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Categoría: Maduras

Entregada: al inquilino – 2º parte

Continuación



Después de lo que paso esa noche ya todo fue morbo y lujuria, lo primero que hice por la mañana fue depilarme todo el bello púbico, mientras lo hacía imaginé que me lo comía y ya me fui caliente al trabajo.



Llegué a casa y le hice la cena a mi marido, después le ayudé a acostarse y luego me fui a cambiar de ropa para esperar la llegada de Juan, busqué de entre la que tenía para utilizarla para determinadas ocasiones y al final me puse un vestido corto de botones, sin ropa interior. Bajé a la cocina y esperé a que llegara Juan mientras hacía algo de cena, sentí la puerta pequeña de entrada por el garaje, su ruido me puso nerviosa y excitada a la vez, esperé que subiera, oí la puerta abrirse y entonces me puse en el fregadero limpiando unos platos



Juan- no te vuelvas, sigue fregando, esta visión me pone



Seguí fregando cuando sentí un dedo recorrer mi columna vertebral de arriba abajo, me dio un escalofrío que recorrió mi cuerpo, el dedo bajó hasta mi culo y volvió a subir por el mismo sitio



Juan- te estremeces solo por esto pues espera que tengo más ideas.



Pasó sus manos por delante hasta mi pecho que tocó, amasó



Juan- uh buena zorra sin sujetador me gustan así las mujeres



Desabrochó los botones de arriba del vestido dejando mi pecho al descubierto, le tocó los pezones y me los pellizco, gemí por el gusto y sensación que eso me produce, mis manos dejaron de fregar para solo sentir sus tocamientos. Los volvió a pellizcar más fuerte y volví a gemir más fuerte



Juan- cuidado puta que no te oiga tu marido



Pero Él seguía con ese juego por lo que llevé una mano a mi boca para amortiguar mis gemidos. Siguió luego desabrochando mi vestido hasta que quedara totalmente abierto



Juan- veo que la zorra tampoco lleva nada de ropa interior



Mientras decía esto me puso la mano en el culo y la pasó hacia adelante hasta llegar a mi coño



Juan- además veo que eres una zorra obediente, te depilaste como te ordené



Me dio la vuelta y mirándome acercó su boca a la mía, metiendo su lengua que yo recibí con pasión, mientras me besaba dejó caer mi vestido al suelo y luego bajó a mi pecho para besarlo, sobarlo, morderlo. Yo le puse mis manos en su cabeza para que no dejara de hacerlo, de manosearme, de morderme, de besarme el pecho



Juan- que ricas tetazas tienes, zorra



Me cogió con sus brazos y me sentó en la mesa de la cocina, me abrió las piernas mirándome a los ojos



Juan- veamos a que sabe tu coño



Puso su cabeza entre mis piernas y su boca  y lengua en mi coño, me tumbé en la mesa y con mis manos en su cabeza sentía los lenguetazos en mi mojado coño, no tardé en gemir y llegar de una forma tan fuerte que arquee el cuerpo, pero eso poco le importó porque siguió comiéndomelo hasta sacarme otros dos orgasmos aún más fuetes si cabe. Hacía tanto que no tenía tres orgasmos que me quedé quieta durante unos minutos. Luego me incorporé sentándome en la mesa, Juan me miraba a los ojos, con la boca mojada de mis jugos, le pasé un dedo por los labios para limpiárselos



Yo- quieres cenar ahora?



Juan- quiero comerte a Ti entera, Sí. Me dijiste que te comiste la polla de un amigo de tu marido aquí en la cocina, verdad



Yo- si, lo hice



Juan- y no te folló,



Yo- no



Juan- ni te la metió por el culo?



Yo- no, nada de eso



Juan- pues eso voy a hacer yo ahora, baja de la mesa



Bajé y me dio la vuelta apoyándome las manos en la mesa, tiró de mi culo hacía atrás y sentí como se bajaba el pantalón poniendo su polla en la entrada de mi coño



Yo- no, no sin condón no



Pero no me dio tiempo a nada, ya la tenía algo dentro



Juan- solo un momento antes de follarte el culo, no dejaré nada de leche, además puta tú ya no puedes tener hijos



Sentí como se abría paso su polla por dentro de mi coño y como se iba haciendo más grande y gorda



Yo- no puedo tener hijo pero hay enfermedades



Le dio igual lo que le decía me cogió del pecho y tiraba de mí hacia atrás con fuerza mientras sentí como su polla entraba y salía de mi mojado coño, cerré los ojos y me dediqué a sentir su polla dentro de mí.



Juan- tienes vaselina o mantequilla o algo?



Yo- mantequilla en el frigo, para que la quieres



Juan- ahora lo verás



 Sin sacarla de mi coño me llevo hasta el frigorífico, loa abrió y sacó la mantequilla, la derritió en su mano y me la puso en el culo



Juan- así entrara más fácil



Sacó su polla de mi coño y la puso en mi culo y empezó a empujar, entraba con dificultad hacia micho que nadie me lo follaba y debía estar más cerrado, me dolía un poco según entraba además su polla era enorme, cuando la tuvo toda dentro empezó a sacarla y meterla despacio para que me acostumbrara y no tardé en ello, cuando vió que me entraba bien bajamos a la vez al suelo y me quedé a 4 patas con la cabeza apoyada en el suelo, entonces fue cuando comenzó a meterla y sacar su polla de forma salvaje, creía que me partiría en dos



Juan- no grites tanto puta, que te oirá tu marido



Debía estar gritando mucho de placer e intenté no hacerlo pero no podía el volver a sentir en mi culo una polla era superior a todo y gemía y gemía de gusto, además Juan me tocaba el coño por lo que llegué varias veces hasta que sentí que mi culo se llenaba de leche caliente, espesa y abundante, luego Juan quedó encima de mi espalda.



Luego se retiró de mí y se sentó en un silla yo me senté sintiendo como la leche de mi culo caía, después apoyé la espalda en la pared con las piernas abiertas mirándole de frente, debía tener una pinta de puta así sentada, con esa cara de zorra satisfecha que se me pone según algunos tios



Juan- menudos gritos das pareces una zorra en celo, seguro que alguien te oyó pedazo de puta, habrá que buscarte otra polla que te tape la boca



Yo- soy así no puedo evitarlo, quieres que comamos algo



Juan- si vamos a mi habitación que me comas la polla y yo a ti el coño y tus tetazas de puta



Se puso de pie y dijo



Juan- y limpia el suelo de la leche guarra zorra



Cogí papel de cocina y limpié y luego nos fuimos para su habitación donde estuvimos follando, comiéndonos enteros durante horas



Así transcurrieron los día siguientes yo le daba de cenar a mi marido le ayudaba a acostarse y luego bajaba directamente a la habitación de Juan para follar durante horas



Un día llegó tarde lo esperé pero al final me fui a dormir a mi habitación, luego sentí la puerta abrirse pero si esperaba que bajara a verle lo tenía claro, solo que no esperó a que bajara subió el a mi habitación y entró, le dije que se fuera, todo con voz muy suave, pero no hizo caso se desnudó y se metió en la cama



Yo- vete estás loco



Se puso encima de mí



Juan- serás puta no tienes ni bragas



Era verdad solo llevaba un camisón que fue subiendo con sus manos hasta dejarlo en mi cuello sujetándome con una mano el camisón en el cuello y con la otra sobándome el pecho y abriéndome las pierna con la suyas la puso su polla en la entrada de mi coño



Yo- déjame no me toques, no me folles y menos si condón, cabrón



Me la metió toda de golpe sin miramientos comenzó a sacarla y meterla de una forma brutal, sentís su polla dentro de mí como me partía en dos



Juan- desde ahora te follaré así sin nada y te dejaré mi leche donde me dé la gana, entendiste puta



Me puse la mano en la boca para amortiguar mis gemidos y gritos y con la ayuda de Juan poniendo su boca y lengua en la mía apenas se oía



Juan- que buena zorra estás hecha, con tu marido ahí al lado y tu follando con otro, gimiendo como una perra caliente



Se salió de mí y dijo



Juan- venga perra cabalga tu encima



Se tumbó terminé de quitarme el camisón y me puse encima de él metiéndome su pollón hasta el fondo y cabalgando encima suya, el me sobaba las tetas y me pellizcaba los pezones yo con las dos manos en la boca amortiguando mis gritos de placer, antes que el soltara su leche dentro de mi coño llegue dos veces, luego quedé tumbada encima de Él



Yo- deberíamos utilizar protección



Juan- te dije que dejaré mi leche donde quiera, lo entiendes o que te pasa zorra



Yo- si lo entendí si



Juan- bonita habitación hoy dormiré aquí contigo, algún problema



Yo- no ninguno, amor, ninguno



Sonó el despertador y me puse encima de él, tenía la polla totalmente dura, me la metí en mi coño y cabalgué encima suya, em medio dormido abrió los ojos y sonriendo dijo



Juan- así me despertarás todos los días, verdad



Volví a correrme antes de sentir su leche en mi coño



Juan- ponte un tanga y llévate mi leche dentro de ti a trabajar



Yo- si amor pero ya tienes que irte



Me levanté y me puse un tanga dejando que parte de la leche quedara en él



Juan se levantó me sobo las tetas y luego el culo y me dijo mientras me lo tocaba



Juan- éste no lo tengo olvidado, tendrá su ración de polla esta noche



Se fue y me acabé de vestir, durante todo el día sentía mi tanga mojado por la leche espesa de Juan



Durante todo el día estuve recordando la noche y solo deseaba volver a casa a estar con juan otra vez



Como todos los días le di de cenar a mi marido le ayude a acostarse y me vestí para esperar a Juan, me puse un vestido de botones. Sentí la puerta y como subía las escaleras sin decir nada vino hacía mí y metió la mano por debajo del vestido cogiéndome el tanga y tirando hacía arriba metiéndomelo por mi coño, fu una sensación de placer, dolor y humillación.



Juan- aún lleva el tanga con mi leche, verdad



Yo- si lo llevo



Juan- que puta está hecha



Metió la mano por dentro del tanga tocándome le coño



Juan- y veo que estás caliente, verdad zorra



Me besó en la boca y me dio media vuelta haciendo que me apoyara en la encimera de la cocina, luego saco mi culo y subió el vestido dejándolo a la vista, sentí como se bajaba los pantalones y apartaba el tanga poniendo su polla en la entrada de mi coño, sin decir nada y de un fuerte golpe me la metió hasta dentro, sentí como entraba su pollón dentro de mí, Dios que puta y caliente me sentía, después agarro mis tetas y comenzó a sacarla y meterla a la vez que me estrujaba el pecho con sus manos, alguna veces me daba azotes en el culo y me decía, como siempre guarradas que me ponían a mil.



Tiró de mi pelo y me puso recta tocándome el coño a la vez que me  metía su polla, tiro de mi vestido rompiendo algunos botones y otros salieron dejándomelo abierto, me lo quitó y según estábamos hizo que me pusiera a 4 patas en el suelo, empujo mi cabeza contra él apretándomela fuerte después saco su polla de mi coño y me la metió en mi culo de golpe



Juan- no grites tanto puta que te oirá el cornudo de tu marido



Yo no sé si gritaba mucho o no pero que cada ya llevaba dos o tres orgasmos eso lo sabía



Juan.- pídeme otra polla para tu boca y así no gritar, vamos puta pídemela



Yo- trae otra polla



Juan- dilo todo puta, que la traiga para que no puedas gritar



Yo- tráeme otra polla para que no pueda gritar



Juan- pídelo por favor zorra guarra



Yo- por favor tráeme otra polla para que no pueda gritar



Según hablaba sentía el calor de la leche que me llenaba mi culo, si polla daba espasmos dentro de mi culo hasta que empezó a ponerse flácida y salirse de él, yo me quedé así durante unos segundos sintiendo como su leche resbalaba por mis muslos, me incorporé para buscar papel de cocina y limpiarme



Juan- ponte bien el tanga y deja que se quede ahí, que lleves mi leche en tus coño



Lo hice pero cogí el papel le dije que se sentara en una silla y me puse de rodillas para limpiarle su polla luego terminé pasándole mi lengua por toda ella



Juan- que buena hembra eres, como sabes satisfacer a los hombres



Le miré a los ojos y volví a pasarle la lengua mientras le miraba



Pasaron algunos días con lo mismo me follaba conde quería, cuando quería y hacía lo que decía casi era su esclava sexual.



Un día le esperé como siempre vestida de puta, prácticamente, solo que esa noche esperé sin que el llegara a casa, me fui  dormir todavía inquieta por la espera y no verle. Ya tarde oí la puerta del garaje pensé en bajar pero que caray si no había venido es que pasaba de follar por lo que me quedé en la cama. Seguí con el oído puesto y sentí como se abría la puerta de bajar al garaje, está listo si piensa que voy a ir, pensé. Sentí unos pasos por la escalera, si viene dormir conmigo está listo, pensé. S abrió la puerta y vi como entraba Juan y detrás de Él otro chico, me incorporé



Yo- que pasa aquí



Mientras hablaba terminaron de desnudarse y de tumbarse cada uno a mi lado



Juan- calla puta quieres que se despierte tu marido



Me tapó la boca con su mano mientras con sus piernas el otro chico y Él me sujetaban las mías inmovilizándome



Juan- éste es Antonio, un amigo mio y creo que es lo que necesitas para que no grites tanto, un tio que te tape la boca con su polla



Le miré aterrorizada, quería que me dejara tocar, follar… por un desconocido esto había ido muy lejos, le miré a juan intentando decirle que no de coña me dejaría tocar por ninguno. Bueno no sería le primera vez que estaba con dos tios incluso con tres una vez estuve al final de una fiesta en casa de uno de ellos, mi marido cogió una buena y se quedó dormido borracho en un sofá mientras el anfitrión y dos amigos suyos me follaban por todas partes casi delante de la narices de mi marido, pero eso fue porque yo quise no por imposición. Ahora era distinto.



Mientras intentaba quitármelos de encima ellos me quitaban el camisón y tiraban de mi tanga para quitármelo, yo lo sujetaba pero uno me quitaba la mano y le otro tiraba por lo que pronto me quedé desnuda delante de ellos



Juan- cómele los pezones a la puta, eso le gusta



Mientras que ambos me los comían y sobaban con una mano, la otra libre la pusieron los dos en mi coño tocándomelo sin descanso



Antonio- que rica está la puta y mira la cara de placer que pone, le gusta que la soben



Con sus lenguas, mano, bocas… no tardaron en ponerme a gemir



Juan- cógenos las pollas con tus manos, venga puta



Se la cogí estaban duras y enormes las dos



Juan- te gustan verdad zorra, dime



Le miré a los ojos



Juan- responde, vamos puta



Yo- si me gusta



Juan- es la primera vez que tienes dos pollas para ti verdad



Le dije que Sí, que más daba decir otra cosa



Juan- ponte encima de mí, cabálgame



Se tumbó en el centro de la cama y me puse encima



Juan- Antonio fóllala el culo



A los pocos segundo sentí como la polla de Antonio se abría paso por mi culo hasta tener las dos pollas dentro de mí, sintiendo como entraban y salían de mi cuerpo



Antonio- que rico culo y tetas tiene la zorra



Antonio me sobaba las tetas a la vez que me la metía de golpe, los pezones me los pellizcaba haciéndome vibrar de placer las dos pollas y las 4 manos en mi pechos. Debía de estar gritando mucho porque pronto sentí la mano de Juan en mi boca diciéndome que bajara la voz



No sé cuanto tiempo estuvimos así, ni cuantas veces ellos se corrieron y lo peor es que tampoco sé cuantas veces me corrí Yo, pero por como quedamos al final tumbados debieron ser muchas, aunque ellos quisieron acabar su leche en mi boca y tetas por lo que se las comí a los dos a la vez, llenándome de su leche.



Después de aquello nos quedamos tumbados unos segundos.



Yo- será mejor que bajemos no nos oiga mi marido



Busqué ropa y encontré el camisón que me puse, ellos cogieron su ropa del suelo y bajamos a la cocina, entramos y después de cerrar la puerta encendí la luz y fue cuando ví la cara de Antonio, era un amigo de mi hijo, me quedé de piedra, paralizada



Antonio- hola señora



No sabía que responder pero al final me sobrepuse y mirando a Juan



Yo- estás loco como traes a un amigo de mi hijo aquí, sabías que era amigo de mi hijo, dime quieres hundirme como mujer y esposa.



Antonio- mire un día le ví el un bar con Juan y me quedé intrigado lo que hacía allí y como los dos lo frecuentamos le pregunté a Juan y al final me dijo que me traería un día aquí y la verdad usted siempre mu puso mucho y no dudé en venir



Recordaba ese día fui a buscarlo a un bar que estaba con unos amigos, lo que él quería era que ellos vieran a la mujer que se estaba follando



Yo- si y ya está te presenta aquí así porque tu amigo te invita y tu Juan le invitas como si yo no tuviera nada que decir



Juan- bueno ya he visto que no te has resistido mucho por lo tanto no te hagas la victima



Yo- mira ya faltan pocos días para que te marches y hasta entones no quiero verte más y tu Antonio espero que nunca nunca nunca digas nada.



Me fui de allí y pasaron los tres días para que se fuera Juan sin que le viera, solo antes de irse le dejó a la asistenta su nueva dirección “por si tenía que verle para algo” y las llaves de la casa. Vamos ni loca lo volvería a ver



Continuará


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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