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Categoría: En el Trabajo

Encerrados tanto la asistente de dereco y yo en el despacho de la decana

De una vez y sin titubiar tome al toro por los cachos y me fuie sincero como franco con la asistente administrativa de la facultad de derecho, nos metimos al despacho de la decana y le habla largo, tendido y sin dejar que pronunciara palabra alguna; con la cara de honestidad que me caracteriza le confese que me gusta más que amiga y compañera de trabajo que no me tildaba la mano al serle traicionero a mi mejor amigo que por azares del mism odestino es el queridisimo esposo de la asistente administrativa de la facultad de derecho hoy día. No me quitaba para nada la mirada atenta y fija y con un rostro serio de pocos amigos escuchandome lo que le decia, le resalte su nobleza y que me fascina completamente su cuerpo y que no puede quitarme de la cabeza las poces que asume cuando esta fuera del mismo decanato académico inclusive, se me sale ciertas frases como coño ese culo que dios te dio me vuelve loco y quiero acariciar, tocar, manocear, pegarmelo contra mi pené que se pone erepto por ti mil veces carajo no puedo controlarme mis reacciones mentales que me traicionan contigo, entre otras barbaridades que se me convierten en piropos poeticos que veo comienzan a caerle bien que un hombre aparte de su marido la trate de esta forma ya que aunque lo niege le gusta comportarse de esta manera.

Hasta le acaricio, pongo la mano derecha en su vientre recorriendo con el tacto de los dedos su piernas bajando a la rodilla, continuo en su muñeca derecha la froto suavecito con las yemas de los dedos al decirle te quiero mucho estoy profunda como perdida que digo prendido por el amor que te tengo enamorado endiabladamente por ti. Termino el desahogo, ahora habla la asistente administrativa de la facultad de derecho tranquila, calmada, respetuosa, honesta, con lexico finalmente después que me expone todo sus comentarios y opiniones se me para al aproximarse hacia mi me da un garnaton fuerte que me deja tembloroso y dolorido toda la quijada, respondiendome seria que te crees tu mierdero que soy una mujerzuela que por tener ciertas poses a la luz publica aqui en la universidad te crees mi dueño para controlarme al enseñarme como debe conducirme, te digo pendejo que me se conducir con sumo respeto y honradez y profesionalisimo que aunque no tenga una carrera universitaria antes me la faje como vendedora hasta gerente de vendedoras a mucha honra en almacenes. Después de desestrarse me besa en la boca como no hubiera ocurrido nada en ese instante, al sanarme con su mano donde me bocheteo violentamente a mi dignidad de hombre dandome a entender que también se ha enamorado accidentalmente de mi dulzura, hombria, sencillez, decencia y al tratarla mejor que mi mejor amigo.

Tuvimos nuestra primera ocasión de hacerlo llevando uniforme con falda y pantimedias que me dejo que la tocara abrazarla y entrelazarla entre mis fuertes brazos no la deje tranquila lo hicimos calmados por espacio de dos horas desde ese día nos convertimos en amantes clandestinos, secretos, privados, intimos, etcétera todas las cosas que pueden imaginarse absolutamente veridicas.
Datos del Relato
  • Autor: Relator
  • Código: 20890
  • Fecha: 03-04-2009
  • Categoría: En el Trabajo
  • Media: 4.57
  • Votos: 67
  • Envios: 0
  • Lecturas: 2178
  • Valoración:
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