que beso y soy recibido hasta abrazado divina y emocionada inclusive alegre por parte de mi queridísima prostituta colombiana riquísima, sabrosísima, buenísima, deliciosísima, deleitosisima, deseadísima asimismo fascinadísima ya que tenemos más de tres años de que me zacea hasta me complace en todas mis fantasías eróticas de ejecutiva universitaria por excelencia que no me deja mal sino espectacularmente zaceado en el tópico del sexo actualmente.

Desnudo ya y vistiéndola con el atuendo que me gusta vérsela puesto en que me recreo ardiente, apasionada, caliente, fascinada, excitada, enajenada, gozada, emocionada, zaceada finalizo poderosa y colosalmente siempre a mí.

Me lava la pinga erecta cómo gigantesca hasta dura incluso enorme y bastante parada el amiguito qué lo apodamos y lo llamamos así a mi pinga verguera que siempre le da plomo a la mismísima y queridísima Casandra al estar con ella.

Me mama, chupa, juega, apasiona, aumenta la erección acostada con parte de su cuerpo encima de mi vientre doblada en que mientras está comiéndome ella, yo por mi parte estoy acariciándola hasta manoseándola igualmente rozándole propiamente mi mentón en todo sus glúteos inclusive hurgándomela por debajo de la falda con las entrepiernas juntas con las botas en que la tengo dominada sobre todo adueñándome de sus senos que se los aprieto suavecito al manosearlos también tocárselos con mucho libertinaje; estando completamente a petición mía siempre desnuda debajo del atuendo de ejecutiva universitaria Casandra.

Ya preparado me la acuesto boca arriba qué me abre automáticamente las entrepiernas para recibirme en qué le entro y me la follo muy aguerrido y extasiado en que nos observamos y nos quedamos rotundamente mirándonos ojo a ojo en que le gusta gemirme continuamente, en que me pellizca las tetas de mis pechos consintiéndome en que le damos parejamente al sexo en la cama; nos ponemos de pie al tomar una silla en que se dobla aferrándose inclusive agarrandose con mucha fuerzas a los brazos de este, embistiéndomela al darle profundo duramente bombeándomela en que le doy ardiente y enajenado con toda la vigorosidad qué me inunda por dentro por el clímax que me desata en mi interior por ella, al seducirme con su divina presencia y ese cuerpazo de toda una prostituta colombiana qué está buenísima, riquísima, sabrosísima, deliciosísima, deleitosisima, deseadísima, extrañadísima asimismo soñadísima por mí durmiendo que también zaceadísima por mí.

Me vengo colosalmente en que me masturba evidente y obviamente en que se sube y siento por lo profundo de mis huevos que avanza ascendiendo por el glande hasta que sale disparado al botarlo en grandiosas dosis industrializadas y calientemente por la punta de mi pinga por bastantes polvos y pajas ensuciándonos cómo embarrándonos y pringándonos a tutiplé por doquier a más no poder a nuestro alrededor; en que no puede quitarle ni apartarle ni dejarle tranquila al no molestarse ni quejarse ni oponerse para nada con mi mano juguetona y sinvergüenza en sus glúteos cómo en la parte baja de sus nalgas cómo muslos y piernas qué tiene la falda levantada a la altura de la cintura abrazados y pegados mutuamente en que la tengo volteada de lado descansando por tantas satisfacciones sexuales que protagonizamos ambos en que me limpia, y se mete al servicio para orinar y lavarse la micha totalmente por lo qué le hago y tengo con ella siempre. Vistiéndome sale al quedarse acostada virada de lado con su mano apoyando y sosteniendo su cabeza de lado en que me pregunta reiteradas veces, cuándo vuelves a visitarme y llegaras para qué estemos juntos mi vida y papi qué me llama cariñosamente sonriéndome Casandra, me despido al informarle el otro mes vendré para verte y estar contigo Casandra al besarnos me abre la puerta de la habitación al partir y caminar hasta salir totalmente agradeciéndole al mismo encargado del prostíbulo adonde frecuento y acostumbro a entrar desde hace más de tres años consecutivos con mis prostitutas colombianas buenísimas, riquísimas y sabrosísimas que me zacean sexualmente con mis fantasías de ejecutivas universitarias hoy día.

Datos del Relato
  • Categoría: De Fiesta
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