Mi relato comienza con 15 años. A esa edad, en mi pueblo es normal quedar todos en casa de uno cuando esta solo y ver peliculas porno y pajearse. Digamos que es algo normal entre amigos. Yo ya me daba cuenta que me gustaban los hombres, y la verdad, lo pasas bastante bien en esas situaciones. Pero todo cambió una noche.
Jose, un chico musculado, de piel morena, alto y ojos castaños, prefirió quedarse una noche para terminar de ver una pelicula, mientras todos los demas se iban de mi casa, lugar que solia ser el tipico de la reunion. Yo suponia que lo que queria ver era una porno, asi que no me importo. Esa noche habiamos bebido todos un poco, asi que estabamos un poquito contentos.
Cuando estamos a solas, me dice:
Oye, y si ponemos una peli porno?
A lo que yo le conteste: pues vale.
Empezamos a pajearnos cada uno por su lado, cuando me pregunta:
¿Te ha afectado mucho la bebida que te has tomado?
A lo que yo le contesté que no, pero viendo por donde iba el tema, le pregunté yo lo mismo, a lo que el me respondió que un poquito.
Me dijo: ¿qué tal si nos pajeamos mutuamente?
En ese momento la sangre me hirvió por las venas. No le puse ninguna pega, y asi lo hicimos. Cogí su pene, bastante grande por cierto, y estaba caliente, a la vez que el cogía el mío. Estuvimos un rato asi, hasta que nos fuimos. La verdad es que esperaba algo mas, pero no iba a pedir mucho ese día, porque suponia que se iba a repetir.
Y así fue, cuando nuestros amigos marchaban, el se quedaba en mi casa o volvia cuando nadie le veía. Durante un par de veces mas, solamente hicimos lo mismo, hasta que, en la tercera vez, me lo propuso.
La situacion era la ideal, estabamos sin camiseta y con unos pantalones cortos, ya que era verano. Su cuerpo semidesnudo estaba a mi lado, y comenzamos la rutina que habiamos cogido los fines de semana, hasta que dijo:
¿que te parece si nos las comemos?
Yo estaba deseando meterme esa gran pija en la boca, pero tampoco queria parecer muy desesperado. Acepté encantado, pero fue él quien empezó a comermela sin que yo le dijera nada. Se metió mi pija en la boca y en ese momento senti uno de los mayores placeres de mi vida. Su lengua húmeda, caliente de un poco de alcohol que habia bebido, estaba recorriendo mi pene de arriba hacia abajo.
Al rato no aguantaba mas, necesitaba comersela, disfrutar con esa gran verga en mi boca.
Le cogí, le aparté y me la metí en la boca. Se la comi suavecito, para que sintiera mi lengua como recorria su glande. El gemía de placer, se le notaba disfrutar. Me entusiasmaba comersela, me la metia entera en la boca aun a riesgo de atragantarme.
El me paró, me dijo que queria que durara y se ofreció a comermela él.
Comenzo de nuevo, pero esta vez lo hacia con mucho cuidado. Me estaba acariciando y me daba mas placer todavia. Anteriormente yo habia realizado sexo, pero nadie me habia acariciado. Como un acto reflejo, le acaricié el pelo mientras el me la comia y entonces paró. Empezó a besarme mi cuerpo, subia poco a poco hasta mi boca. Yo me puse muy nervioso, nunca habia besado a un hombre. Entonces sus labios húmedos se pusieron enfrente mía y nos besamos. (Han pasado varios años desde eso y sigue siendo el recuerdo mas maravilloso de mi vida.)Empezamos a besarnos con mucha pasion, tanta que pensaba que iba a reventar de la emocion. No sabía si llorar, gemir... lo que hice fue seguir besandole mientras nos abrazabamos y sentiamos nuestros cuerpos ya desnudos y sudorosos entrelazados. Estuvimos asi bastante tiempo, hasta que seguimos donde lo habiamos dejado, haciendo el 69. Nos corrimos. Mentiria si dijera que fue el mejor placer que sentí esa noche.
Luego el se vistió y yo me quedé en mi sofá con una sonrisa que me es dificil borrar incluso ahora cuando lo recuerdo.
Evidentemente, la historia continuó, pero es otra historia.
Para todos aquellos que hayais sentido el amor de verdad, que hayais disfrutado del sexo con una persona amada. Seguro que me comprendeis.
Un abrazo a todos vosotros.