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Entre-acto. ¿En la casilla de su recreación?

Conté los segundos. Casi un minuto.

…No lo mereces ¿Sabes cuánto tiempo ha pasado desde que desapareciste?

…Siete meses y poco ¿Desaparecí?…

…No tío, ocho años, diez meses, una semana, tres días y mi tristeza. Fui azotada, mi espalda es un mapa de finas y profundas señales enrojecidas...

Sentí como su una losa aplastara el coche conmigo dentro. No supe que decir.

…Necesito ver a Lord…

…Nadie ha olvidado tu llegada y tu marcha, no combatiste y te esfumaste junto con esa belleza que trajiste, me escupiste a la cara tu desprecio, ella es una vieja comparada conmigo.

Hizo una pausa. Su respiración se estaba acelerando.

¿Motivo?, lo preguntará…

…Lo dudo, prueba…

…Juguemos REO, juguemos. Has roto los diques de mis ojos, mi tristeza se llenó de angustia por tu desprecio, presentarte con otra mujer, lloré en silencio durante el tiempo que estuviste… presente.

Pausa.

…Si es como aseguras, pasaré unos días contigo y si no es así, vendrás conmigo un mes.

…Muy graciosa, si sale cara, ganas tú y si sale cruz pierdo yo… jodida listilla. No importa, es urgente, acepto.

…Reo, parece ser importante, esa ayuda que me… pides, apuesto que aceptará sin saber qué quieres… Le dejaste hundido, no te quieres dar cuenta de que pudo morir abrasado y todo su imperio se hubiera desmoronado. Examinando el bastimento había indicios de rotura del sellado, detección y coerción hicieron su trabajo y el cifrado AES resistió. Todo estaba intacto, puso en marcha el rastreo, para determinar de dónde procedió ese ataque.

Pasé del tema.

…No puedo despilfarrar la deuda que él ha creado. Y tengo causa para gastarla, díselo como quieras…

…Ya que te pones así, debo ganar algo, si quieres lo mendigo…

…Después, ahora preciso verle…

…Espera, le tengo a la vista…

Silencio, había dejado el móvil encima de algún mueble. Conté hasta cuarenta y dos.

…Puedes venir, estamos en el molino, supongo que guardaste el sobre y me ha dicho que te anticipe, que si a todo…

…Sí, tengo las coordenadas… ¿Están arreglando las ruinas cercanas?

…¿Cómo te has enterado?

…Afición.

…Tú mismo te delatas, mi lengua nunca me equivoca, yo quiero que me lleves a esos lugares abandonados y se me ocurre, si algo impensable, follar en esos lugares, de noche, en la oscuridad rodeados de los fantasmas de los monjes…

…No, se debe respeto y no se debe alterar nada, ni llevarte cosas, y tu intención roba, debes evitar que te vean entrar y salir, y sobre todo nunca digas su posición, hay gentuza que no tiene respeto por nada, los lugares abandonados se convierten en criptas, y más allá de la muerte no pues ir.

…Pues que sepas, me desfloraron en un cementerio, sobre una lápida muy vieja, fue en la madrugada del 1 de noviembre, el tipo vestía de esqueleto y su picha no era de mentira, después me chupó la sangre que me hizo…

…hasta pronto…

…No corras tanto, Manchado, no corras. Venteo que algo no va bien, tu tono me dice que tienes conflictos graves, luego el querer ver… a mi padre… Quiero decírtelo antes.

Hizo una pausa.

…Él es mi padre real, no es una puesta en escena, el problema es que me trata como mujer que soy, y quiero que recapacites lo que debió de pensar como premiarte, pudo darte a diez mujeres, todas jóvenes, diez esclavas que te servirían de por vida, pero no, quiso darte algo especial a su propia hija, ignorando el tipo despreciable que eres, el solo valoró tu vida, que arriesgaste por él y sus cosas, y por eso, ahora detecto tu miedo…

Me dejó roto, todos mis argumentos se habían desvanecido, no entendía como un padre entregaba a su hija. Ahora estaba perdido, Repulsa era un insulto a su cumplido, no, debía de poner topes, había perdido la seguridad y ahora no sabía cómo enfocarlo, no me fiaba de Repulsa y era capaz de todo para vengarse de mí.

…No sé qué decir, me has roto todos los esquemas. Siento profundo agradecimiento por ese detalle, pero no merece el precio de tu vida, soy más insignificante que todo eso, no, sigo sin aceptarlo y eso me hace que te ponga al tanto de mi problema, y puedes hablar con él.

Me cortó.

…De ninguna manera, estoy reservada para ti, y eso me hace intocable, si alguien me roza, morirá en un accidente de triciclo de recién nacido, para que te hagas una idea, de vez en cuando hay alguna baja, bandas hostiles que quieren nuestro feudo, y en esas peleas muere gente, no, esto no es de peli, ninguno de los hombres puede requerirme, soy tuya, un regalo de mi padre, es una deuda de sangre y nadie está por encima, nada ni nadie…

…Me has encerrado en un laberinto, Lord me ha cargado de cadenas, y tus palabras las han llenado de sombras, estoy perdido…

…No seas mentiroso, nadie ha olvidado tu puesta en escena. Recuerda a los tres jefes de clan que te rodeaban, querían tu hembra, y dentro del círculo que hiciste, protegido por dos espadas medievales, cubiertas de amarillento polvo, que más tarde se dijo que pudieron pertenecer al campeador, y la marca que construiste con fuego, sabias que nadie cruzaría esa soga, esos tres eran demasiados temerosos de las fuerzas ocultas y todos vimos cuando os besabais, tú la gritaste que se entregara y cuando vuestros labios se unieron, desaparecisteis, os convertisteis en nada… ¿No lo recuerdas?

Corté la comunicación muy alterado, si recordaba la visita al hospital, la presencia de Inés, mi enfermizo sentimiento hacia ella y como réplica, su indiferencia hacia mí, todo era confuso en mi mente, sin embargo empecé a tener frío, este nació desde muy adentro de mi cuerpo, aquello debió de ser un viaje astral, y muchas veces pensé que no había ocurrido, a pesar de las numerosas pruebas en contra, la compra de las espadas, la soga y no recuerdo más, el vestido que mostraba a Inés desnuda, su misteriosa presencia y movimientos, el humo rojo, las esclavas danzando de forma uniforme, no lo reconocía, como los otros dos.

En casa busqué mi descripción del accidente, pero no encontraba nada, pero al tratarse de un accidente, busqué en el archivador del bufete de mis abogados, les consulté antes del juicio, y allí estaba el original, ya que les llevé una copia, a pesar de ser testigo tenía mi miedo.

Cosido con una grapa estaba todo lo que ocurrió en el molino, cuyo comienzo fue en el hospital, mi amigo José A., le iban a operar, la operación era de riesgo y cuando entré en la habitación, minutos antes de que le llevaran al quirófano. Con él estaban su mujer y su hermana Inés, una obsesión peligrosa, mi alteración fue tan fuerte, que no recuerdo cuando llegaron los enfermeros y se llevaron, su mujer fue con el dejándonos solos.

Ella sentada en la cama y apoyada en un brazo, recuerdo que algo me cegó, que le di un ligero toque a su brazo y su cuerpo caía hacia la cama al perder su punto de apoya, yo la atrapé entre mis brazos, había perdido el control sobre mí, mi obsesión me hizo perder todas pautas civilizadas.

Aquello fue un vuelo astral como yo lo llamo, algunos expertos hablan que si te entrena un especialista, puedes conseguir esos vuelos, tengo demasiadas lagunas en mis recuerdos, y me cuesta creer que todo lo que ocurrió en el molino fuera de ese viaje y que me llevara a Inés en ese vuelo astral, cierto es que tengo una anotación de que nunca la pregunté y desde entonces siempre se ha escondido de mí, mi amigo dice que me tiene miedo, incluso metió a su mujer en el asunto, ella y yo no nos llevamos, y antes de que le dieran el alta, cuando me acompañó al ascensor, cosa extraña, pensé que algo no iba bien, me advirtió y amenazó, dijo que nunca se me ocurriera ver a Inés, de alguna forma coincidía con mi amigo José, pero lo dijo de otra forma más suave, ella dijo que estaba muy confundida con aquella noche, incluso me preguntó si follamos bajo los efectos de alguna mierda, desde luego que no, dijo que ella estaba muy rara desde aquella noche, esa respuesta coincidía.

No recuerdo si follamos o no, de haberlo hecho hubiera sido en la habitación del hospital, recuerdo que la abracé con fuerza que me hice con su boca y después, ese profundo beso, oscuridad y el ping del ascensor cuando llega a la planta.

No tengo nada escrito del regreso, tengo que buscar más, hay veces en la agenda del trabajo, o en los cuadernos de dibujo, anoto retazos de recuerdos, cosas que veo sin sentido, piezas dispersas de un diabólico laberinto de mi mente.

Tengo recuerdos de otros dos viajes, el primero es increíble y siempre he pensado que me lo he inventado, pero tengo un viejo cuaderno que mi padre me traía de su trabajo, hojas dobladas y cosidas por mi madre, no puso grapas, podía cortarme, y ese cuaderno tengo escrito ese viaje, me vi a mí mismo desde el techo de ese ángulo con dos paredes, yo sentado en la cama llorando a gritos, mirada ciega y con los brazos por delante en dirección a ese ángulo, como el que detiene algo invisible.

Ocurrió muchas veces, pero solo una de esa forma, mis pesadillas eran continuadas y los médicos no dieron una en el clavo, de una forma desaparecieron, pero lo que ocurrió que hubo una transformación, las que tengo actualmente les llamo “Sueños infernales”, me despierto muy alterado pero no como cuando era pequeño.

Inés es algo mayor que yo, peluquera, esas mujeres me atraen, no sé si es por ella, me producía un impulso irrefrenable que muchas conseguía sujetar, no supe que eso que desprendía, como un potente imán, y he tenido sexo con peluqueras a lo largo de mi vida, y tengo la seguridad de que disponen de algo que despierta mi deseo hacia ellas.

Inés sigue siendo un misterio, nunca más la vi, y ella puede tener esas respuestas que yo busco en mi memoria. Sigo en contacto con mi amigo y nunca le pregunto por su hermana, aunque debe verlo o detectarlo, hay veces que me aisló del entorno, estoy absorto mirando las musarañas, el piensa que les he abandonado y me alejo volando con mi mente. Volví a la realidad actual.

No podía pedirle que pusiera su capital en manos de esta tía desequilibrada, era una putada y tampoco aprovecharme de su ceguera, de la deuda de sangre como él dice.

Todo se juntaba por mi mala cabeza, la ex monja y la gorda, dos problemas complicados, la vecina no lo es, si sé que es un puerto seguro, pero ella tiene sus amigos, sin haberlo hablado nunca, pero tenemos ese lugar, esa tierra de nadie, donde nunca la cruzamos, follamos cuando nos interesa y nada más, sin ataduras ni falsos celos ni nada, todo fríamente y sin motivos personales.

Llegué al barrio de la gorda, me maldije, supe que no tenía escape, tenía que resolver estos dos conflictos, perder de vista a la gorda y aclarar el misterio del molino, aunque me daba mucho miedo enfrentarme a ese clan.

Decidí pedir una tregua, verla a ella sola, y no en el molino, debajo del puente, hay un camino de tierra que va hacia el molino, desciende bruscamente y se puede ver desde ese punto. Está aislado en el cauce casi seco del arroyo.

mi miedo crecía por momentos y la gorda era un peso adicional, valga esa frase con mala leche y sorpresa, estaba en su portal, se había puesto un poncho por encima, pude ver las medias de red de color rojo, las botas y su cabeza cubierta por una capucha de caperucita negra, me vio y anduvo deprisa, entró en el coche, me miró de lado con ira y levantó su codo izquierdo, estrellándole en mi boca, vi las estrellas y como consecuencia sangre en mi boca, me había roto el labio inferior, me dieron ganas de coger su cabeza y romper el cristal de su ventanilla, pero no lo hice, me limpié la sangre con los dedos y.

Si vuelves a tocarme, aunque sea con un dedo, o con la manga…

Mi tono debió de sorprenderla y asustarla, ya que me cortó. Habló con la cabeza inclinada hacia adelante, como si mirara sus botas.

¡Lo siento!, no sé qué me ha pasado, no, no volverá a repetirse, he bebido un poco.

Su tono era casi inaudible, pero en el fondo de mi mente, me hizo sonreír, y me dijo “Tienes el mejor argumento para darla puerta, no lo desaproveches” y me obedecí.

Te van a presentar a Lord, no pidas todo, se inteligente y le pides una prueba de confianza, y no la cagues, todo está en tus manos, tampoco olvides que tengo la sartén por el mango. Y nunca más me verás, borra mi número ahora mismo, quiero verlo, así como todo lo que tengas, no, mejor aún, dame la tarjeta, no me fío de ti.

Obedeció, entregándome el móvil, dijo que tenía otro, me lo guardé en el bolsillo. Tenía que romper todos los puentes ahora, cuando la fuerza estaba de mi lado, Repulsa me dañaba en todos los aspectos y en estos instantes mi vida era un caos, todo por mi mala cabeza, sin embargo no puedo vivir sin ellas.

La miré de reojo, vi alguna lágrima que se quitaba deprisa con esos guantes de red que le llegaban hasta los codos, se había vestido bien, no desentonaría con ellos.

El viaje fue en silencio, la carretera de los pantanos estaba desierta, había cambios. Atravesamos el pueblo y unos metros más adelante tomamos un camino de tierra nos y ascendimos una suave pendiente llena de huellas de neumáticos. Giramos a la izquierda, pude volver a ver las ruinas del cister, cambiamos de dirección tomando en otro camino que bordeaba el embalse, quedó atrás siguiendo hacia el campo, el cauce del arroyo se fue hundiendo hasta que vi el puente, pero antes de cruzarle detuve el coche, cogí el móvil y la llamé.

¿Estás aquí? – Tono normal por su parte.

Sí, pero no. Me explico, conmigo está Repulsa, mueve capitales, está en baja, dice que la culpa es mía, ha bebido al faltarle valor, por tanto dile a Lord que por favor sea comprensivo, que le dé una pequeña oportunidad, puede hacerle ganar dinero con el capital que tenga inmovilizado o con fondos de reserva.

El sabrá tratarla ¿Eres su dueño?

No, tiene una manía conmigo, supongo que te la contará, pero ten cuidado, me ha roto un labio nada más meterse en el coche, es violenta, sobre todo cuando bebe y suele perder en control cuando no se sale con la suya.

¿Te la has follado muchas veces? – Tono imperativo.

No, media vez solo – Evité justo a tiempo el cambio de tono, casi me río por mi ocurrencia.

¿Cómo media vez? Nunca había escuchado eso, o te la follas o no te la follas.

No había llegado a ese punto, ese punto que te dice que se aproxima el final, depende de la velocidad que lleves. Pon en la mitad del polvo, como si se pudiera medir, me salí sin más.

¿Te quedaste a medias? – Sorpresa en su tono.

Largo de contar, mejor lo dejamos aquí, no tiene nada de interés, además ya la he desterrado.

Puedo buscarle amo, tú no has sabido domarla ni dominarla, puede ser un fallo tuyo – Tono puntilloso, detecté burla.

Miré a Repulsa, la gorda.

Te puede buscar un tipo, será tu dueño y señor, pero eso no es algo que podrás dejar, es para siempre y son de los que te pegan si no haces lo que te ordene, sumisa al máximo, y pienso que además mereces que te den.

Mejor que lo que tengo ahora, es. No sabes lo que es la soledad, ese silencio que me aplasta y que me escudo con la bebida, con lo primero que pille y tú, cabrón de mierda, chulo joputa, me has fallado, siempre serás mi pareja aunque reniegues al destino, y para escapar de mí, me vendas a un pandillero.

No respondí a sus insultos. Le mostré la realidad.

No mujer, no, a pesar de tus malos modos resuelvo tu asquerosa vida, eso te lo haces tú, tu desorden no es culpa mía, como tampoco tus ideas sobre el destino. Estoy utilizando algo que no debo, Lord no me debe nada, pero él piensa lo contrario, y lo utilizo para que no termines en la calle, ese dueño impedirá que te abandones, eres inteligente y dispones de sabiduría, por tanto podrás emplear su fuerza y convertirlo en beneficio, y quizá puedas de forma sutil manejar el éxito que consigas, esto es un favor que no te mereces, cierra tu mente y se práctica. Y yo ahora estoy cambiando tu destino, ahora le escribo yo, pero a partir de ese encuentro, serás tú, no podrás culpar a nadie de tus errores.

Seguía en la misma postura, y levemente fue moviendo la cabeza, asintió despacio.

Acepta.

La he escuchado, ¿habéis sido pareja? – Tono dubitativo.

No, nunca. Que ella te lo explique, estoy cansado de esa manía persecutoria que tiene. Y es pegona.

Que se la ocurra levantarle la mano a su amo, aunque puede ser masoca y no te has dado cuenta.

No se me había ocurrido, pero ya es pasado. Escucha, estamos en el otro lado del puente, no recuerdo donde está el molino, deduzco que tiene que ver con el arroyo, pero eso no importa, ven con ese dominante y que la lleve con tu padre, y tú te quedas conmigo, tenemos que hablar, ese terreno es el mejor para evitar emboscadas, según tu eran tres, no tengo ganas de peleas, no sufrirás riesgo alguno, te dejaría allí, tengo escape por tres sitios diferentes, si te agradecería que esta información no saliera de ti.

Silencio. Aproveché para hacer un gesto a la gorda para que se bajara. Hizo intención de ofrecerme su boca, la aparté empujando su hombro hasta su puerta, la abrió descendiendo del coche. Respiré aliviado.

De acuerdo. Voy hablar con mi padre, me mira mucho a pesar de la distancia, estará intrigado de la larga conversación, se merece que esté enterado de casi la totalidad de las cosas de esta conversación – Tono distante.

La gorda puso su mano izquierda abierta en el cristal de su puerta, supuse despedida, no moví la cabeza, lo estaba viendo por el rabillo del ojo, esa mirada periférica.

Retrocedí el coche alejándome de ella, esa respuesta esperaba que la jodiera un poco, no tenía ni idea lo que me había obligado a hacer ¿Qué había traducido ella? ¿Qué le aconsejaría Lord, su padre? ¿Pensarían que aceptaba el regalo?

En mi mente se abrió el tono empleado, era frío, sin darme cuenta le había dicho que para ella no había nada, que tan solo era quitarme un problema de encima y la estaba utilizando. Me maldije en silencio.

Yo solo me había puesto en una situación comprometida, esa jovencita no era la cría que conocí, ahora era un mujer y no sabía cómo tratarla, la larga conversación me dijo que se tomaba su tiempo y pensaba las respuestas, no tenía esa explosiva reacción, por tanto llegué a la conclusión de que nuevo problema se cernía en este destino que yo escribía.

Un todo terreno apareció detrás de mí, me aparté del camino, era de color gris oscuro y en el capó del motor una rueda dentada, en su interior el cráneo de un animal que no supe distinguir.

Se detuvo lejos, a unos cincuenta metros de nosotros, no moví el coche, mejor que no vieran mi rostro, el retrovisor del coche permitía cierta impunidad, observar sin ser observado, temblé y mis manos se estaban helando, entre ellos hablaban, el tipo llevaba gafas de sol, melena larga y barba de una semana y los dos descendieron del todo terreno, la gorda no se movió, supongo que miedo, como yo, temía enfrentar a algo que no recordaba, muchas lagunas y sin embargo había sido realidad.

A ella la veía en el lado derecho del espejo a él en el otro lado, este se movió, anduvo hacia adelante dando zancadas, iba en busca de su nueva hembra, Repulsa se removió inquieta, sabía que iba a por ella.

Cuando llegó a mi altura se detuvo, me debía de sacar la cabeza, era alto y musculoso. Bajé el cristal, arrugó la frente acercándose, estaba a cinco pasos más o menos, miré al espejo, ella seguía en el mismo lugar. Puso su mano en la puerta, me llegó su olor, fumaba en pipa, ese lejano olor a chocolate.

Mi instinto dormido me avisó tarde, apenas pude desviar la mirada del espejo de la puerta, cuando recibí el puñetazo, eso hizo que mi cabeza girara a la derecha debido al impacto, pensé que era zurdo y explosión de mi cabeza, me ahogaba según me hundía en las sombras.

Datos del Relato
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