-¡Hola! ¿Dónde estás?

C: ¡Ah, estoy en el trabajo aun, uhm!

-¿Porque te oyes como que pujas?

C: ¡Es que me agarraste haciendo del baño, uf!

-Jajá, bueno, ¡te espero para cenar amor!

C: ¡Si, uhm, nos vemos!

Eso fue lo que le dije a mi novio Daniel, quien me esperaba en casa para cenar, pero yo, me encontraba en un hotel, desnuda, solo con mis tacones puestos, ¡abierta de piernas recibiendo un rico sexo oral de Flavio!

Antes de seguir les contare de él, lo conocí en una degustación de vinos, él es un hombre que apenas llega al 1.60 cm, gordito, cara chistosa, nada que ver con los hombres guapísimos que eh estado, él se acercó a mí y me pareció una persona agradable e interesante.

Él es promotor de algunos grupos musicales de México, ósea, que es fiestero, le encanta el alcohol y aprovecha su posición para llegar a las mujeres, eso me parece bien, ya que cada quien sabe sus armas en la guerra marital.

¿Pero cómo termine en un hotel abierta de piernas recibiendo sexo oral de parte suya? ¡Muy fácil!, la relación con Daniel estaba en un punto que ya ni sexo teníamos, ¡él se la pasaba en su trabajo y yo siempre eh sido una bomba de tiempo!

Comencé a convivir mucho con Flavio, más que con Daniel, íbamos a fiestas, reuniones y eventos de los grupos que maneja, me sentía bien con él, tan bien, que no me molestaba que me presentara como su novia en algunos lugares, pero bueno, finalmente después de un concierto, una botella de vino y abstinencia sexual de un mes y medio, ¡terminé en el hotel con el!

Flavio me traía ganas y yo no es que le trajera ganas a él, pero el deseo sexual reprimido tenía que salir de mi ser!

Al entrar al hotel, el me quito el vestido blanco con flores que llevaba puesto, se puso acelerado, me dejo solo en tanga antes de besarme, metía su lengua en mi boca, era gracioso ya que apenas si me alcanzaba de puntitas, ¡pero aun así me llevo a la cama!

Me acostó y beso mis teas, su lengua se entretuvo lamiendo mi pezón perforado, me encantaba su lengua, era gruesa y mojaba mucho, ¡parecía perro sediento y eso me tenía excitada!

Bajo su lengua hasta mi vagina, hizo a un lado mi tanga y empezó a oler y besar mi vagina, me encantaba sentir su respiración, ya me urgía que la trabajaran y eso se notaba con lo mojada que estaba.

F: ¡Cindy! ¡Estas buenísima!

C: ¡Uhm, que rico chupas!

F: ¡Desde que te conocí quería tenerte así!

C: Si, lo note hace tiempo, ¡uhm!

F: ¡Tus nalgas duras, tus piernas, tus tetas, eres una diosa, uhm!

C: ¡Ah, sigue, uhm!

No sé si eran sus palabras o su trabajo oral, pero me tenía con los ojos en blanco, su lengua entraba con fuerza, mi clítoris estaba súper inflado, mi vagina empezaba a empaparse más y más, sus dedos entraban y salían suave, me tenía retorciéndome, ¡estaba haciendo lo que Daniel había dejado de hacer!

¡Después de recibir la llamada de mi novio, Flavio se desnudó, tenía un físico no tan agraciado, peor en ese momento no me importaba tanto eso, saco un pito que estaba durísimo y que apenas llegaba a los 15 cm, pero bueno, ya estando encarrilada lo lleve a mi boca!

F: Ah, nena, ¡uhm!

C: ¿Te gusta?

F: ¡Lo chupas magnifico, uhm!

C: ¡Me encanta como goteas!

Flavio estaba extasiado al recibir mi mamada, tenía mucho que no me metía una verga mediana a la boca y la suya sabia rico, me encantaba como palpitaba dentro de mi boca, el me acariciaba la cabeza y las nalgas, mi teléfono sonaba, pero más que querer responder, quería sentir dentro la pija de Flavio!

Me acostó en la cama y abrió mis piernas como compas, me tomo de la cadera y fue empujándose lentamente, ¡su verga entro rápido gracias a que estaba húmeda a más no poder!

Él se empujaba suave, gemía al entrar y salir, la verdad no me disgustaba sus movimientos, ¡le apretaba el trasero y lo metía más hacia mí!

Me levanto ales piernas inclinándose hacia atrás tomaba impulso y la dejaba ir fuerte, me besaba los pies, los mordía, metía su lengua en medio de mis dedos, me apretaba las tetas, ¡el chaparrito estaba disfrutando cada parte de mí!

Me pidió me levantara, él se sentó en la orilla de la cama y me dijo que me diera de sentones, yo tome su verga y me deje caer una y otra vez, a pesar de no ser de pene grande, me estaba dando muy rico placer, me encantaba darme sentones sobre él, Flavio gemía y me apretaba los muslos y las nalgas, la cama rechinaba y mi celular continuaba sonando.

F: Ah, nena, uhm

C: ¡Así papi, que rico, uhm!

F: ¿No le vas a responder, uhm?

C: No quiero que me interrumpa, quiero seguir sintiéndote, ¡uhm!

F: ¡Que ricas nalgas, ah!

C: ¡Son tuyas, uf, agárralas, apriétalas!

Flavio se daba gusto con mi cuerpo, me apretaba las tetas jugando con mis pezones, me metía sus dedos a la boca, los cuales lamía simulando un pene.

Se acostó y di vuelta para cabalgarlo, el me tomo de las manos y guio mis movimientos, me movía rápido y lento a la vez, el gemía muy rico, yo también jadeaba al sentir todo su pene dentro, me tomaba de la cintura y me levantaba dejándome caer sobre su verga, ¡el momento era fenomenal!

F: ¡Ah, Cindy, muévete, que rico, uhm!

C: ¡Ah, uhm, si, uhm!

F: ¡Coges riquísimo, uhm!

C: Tú también te sabes mover, ¡uf!!

F: ¡Desde que te conocí supe que eras una diosa sexual!

C: ¿Diosa? ¡Jajá gracias por el cumplido!

Me puso de lado, tomándome de las piernas me la metía, se movía como lombriz, me besaba la espalda, la verdad me estaba cogiendo mejor que Daniel, ¡tenía lo suyo y sabía usar muy bien sus armas!

En esa pose se deleitaba más con mi cuerpo, mie tetas se perdían en sus manos, mis muslos eran apretados hasta el cansancio, me encantaba que me acariciara las nalgas y las apretara, ¡era muy bueno cogiendo y lo mejor era que me aguantaba el ritmo!

F: ¡Nena, ponte en cuatro!

C: Si, ¡cógeme así!

F: Mmm, ¡que nalgonas tienes!

C: ¡Jajá, grosero!

Me tenía en cuatro, el tomo impulso y la metió acelerado, se movía rápido y fuerte, eso me encantaba, yo jadeaba y gemía al sentirlo todo dentro.

Sus manos apretaban mis nalgas, las tomaba de apoyo para moverse más fuerte, yo ya escurría, estaba a nada de venirme, ¡que rico! ya me hacía falta una buena cogida!

C: Ah, me vengo papi, ¡me vengo!

F: ¡Mmm, nena, ah, yo igual!

C: ¡Que rico, dios!

F: Ahí viene, ¡ahí viene mi leche!

C: ¡Ah!!!! ¡Dios mío!

F: ¡Nena, agh, que rico!!

Expulso leche a chorros, sentía como me llenaba toda la concha de su rico néctar, yo igual escurría y tenía un orgasmo riquísimo, ¡la verdad tenía meses sin tener un orgasmo así!

Quedé toda satisfecha en la cama, ambos fumábamos y platicábamos de la acción, aunque me hubiera gustado otro round, tuve que salir ya que Daniel insistía mucho, ¡pero Flavio se convirtió en mi amante y más ricos momentos pasamos juntos!

¡Con cariño, Cindy!