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Entre-acto. Con repulsa y los efectos secundarios

La chica no era fea, bien vestida y atractiva, un poco gorda e incluso su transpiración mezclado con su fragancia pudo ser el detonante, y cuando se apretó bailando, posé los labios en su hombro derecho, (ambos estaban al descubierto) y la réplica fue, repulsa.

Se quedó pasmada, me empujó apartándome, se había dado cuenta de mi gesto, salimos a la calle, allí me empujó varias veces con las dos manos increpándome.

Abrió mucho la boca, enseñándome la dentadura, dijo que no le faltaba nada, que se lavaba los dientes dos veces al día, y que se duchaba todos los días, que sus genitales estaban limpios, que no se metía mierda alguna, que no fumaba y que tampoco le olían los pies ¿Qué me pasaba con ella?

No tenía respuesta, ella siguió empujándome, dijo que nunca le habían hecho sentirse tan mal, me recriminó que un polvo o dos no cuentan, dijo que cuando se la meten, ellas saben lo que tienen encima, pero que esto no sabía por dónde cogerlo.

Todas las parejas terminarían la tarde follando en los lugares más insospechados, aunque no quise defenderme, pude hacerlo con una sola pregunta ¿Por qué había parejas con tías horribles y a ella la habían desechado?

La noche llegaba y yo estaba encogido, era una mujer y no debía defenderme, hubo gente que la miraron, pero ella siguió con su tono, y yo no estaba dispuesto a seguir tragando mecha, por tanto la aparté con suavidad y me alejé deprisa, no miré para atrás, esa tía era un problema a corto y largo plazo, si detecté algo muy malo, esquizofrenia, he tenido jefes que empleaban su mismo tono y obstinación y sé de qué hablo.

Ya en casa intenté relajarme y olvidar el incidente de a gorda y sus amigos y me puse a ver una peli cuando el móvil gruñó encima de la mesa, miré la hora, 22:08. No reconocí el número ni su voz, pero si cuando terminó de hablar mi sistema me alertó, era Repulsa.

- ¿Tan complicado era echarme un polvo?

Me incorporé de un salto. No respondí. Pensé la respuesta aunque no sabía que decir.

- Me gustó ese tímido beso en el hombro, aunque más tarde me di cuenta de que si pensabas besar, pero no, se convirtió en ensayo y quedó en que aplastaste los labios en mi hombro, no supe como traducirlo.

Como no sabía responder, hice lo contrario, preguntar.

- ¿Qué quieres?

- Merezco una explicación, has destruido la poca autoestima que me quedaba.

- Tan solo ha sido una reacción natural, yo no controlo mis reacciones, no me caes mal, pero ese beso que no fue, tuvo su réplica, nuestras químicas no son compatibles, supongo que solo es eso.

- ¿Y no podías haber fingido?, no pensaba pedirte en matrimonio, joder – Pausa - ¿Qué haces ahora? – Ordeno y mando en su tono.

Mal rollo, pensé.

- Viendo una peli de Star Trek.

- Yo estoy desnuda sentada en la cama, no tengo sueño pero si hambre, del otro, y de sexo.

- Mañana hay que madrugar – Objeté en mi defensa.

- Me has jodido bien sin metérmela, después del baile pensaba irnos de tapeo, luego de copas y fin de fiesta en mi amplia cama, tengo una súper lavadora que lava y seca, tu ropa la tendrías limpia para el lunes y te llevaría a tu trabajo.

Pensaba que los gastos a medias, pero si te parece mal, puedo asumir el gasto, ando bien de pasta. La noche es joven, conozco sitios que dan de cenar hasta las tres.

- Recuerdas como nos hemos despedido.

- Ya, debo refrenar ese impulso, pero es que no me quito de cabeza ese beso o lo que sea ¿Por qué?

- Sin ánimo de molestarte, pienso que es tu piel, sentí rechazo solo eso, yo no puedo darle la vuelta.

- No entiendo que quieres decirme.

Su tono fue cambiando y terminó mordiendo la palabra decirme.

- Ya veo que no quieres entenderlo, suponte esta escena, yo un desconocido arrodillado entre tus piernas separadas, huelo a ajo y morcillas, mezclado con olor a vino que se está avinagrando en mi estómago y como antes he bebido mucha cerveza, suben gases del estómago a mi boca y mi aliento es repugnante y como no me gustas, mi penetrador me apoya, manteniéndose tranquilo a pesar de tu entrante con una felación.

El silencio se podía ver, su respiración se había alterado, procesaba ese cuadro tan asqueroso.

- ¡Joputa! – Respondió ahogando el llanto.

Esperé un poco, gimoteaba de una forma extraña.

- No he buscado la causa de mi repulsa, puede ser tu piel, pero tus formas han confirmado algo, pudiera ser que estés acostumbrada a salirte con la tuya…, SIEMPRE – Enfaticé.

- Si pudiera te sacaría los ojos con mis uñas, termino de decirte que mi autoestima cayó en picado y ahora me la quitas del todo ¿Por qué so cabrón, por qué?

Hice una pausa, la verdad es que pensaba colgar, sin embargo hace años vi una vieja peli de algo parecido, una tía que escuchaba un programa en la madrugada y el narrador fue objeto de persecución por su parte, la tía empleó todos los recursos inimaginables para encontrarse con él, él es Clint Eastwood y por último intentó matarle. Pensé en colgar sin más dilación, pero antes, puse la grabadora en marcha, empezaba a asustarme esa tía.

- Resumo, no podría follarte, así de simple.

- No es tan complicado – Su tono normal.

- Lo es, por mi lado no hay química, mi cerebro sigue mostrando lo contrario, yo no puedo cambiarlo, soy así de torpe, yo no puedo follarte sin más.

- ¿Y por dinero? – Insistió – O por algo que no puedas conseguir por tus medios.

Ya estaba asustado, su insistencia me aturdía y empecé a no poder pensar, necesitaba ayuda y nada mejor que la mujer que ponía las copas en el pub, somos buenos amigos.

- Espera un poco, tengo otra llamada – Y la dejé en espera.

Hablé con ella a saltos, debía de tener el móvil sujeto con la barbilla y el hombro, y me aconsejó que hiciera un esfuerzo y me la tirara, esa mujer era peligrosa por no poder salirse con la suya y que intentara un acuerdo por escrito, algo que la frenara en el futuro, todo escrito sin tabúes ante notario, y de no hacerlo, tendría que vigilar mi espalda y mi coche, corté la comunicación angustiado.

- Firmemos un acuerdo ante notario, un polvo a cambio de tu firma.

- No hay notarios abiertos a esta hora – Tono huraño.

- ¡De acuerdo!, pero en un hotel, no en tu casa.

- ¿Me tienes miedo? – Tonillo irónico.

Supuse una sonrisa torcida de la mala de la peli. Iba destruyendo mis defensas una a una.

- La verdad es que sí, eso es persecución implacable.

- ¡Jodido cabrón!, te podías haber evitado todo esto, con tan solo haber aceptado mi plan, comer, beber y follar ¿Quién ofrece más un domingo?

Mi angustia crecía por momentos. Y esperé en silencio, las palabras se me habían terminado debido al miedo. Si esto terminaba vien con V, cuando lo escribiera en mi diario, le titularía “El polvo del terror”

- Tengo una extraña duda y no quiero quedarme con ella en el tintero, preciso de respuestas y tu me las puedes ofrecer sin que abras la boca. Aunque no quieres nada a cambio, no te irás con las manos vacías, y no me tengas miedo.

Tus palabras y tu conducta me han dado que pensar, y no olvides que tú eres más fuerte que yo, y en el sexo me gusta ser dominada por el macho – Hizo una pausa -, y aleja ese miedo, eso de sacarte los ojos ha sido una reacción en cadena, ya que tu repulsa se ha ido transformando en desprecio y eso si me ha dolido, parece que vas clavándome clavos, cada uno de ellos más profundamente.

- ¿Dónde follamos? – Concreté, empezaba a tener prisa.

- En mi casa, no me tengas miedo, podrás cerciorarte de que no escondo cuchillos debajo de la almohada. Te envío la dirección y tráete ropa para mañana, te llevaré a tu trabajo.

- No será necesario, necesito mi coche, trabajo con él, no vas a saber dónde trabajo – Mi tono fue seco.

- No seas niño, tus amigos me lo dirán ¡Ah! ¡Olvidaba algo que debes saber!, me gusta jugar limpio. Todo esto no es persecución aunque lo parezca, entiendo que si estás asustado tu cerebro no podrá levantarse, pero, por medio hay una apuesta importante, las nuevas nos jugamos 2.000€ a que terminamos el domingo follando y la que no, pagará el total de las apuestas, somos ocho pues multiplica, y lo peor no es eso, tengo un mensaje en el portátil con las condiciones, los tíos se han sumado, por tanto las pérdidas pueden ser 30.000€ o más, y falta poco tiempo, se cierra a las 00:00:00.

La condición final es, que hay que mostrar una prueba, la que yo quiero mostrar y que me la harás tú desde esa postura que me has descrito. Es que cada vez que me follan, debido a mis kilos de más, y como según se acerca vuestro orgasmo, envestís más deprisa y con fuerza, y ese movimiento produce un roce en la parte interior de mis muslos, quiero que se vea la señal que me dejáis. Algunas ya han mostrado semen saliendo de su vagina, aunque eso puede ser un montaje, agua con jabón, por ejemplo.

Guardé silencio, y muy lejos, mi miedo fue disminuyendo, quizá había exagerado el fondo de sus palabras, pero ese tono no me gustaba nada.

- ¡Te he acojonado!, pensabas que era una ninfo destructora de hombre, y que les mato a base de polvos. Pues no tío, el fondo es ese beso, todo lo ha producido tu asqueado beso que no fue.

No dije nada, mis músculos empezaban a relajarse.

- Y otro detalle por mi parte, he pensado en tu miedo por tanto me atarás a la cama, de esa forma no podré clavarte un cuchillo cuando te estés corriendo, algunos no pueden tener la mente en más cosas, cierran los ojos, resoplan y parecen que están terminando de mear.

Silencio de nuevo.

- El que calla otorga, por tanto tendré ese cordón a la vista. Hay más cosas, mañana describiré como me has follado, pues de vez en cuando cruzamos opiniones, y algunas veces a los tíos, depende de su conducta, analizamos detalles que jamás pensarías, sirva como ejemplo algo básico, a algunos les crece que se la chupemos, no saben que eso se lleva haciendo desde las cavernas, y no es dominación.

A mí me gusta hacerlo por muchas causas, una simple, mi lengua en su glande, explora todos rincones y sus reacciones me las apunto, otro ejemplo, si le está gustando esa mamada como ellos la llaman, se mueven de una forma, como si estuvieran metiendo, si es de los que sirven, llevo al glande dentro de la garganta, antes he cogido aire, no podré respirar, y segundos después me la saco despacio de la boca, algunos torpes han gritado corriéndose, les he pillado por sorpresa, a saber que les transmitía el glande en la garganta, lo mismo pensaba que era otra vagina.

Eso lleva como resultado que dispongo de datos para prolongar el polvo o no, ya que esto es un entrante y si me parece adecuado, interrumpo su penetración y vuelvo a chupársela, de esa forma él sabe que hay más cuerda.

- Que intentas decirme – Del miedo al temor a no dejarla satisfecha.

- El sexo es una parte muy importante de mi vida, me sirve para que las tensiones se disipen, mi trabajo crea tensiones indescriptibles debido a que trabajo en bolsa, en mis manos está la pasta de mucha gente, gano mucho dinero pero me dejo vida en esas operaciones, son jugadas que precisan de información acertada, cuestan dinero e influencias, un ejemplo son activos financieros de empresas, sus rasgos son, liquidez, riesgo y rentabilidad, y no puedo cometer errores, ni uno.

- Con esto te digo que no soy una simple mujer gorda, mi valor está en mi cerebro no en la vulva, estoy segura que me han chupado el clítoris más veces que a ti el penetrador, yo doy pero exijo.

Sus revelaciones me estaban alterando por otro lado, ahora pensaba que ese polvo debía de tener nivel de innovación, de I+D de un polvo, algo que desconociera, aunque a saber que era lo máximo que había sentido, eso no lo explicaba por tanto deduje que ¡Jaque al hombre que quería follarse!, me di cuenta que estaba dando la vuelta a la cuestión, ella se me iba a tirar a mí.

- Empiezo a pensar que debo llevar equipo.

- ¡No tío, de futbol no! – Cierto sonido de risa contenida.

- No me refiero a ayudantes, yo tengo mi propio sentimiento de esto, como dispone de muchos nombres. Follar, polvo, hacer el amor, joder, y otros más que suele decir lo mismo, yo busqué por otro lado, oscurecer sus sentidos -, me cortó. - -

- ¿Luz apagada? – Esta vez su risa fue normal.

- No, tú no verás pero sentirás, al margen de la puesta en escena, es decir, puedes no estar acostada en tu cama con las piernas separadas.

Ahora el silencio cambió de lugar. Su respiración cambió.

- ¿Pretendes vengarte por el principio?

- No, escucha con atención, un polvo diferente, esa amiga mía me pide esos guiones. Ignoraba lo que escribía y un día que se dio esa circunstancia, quiso follar, como tú, así de simple, y le dije que no me gusta el procedimiento normal, cuatro besos, alguna mamada por ambas partes, meter y diez minutos después corrida, casi siempre por un solo lado.

Era un sábado por la mañana y monté el circo para por la tarde, le dije que el follar no dispone de hora oficial, sirve cualquier hora, algo que no comprendió, y después de comer, monté el escenario, salí a la calle en busca del material, ella dijo de esperarme en la cama, negué con la cabeza, la dejé con muchas dudas.

Fui a una tienda muy conocida mía, y compré varios metros de tela de araña, esa que vemos en algunos techos en noviembre. Velas de color negro, no velas negras, que eso es otra cosa muy diferente, las velas negras no están a disposición de la gente normal y formas de humo oloroso, y uno de mis focos, llevaba un pasador cuadriculado, se trataba de mostrar en una pared una reja, y unas gigantescas tijeras, mi amiga iba a ser una monja castigada por desobediente.

Su ropa fue un largo camisón casi transparente de inmaculado color blanco, sujeto por una pesada cadena, cada eslabón era de veinte centímetros, lo compre en Toledo, un domingo que fui en busca de espadas medievales, y una capucha de color negro, la parte de los ojos lleva fino tejido, puedes ver, pero poco, casi adivinar.

No me voy a extender, pero una vez vestida pasó por la ducha, debía de estar mojada, era una forma de que tuviera más frío y aquello ya hizo que tuviera el primer orgasmo, sin tocarla, bueno, no del todo, pegué el camisón a su cuerpo, en sus pechos me entretuve un poco más, sus pezones muy erguidos reclamaron mi atención -, me interrumpió.

- ¡So mamón!, no sigas ¡Estoy mojada!

No la hice caso.

- Mi amiga es decoradora de interiores y como no disponía de varias escaleras de diferentes tamaños y por el uso, muchas se convierten en estanterías de tiestos, utilicé la más alta, la sujeté en uno de los ángulos de la pared, entre dos muebles y mojadita por dentro y por fuera la até, bueno, podía mover bien los brazos si quería, si a mí me daba un ataque que me dejaba sin sentido, ella podía desatarse sin problemas, eran nudos desnudos como yo les llamo, otro invento mío, siempre van en la piel.

Y la sorpresa, unas tijeras enormes tijeras. Mi amiga abrió muchos los ojos, y a la luz de una sola vela y situada de forma que hubiera más sombra que luz, fue el momento de empezar a desnudarla del todo y esas tijeras fueron cortando ese fino camisón, yo procuraba que sintiera el frío del hierro y su poros me fueron informando, tuvo más orgasmos, una parte de mi cuerpo la rozaba de vez en cuando, era una aviso de lo que estaba por llegar.

- Jo tío, he cruzado las piernas, me retuerzo de ponerme en el lugar de la decoradora.

- Cuando empecé a cortar la parte delantera, la punta de la tijera se apoyó en una ingle, ella gritó, sentí la sacudida de su cuerpo y mis dedos fueron testigos de su eyaculación, se diferencia del fluido normal por su textura, muy suave, me explicaré mejor, más deslizante que el fluido normal.

No la hice caso, pero fui más despacio, podía subir de nivel su goce, pero no estaba preparada. Y seguí cortando la fina tela, quedando desnuda. Ella esperaba la penetración, pero no era el momento, la desaté acostándola en el suelo, encima de la alfombra y empezó a separar las piernas, pero no me moví de su cabeza, llevaba más sorpresas.

Mi mano derecha se metió en tarro, materia oscura dice la etiqueta y fui cubriendo su cuerpo, de nuevo el aviso de orgasmo cuando llegué a su vientre, la vela a sus pies me permitió ver su clítoris erecto, con su pequeño glande fuera de prepucio, vi ribete escarlata y le rocé con la uña, ella gritó de nuevo separando más las piernas, y elevando ligeramente y moviendo las caderas, requería ser penetrada.

La vela me permitió ver como eyaculaba, el brillo diferente del fluido y como de su escapaba de su vagina, además del movimiento del esfínter de su ano.

No seguí, tenía medio cuerpo cambiado, y aproveché esa invitación, solo que no como esperaba, dejé que el glande pasara el orificio vaginal, ese anillo y luego llevé dedos a su clítoris, su reacción fue gritar a la vez que empujaba para meterse el penetrador.

- ¡Por favor tío! Termina, me he pajeado por tu culpa.

- Ella quiso el semen en su mano, y lo tuvo, no estaba protegida y yo respeté sus deseos, en realidad terminé por su mano. Estuvo casi una hora adormilada, la cubrí para que no se enfriara y lo demás es para mí.

- ¿Qué edad tiene la decoradora? Y ese grito que mencionas como es.

- Treinta y pocos, no tiene pareja y nos utiliza a su antojo. Ese grito es un ahhhhhhhhh, que va aumentando su tono mientras su cuerpo se arquea, si está penetrada se mueve para que sea más profunda, si no lo está, eleva su pelvis y le mueve, busca el movimiento del acople, ella se mueve con la inercia del que la tiene penetrada, él debe presionar su monte de venus en su empuje, algo así como un golpe final, algunas mujeres prolongan orgasmos y presionas fuerte monte de venus, con los dedos juntos y extendidos, esa presión es ayudada por ellas, empujan hacia arriba para hacer más fuerte la presión.

- ¿Y esto donde nos lleva? – Preguntó empleando otro tono diferente, la hostilidad había desaparecido.

No dije nada, no pensaba darle ideas, que las comprara. Medio minuto en silencio.

- He pensado que prepares con urgencia algo parecido, pero diferente, sé que no hay tiempo para decorados, pero me he dado cuenta que sabes utilizar tu fantasía, quiero algo diferente, y que sea rápido, dispones de media hora para el montaje y una hora para demostrarme que todo lo que la hiciste a la decoradora es cierto así como ese misterioso polvo que montaste.

Pensé deprisa, esa gorda del diablo podía tener su castigo por el miedo que me había hecho pasar.

- ¿Tienes banquetas, esas sin respaldo que suele haber en la cocina?

- ¿Un polvo en la cocina?, eso es vulgar.

- No, te equivocas ¿Tienes?

- Tengo dos y cuatro sillas iguales.

- Puede valer, ¿bolsas negras de basura grandes?

- Tengo de tres tamaños.

- ¿Precinto transparente?

- También, no sé por dónde vas – Protestó.

- Ni falta que te hace.

- ¡Por fa!, un adelanto, un poquito, a cambio me esforzaré con la boca.

- Has tenido un accidente de coche en una carretera solitaria, estás debajo del coche, es decir, la cama encima de las banquetas. La base serán las bolsas de basura, evitarán que el suelo se manche, tu ensangrentada y mojada por el aceite de motor, fabricado con algo que yo tengo, lo utilizo para las maquetas. Estás medio vestida, romperé tu ropa antes, y estás desvanecida, y en ese momento paso yo con mi coche, me detengo y busco al conductor, y te veo debajo del coche, yo no soy un desconocido para ti, te jugaste mi fortuna y lo perdí todo por el riesgo que asumiste sin mi permiso.

Me doy cuenta que aún vives, y decido matarte, pero el arma es el sexo y el medio, tu subconsciente, para que lo entiendas, habrás visto alguna peli que le dan por muerto y sin embargo piensa, se dan cuenta los médicos gracias a que llora, ya que en ese momento le iban a tapar y llevarle al depósito de cadáveres, es decir, que tú no puedes moverte, si lo haces, la peli termina y se convierte en realidad esa pérdida de pasta, a ver de dónde sacas 30.000€.

Silencio de nuevo, su respiración se había acelerado.

- ¿Todo debajo de la cama? – Extrañeza en su tono.

- Si.

- No vas a poder follarme, no es tan alta.

- Tú no sabes nada de nada, es posible, piensa en la incomodidad, sé de qué hablo. En barajas, un día que tenía un viaje de trabajo, iba detrás de una azafata con su coche, íbamos buscando un lugar en el aparcamiento de larga duración, y al aparcar mete una rueda en un canal para el agua de lluvia, se baja y mira, luego el reloj, yo esperando detrás, me entrega sus llaves y me dice que tiene que volar que le aparque bien y que le lleve las llaves, y que tendré mi recompensa cuando regrese.

Saqué las ruedas del canal y aparqué como es debido, suerte que mi vuelo era mucho más tarde, y fui a devolverle las llaves, fui llamado su ángel de la guarda, me pidió el número del móvil, se le di y nos despedimos, me dio dos besos en las mejillas, con mocos pues estaba constipada, y cumplió su palabra, y después del revolcón me dijo que había tenido una fantasía, ella intentando sacar el coche con el gato, tal y como yo hice, ya que le expliqué como lo había conseguido, y me dijo que en esa fantasía el coche le cae encima y es cuando llego yo, me agacho y la veo apresada por la rueda del coche, no me lo pienso, le subo la falda, le rompo las bragas y me la follo a pesar del poco espacio, entre la bruma del golpe siente como me corro en su vagina, y tuvo que cortar la fantasía, que siguió otro día, esa vez es que tuvo consecuencias, tuvo un niño, este niño era un diablo, y desde entonces a ese aparcamiento le llama del diablo.

- Lo mismo no estoy a la altura de tu fantasía – Titubeo en voz.

- Si, firmarás con tu sangre tu sumisión.

- ¿No pensarás que me corte un dedo?, ni hablar.

- No, esperaremos a tu cómodo plazo mensual.

- No te entiendo, no sé qué tiene que ver mis pagos mensuales.

- No tía no, cuando dios desterró a Adán y

Eva del paraíso, les castigo. A Adán a trabajar de sol a sol para poder vivir y a Eva, le dijo, parirás con dolor y cuando no, me lo pagarás en cómodos plazos mensuales.

Esa sangre que sale de tu vagina es la tinta, mojaré la plumilla y escribiré las condiciones de uso, que firmaras con tu dedo mojado en semen, cuando seque solo se podrá ver con la ayuda de una vela.

- ¿Condiciones de uso? ¿Eso qué es? – Extrañeza y duda en su tono.

- Condiciones que tendrás que cumplir cuando te quiera usar. Es decir, sumisión y dominación total.

Datos del Relato
  • Categoría: Dominación
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