Mi psicoanalista es una mujer muy sexy adicionalmente no aparenta en nada corporal y físicamente ser madura. Con un cuerpo ni tan delgado ni tan grande o sea médium, y no se viste tan formal con un estilo marcado como personalizado por lo que puedo verle también visualizarse además apreciárselo en persona como en vivo y a todo color en cada sección en que participamos igualmente conversamos de mis trastornos enfermizos que tengo yo.
Sentados frente a frente les puedo describirla que viste y lleva puesto una falda corta azul cuero que la medida es de 3 centímetros arriba de las mismas rodillas con camisa de manga larga crema con cuello finalmente unas botas largas negras de tacón alto, nos tratamos familiarmente me hace una serie de preguntas que tienen sus respectivas respuestas por mi parte en que me sincero con ella siendo mi oyente y confidente al mismo tiempo asimismo me aconseja que debo hacer hasta meditar inclusive reaccionar mentalmente más que con mi propia personalidad y carácter que marca lo hostil en mi siempre.
Antes de terminar la sección nos relajamos como nos soltamos especialmente cambiamos de posiciones al abrirse y apantallarse espectacularmente con unas entrepiernas que me dejan entrar como gozármela a pedir de boca y a manos llenas principalmente, consintiéndome en que me acaricia como me toca hasta me pasa amplia y continuamente sus manos en mi peinado como por mi cuello avanzando por mis hombros al abrirme la camisa continua deleitándose y lujuriándose completamente con mis pechos hasta expectórales; bajando llegando y acercándose a la cintura en que me baja y abre el zipper del pantalón al sacarme por obra y magia instantáneamente la pinga erecta, dura, gigantesca y enorme mirándome sonriéndome me habla condenado sabia que recurría a entretenerlo como desestrezarlo a mi manera con algo de sexo veo que está preparado no necesita mamárselo ni aumentarle la erección está listo para abordar e invadir al enemigo sexualmente.
Sonriéndose se abalanza y la embiste follandola como mamándole las tetas, pezones y senos hambriento el paciente de ella tirándola como jadeándose igualmente gimiéndose con todos sus ánimos, fuerzas, ganas, fascinaciones, incitaciones, deseos, deleites, dominaciones, vigorosidades, zaceadas, atracciones, etcétera entendiéndose más allá de ser psicoanalista y paciente en que sostienen un romance muy ardiente como importante hasta inolvidable para ambos que se satisfacen al finalizar se viene y se traga como muestra el polvo en grandes cantidades industriales de su paciente, se despiden hasta la próxima sección y siempre en cada una tienen sexo juntos y asolas entre psicoanalista y paciente como paciente y psicoanalista.