Yessenia. Anda caminando por las cercanías de un restaurante, que viene de salida de la misma universidad que saliera a la una de la tarde de hoy sábado; quien anda hasta va de ahí carga. Como es de costumbre y habitual cómo un hábito de monja, su uniforme de administrativa azul negro que lleva e usa falda. Yessenia, empieza con retortijones sobre todo retorcimientos estomacales; obvió se echa unas ruidosas cómo sonadas y constantes flatulencias, que se hace la que mira hacia otro lado en público. Se hace completamente de la vista gorda la misma Yessenia en fin. A una de las mesonera apurada, urgida, apretada, montada de una pierna por delante de la otra; que pregunta donde tienen los baños de dama aquí. Con una cara de desesperación, particularmente estresada, finalmente que ya no puedo más aguantar; que esta obrándose aguada y chicha expresando de esta manera Yessenia personalmente. Yessenia. Entra al baño sé da cuenta, ve que el sanitario no tiene tapa ni asiento, no le queda de otra que hacerlo aquí mismo; con maniobras y todas. Para no caerse ni quedarse atascada, igualmente ensuciarse con el desagüe de la tasa del sanitario en sí. Yessenia, se encarama y agacha cómo apoya a los bordes de la taza del sanitario con la suela de sus zapatos y tacones increíblemente. Que abre las piernas, con las manos sé sujeta, de ahí agarra a lo que tiene a su alcance y más. Se dobla corporalmente un poco al momento suena un bombazo de pupú y acompañamiento musical sin cesar de fuertes flatulencias bastantes hediondas; que la misma Yessenia. Exclama guacala varias veces seguidas, mientras obra todo aguado y chicha; se limpia de atrás por abajo y delante que jala la cadena del sanitario. Toda sudorosa de la cabeza hasta debajo de las piernas, Yessenia se abanica continuamente por su ano y clítoris que los tiene fatigados, flojos, adoloridos y requeté ardiendo le; que se baja del sanitario se vuelve a vestir y se lava las manos que sale del restaurante como si nada hubiera pasado en el baño hace rato.