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Entre sorbos

~~Preparaba el mate en la cocina. Estaba vestida como siempre: top y jeans ajustado. Cuando se agachaba siempre se le veía la bombacha con encajes. Yo no dejaba de hablarle pero tampoco de mirarle la cola. Ella lo sabía. Siempre lo sabía. Yo trataba de aparentar que eso no me alteraba cuando en realidad si lo hacía. Como eran las cinco de la tarde, no imaginaba lo que iba a venir. En un momento de la charla me levanté y me animé a ir hacia ella. Sus chicos no estaban y su esposo tampoco. Su culo si estaba y muy cerca.
 Siiii pensé ¡Yo la encaro antes de que me muera! Si sus nalgas son las que quiero, sus nalgas tocaré primero. Y por fin pude posar mis manos en sus nalgas. Las dos juntas de una sola vez.
 Vino un instante en que esperé su reacción. Saltó de susto. No la dejé hablar. Hablé primero.
 No doy mas, solo una vez por favor. Somos amigos no podés volverme mas loco
 Estás loco o en pedo y andate a la mierda. No me vuelvas a tocar. Andate pelotudo.! Pero estaba muy jugado y en la de perder se vienen las mejores ideas.
 De golpe me desabroché el pantalón, me lo bajé, me saqué las zapatillas y el calzoncillo. Todo a mil.
 Ella no pudo evitar mirarme. Estábamos en la cocina y la ventana que dá al pasillo estaba abierta de par en par. Era cuestión de que pasara alquien para verme. También si ella gritaba yo quedaba regalado. Ella sorprendida calló un instante y yo culminé mi obra sacándome la remera. Listo, totalmente desnudo ante ella por primera vez. Ella insistió.
 Vestite o grito hasta que venga alguien.
 Gritá, qué le vas a decir, que te quiero violar. ¿Yo? Ella se incomodó muchísimo porque sabía que yo tenía razón. Ahí solo atiné a decir.
 No te pido que te dejes, solo tocame un poco y me voy.
 Ni loca, boludo, voy a gritar.
 Entonces salí caminando hacia la puerta. Iba a salir.
 No pará, vení. Me dijo. Andá a mi pieza y vestite por favor, no sigas con esta joda.
 Está bien voy para tu pieza pero vos vení conmigo. Entramos a la pieza y me senté en la cama muy cómodo.
 No me voy sin algo, le dije.
 No te pienso tocar nada, boludo.
 Está bien, mostrame la cola por lo menos.
 En bombacha Ahí vi que aflojó y le dije que si. Comenzaba a ganar la batalla.
 Giró lentamente para darme la espalda, desabrochó el jean y se lo bajó, dejando esas benditas nalgas al aire.
 Por fin se bajaron esos jeans de mierda y pude verle el culo casi totalmente. Como me sentía relajado, con todas las de ganar, se me paró instantáneamente.
 Mirámela . Ella giró y posó la mirada en mi verga. Con ambas manos se tapó la bombacha, lo que, al juntar las piernas, resaltaba su contorno, dándole una imagen muy sexy. Justo todo lo contrario a lo que pretendía.
 Ahí me recosté en la almohada y comencé a masturbarme, lentamente.
 Asqueroso pajero! . me dijo Yo me voy. e intentó girar e irse, al tiempo que opté por decirle.
 Te juro que le digo a Paolo Paolo es su esposo, y un tipo muy celoso. Seguro que le haría un cuestionamiento ante cualquier comentario mío. Fue la jugada maestra. Volvió sobre sus pasos y solo atinó a decir.
 Terminá rápido con esto, por favor.
 Ante esa victoria total, me animé a un poco mas. Si llegué hasta ahí, no me conformaba con verle el culo en bombacha.
 Ahora sacate la bombacha y me mostrás la colita . continué Giró para darme la espalda. Se sacó las zapatillas con los pies, se bajó el jean rápidamente y luego, por fin, se sacó la bombacha.
 El monumento al culo quedaba al aire libre Mucho mas hermoso de lo que hubiera podido imaginarme.
 Solo atiné a decir:
 Precioso, Mirna, es perfecto.
 Ella quedó en silencio, avergonzada.
 Ahora dame la bombachita, dale
 Sin mirar hacia atrás, la tiró hacia donde yo estaba acostado. Cayó sobre mi pecho. La tomé, la acomodé y la acerqué a mi nariz.
 El aroma mas delicioso jamás imaginado. No pude evitar pasar mi lengua por la zona de aromas mas fuertes.
 La calentura fue haciéndose insoportable. Aceleré los movimientos de mi masturbación porqué sentí que llegaba el momento.
 Mirna solo dijo
 Dale boludo que me la subo.
 Ni lo pienses. . abrite la cola.
 Cuando me hizo caso, agachándose un poco, pude ver esa preciosura de círculo rosado, quedar expuesta.
 Me sorprendió que tuviera el contorno oscuro, pese a ser Mirna, muy blanca.
 En ese instante, comencé a pensar que a Mirna, esta situación, le estaba gustando.
 El último pedido.
 Date vuelta y mirá cómo acabo Ella obedeció pero se tapó su sexo con ambas manos. Me exitó aun mas. Cuando sentí que el semen llegaba, tiré mi cabeza hacia atrás y mantuve el ritmo de mi masturbación. El goce fue inigualable. Sentí caer sobre mi abdómen el primer chorro de semen y luego una cantidad impresionante del mismo. Ahhh Que placer. .
 Al culminar me quedé un rato quieto, mientras ella se alejaba hacia el baño. La miré una vez mas, y su culo fue lo ultimo que vi. Me limpié todo el semen con la bombacha de ella. La hice un bulto y la deje a un costado de la cama. Me levanté y fuí a buscar mi ropa. Sentí un enorme placer de caminar desnudo en la casa de ella. Y en su dormitorio. En eso ella salió del baño ya vestida.
 Cual bombacha te pusiste?
 Tenía otra en el baño.
 Yo me llevo esta o vos la querés.?
 No, llevátela pajero.
 Sonreí un instante. La miré, y nuestros ojos se vieron, por primera vez, de otra forma.
 Solo le dije.
 Tenés razón. Pero solo me la hago con vos. Y eso tiene su valor no creés.
 Andate.
 Y me fuí.

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