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ENCUENTRO EN EL HOTEL

"Culminamos la larga espera con un amante de ella "

 

La preparación fue a veces tediosa debido a la falta de interés de ella.

Pero el cebo estaba puesto .Concreté una cita con un compañero de trabajo que la acosó dos o tres veces y surtió efecto.

Deseaba verla feliz y resplandeciente siendo atacada por alguien que le gustara porque así lo confesó ella.

El día que me lo contó estaba temblorosa y su alteración y excitación se le notaba perfectamente.

Pasábamos entonces sesiones de calentamiento poniendo a nuestro antojo personas de nuestro entorno.

Yo me inclinaba por sus hermanas pero ella tenía siempre algún pretendiente y ése era el que busqué para que no dijera no.

Lo pactado era permanecer a su lado yo también sin inmiscuirme para nada y ellos trabajarían solos.

La pega era que con conocidos nos avisaron que mejor no , pero confiamos en su discreción. Al fin y al cabo también estaba casado.

No hizo falta presentaciones y los tortolitos se abrazaron nada más verse.

La comida y las miradas libidinosas corrieron a cargo de los tres.

Llegado el punto final de la larga espera iniciamos el trayecto caminando ellos amarraditos y besucones.

Las manos de él eran aspas de viento que se afanaban en tocar todo lo que pudiera.

La habitación reunía condiciones , era espaciosa y la cama extragrande.

La operación de quedar desnudos fue nerviosa . les previne que ra mejor que pasaran a la ducha para quitar hierro al asunto y así vendrían mejor.

Mi posición no interfería para nada en sus movimientos y desde ella contemplé un despliegue de pasión más por parte de ella que de él.

Una y otra vez se rebozaban en la cama y se besaban en la boca , el el sexo y donde alcanzaban.

La máquinaria de él era como un martillo pilón.

Una y otra vez horadaba y hollaba la fortaleza que ella tenía entre las piernas.

Los gritos comenzaron a subir de tono y tuve que intervenir para apaciguarlos.

Estuvimos más o menos entre dos horas y media o .

tres.

La despedida fue protocolaria y sin pasión .

Nos quedamos a solas y nos abrazamos.

Me fue dando besos por todo el cuerpo y me dio las gracias.

Ahora soy un sumiso en manos de mi diosa.

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