Se tumbó a mi lado, me acarició la cara, intenté zafarme de él, pero no pude, no tenía fuerzas para nada, me besó tiernamente y después de aquello creo que aún quedé más prendada de él que antes, se acurrucó a mi vera, empezó a besarme con más pasión, aquello sólo podía significar una cosa, pero yo no estaba para hacer nada, pero aún así le quería, me gustaba y estaba loca por estar con él, se subió encima de mi dejando caer su cuerpo de golpe, no sentí ni el más mínimo peso, se quitó la camisa y los pantalones, llevaba un splip negro ajustado que dejaba poco a la imaginación, además se le notaba todo, acercó sus labios a los míos y me mordió, pero teniendo el suficiente cuidado para no hacerme sangrar, aunque sí me hizo algo de daño, reuní todas las pocas fuerzas que tenía y giré la cara, él se dio cuenta y me cogió de la barbilla girándome la cara hacia él, colocó mis brazos por detrás de mi cabeza y separó mis piernas, yo había soñado con aquello miles de veces, pero no de aquella manera, me tocaba pero apenas sentía nada, entonces se quitó el splip y me penetró, no pude ni tan siquiera quejarme, no sentí nada, sólo algo de presión, pero por lo demás era como si no lo estuviera haciendo, sólo podía verle gimiendo, suspirando en mi cara, haciendo fuerza, decidí cerrar los ojos, mirar para otro lado y que hiciese lo que quisiera conmigo, empezó a empujar tan fuerte que me daba en la cabeza con el cabecero de madera, gimió más fuerte, gritó y terminó, ... en lo único que pensé es que ojalá se hubiese puesto un condón, no quería quedarme embarazada de esa forma, ... me miró y sonrió, como si hubiese conseguido una medalla de oro, me dio asco, hice una mueca de repugnancia que él entendió, giró la cabeza y posó su cabeza en mi pecho, pasándome el brazo por la cintura y se durmió.

Pensé que lo que más había querido en este mundo se había hecho realidad, pero no de la manera que yo quería, aquellos había sido una violación y sólo tenía ganas de matarle, ahora además me dolía la cabeza por lo golpes, eché una mirada a mi alrededor y deseé morir, seguía encontrándome mal y él no hacia nada para mitigar mi dolor, no me quería, con lo que acabada de hacer me lo había demostrado y pensar aquello era más doloroso que no poder moverme, le tenía tan cerca y a la vez tan lejos. Sentí tantísima angustia que sólo pude llorar, ahogando mis lamentos para que no despertara y me acusara de ser débil por llorar. Al final me quedé dormida sin poder evitarlo.

Dormimos mucho, demasiado, no sé cuantas horas, estaba sonando mi móvil , ¿tal vez mi madre me echara en falta? pero estaba en el piso de abajo y yo no podía ir por él . Él despertó al oírlo, pero no fue a cogerlo, se levantó de la cama y dijo:

- ¿Quieres comer algo? yo tengo hambre.

- No, me sigue doliendo la tripa y no puedo moverme, por favor llama ami madre para que venga buscarme.

- Te traeré algo .... - dijo cerrando la puertas tras de sí y dejándome sola.

Temblaba de frío, mientras un sudor helado recorría mi cuerpo, me castañeaban los dientes, no sentía las piernas, ni tan siquiera mover un músculo, el hormigueo subía y subía, ... y por donde pasaba mataba cada nervio de mi. Ya casi tampoco podía mover las manos, los dedos se me agarrotaban, me costaba un dolor insoportable abrir y cerrarlas.

La puerta se abrió y entró un chico, no le conocía y aunque lo veía todo borroso sabía que no era Dani, se acercó a la cama y se sentó a mi lado:

- ¿Qué tal estás? - me dijo.

- Me duele mucho la tripa, además no puedo mover las piernas ....

- ¡Dani! - gritó y él subió enseguida - ya está haciendo efecto - me quedé alucinada.

- ¿El qué?¿el qué está haciendo efecto? - pregunté intentando moverme.

- Quieta, así sólo te harás más daño - dijo el chico - deja que siga su curso e intenta estarte quietecita, será mejor para ti -puso su mano en mi pierna, aunque no la sentí, lo sé porque pude verlo - ¿te duele si hago esto? - dije que no, no sabía ni tan siquiera lo que estaba haciendo, me asusté, jamás había estado inmovilizada de aquella manera, sacó algo de una bolsa y de pronto sentí algo de frío en la entrepierna y di un espasmo - ¡estáte quieta! - ordenó, el frío estaba ahí, pero no vi nada.

Salieron de la habitación hablando entre ellos y riendo, ahora sí que estaba empezando a asustarme de verdad, todo lo anterior no había tenido el más mínimo sentido, ahora sentí el miedo y no podía salir corriendo y esconderme en casa con mi madre.

El otro chico se fue y Dani subió, se sentó en su mesa de trabajo y comenzó a hacer algo nologré ver bien el qué era, pasaba el tiempo y él seguía con sus cosas, de vez en cuando me miraba, pero no con esos ojos que tanto me habían gustado y me habían enamorado, su mirada ya no tenía nombre.

- Dani, por favor ... - dije, no me contestó, ni siquiera se inmutó, respiré profundamente y grité, grité con tanta fuerza que casi me dejó la voz en ello, él reía, parecía no preocuparle que pudieran oírme los vecinos, seguramente sabía que no me oirían, estaba acabada y pensé - "Dios mío ¿cómo voy a salir de esta?" ....