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Categoría: Maduras

En un concierto de rock

Hola, soy Isaura Patricia. Quiero contarles algo que me sucedió hace unos meses en un concierto de rock. Yo soy una mujer madura, tengo 38 años, estoy divorciada y tengo dos hijas de 18 años a las que les gusta el rock y en especial un grupo que se llama "El TRI", que yo conozco desde que estaba chica y que también me gusta.



Pues no hace mucho dieron un concierto y mis hijas me convencieron de que fuera con ellas, así que recordando mis buenos tiempos y como siempre he sido fanática de Keny, la de "Los eléctricos", me puse una faldita de mezclilla, una blusita, botas y me fui con ellas. La verdad no somos nada feas, yo mido 1:65, soy talla 32 y de bra soy 32c, y a pesar de mi edad represento menos años, además de que estoy piernudita, nalgoncita y muy bien de tetas. Al llegar al Palacio de los Deportes, nos tocó un lugar en las gradas un poco apartado. Cuando inició el concierto, todos los muchachos se bajaron al barandal donde estábamos nosotras y se hizo muy buen ambiente. Yo me asusté un poco y me arrinconé en la esquina del barandal y mis hijas se fueron con los amigos de su escuela al otro lado y aunque nos veíamos, estábamos bastante separadas.



Yo me concentré en la tocada y trataba de no mezclarme mucho con los chicos, pero en pocos minutos el lugar se llenó y quedé rodeada de muchos muchachitos muy jóvenes y desmadrosos. Comencé a oler a tequila por todos lados. La música me hizo comenzar a moverme cuando de repente sentí a alguien atrás de mi. Era un jovencito como de dieciocho años que repegó su pene en mis nalgas. Primero me quedé quietecita, pero la música no me dejaba estar en paz y él se comenzó a frotar. Yo no podía ni voltearme pues el lugarcito ya estaba bien lleno y me resigné a sentir como el chico se masturbaba con mis nalgas mientras de lejos sonreía con mis hijas que alcanzaba a ver bailando.



Los toques del muchacho se hicieron cada vez más intensos y sentí su verga bien crecida entre mis nalgas, entonces comencé a moverme con él, se agarró de los barrotes del barandal y me apretó contra él hasta que se relajó y me soltó, entendí que ya se había venido. El TRI tocaba una de sus canciones viejitas, esa de "vivir en México es lo peor". Yo me había quedado muy caliente, traté de acomodarme la falda y sentí la humedad de la venida del chico, quise ir a alcanzar a mis hijas pero me di cuenta que estaba rodeada, la bandita del chico ya me había echado el ojo y opté por darles la espalda, aunque en realidad fueron las nalgas porque un joven más se me repegó y comenzó a frotar su verga entre mis nalgas. Otra vez sentí unos toques deliciosos y comencé a moverme al ritmo de "Ya me voy" hasta que el muchachito se vino y me soltó. Volteé a ver a mis hijas pero las perdí de vista y sentí a alguien más atrás de mi, una voz dijo "Esta ricura está para comérsela" y me sentí más presionada.



Traté de hacerme la desentendida y me aferré al barandal desde donde veía muy bien al TRI, pero sentí unas manos en mis muslos y otras en mis tetas y me solté, volteé y un tipo ya viejo estaba atrás de mi, me subió la falda y me rompió la pantaleta, quise oponerme pero no era posible, alguien me tenía agarrada del pelo y comenzó a besarme, sentí la penetración, no me disgustó y la recibí con unos movimientos suavecitos mientras se escuchaba "María Sabina". El tipo me cogió muy bien, sentía varias manos por todo mi cuerpo y lenguas en mi boca y en mis senos y cuando me di cuenta ya no tenía blusa. Mi brassiere voló por los aires y sentí un jalón doloroso en mi cabello, me empinaron y alguien puso su pene en mi boca, no me quedó otra más que recibirlo y comencé a mamar. El TRI ya estaba con otra canción, pero a mi me tenían bien ensartadita como chivita por delante y por atrás.



El tipo qu



e me tenía trabada se vino y les dijo a los chicos que le siguieran, que estaba rica mi concha. Hicieron una orgía conmigo, estoy segura que algunos chicos se estrenaron conmigo y esa es una satisfacción que tengo, recibí tremendas cantidades de semen en la boca y en la vagina y el tipo que me cogió primero me penetró por el ano, lo cual nunca me ha disgustado y esa vez lo disfruté mucho aunque en realidad me angustiaba que mis hijas fueran a buscarme y me encontraran tan caliente y facilita, dándole las nalgas a todos.



No supe como fue que terminé en unas gradas con las piernas abiertas recibiendo a quien me quería tener, sobando con mis manos varios penes y saboreando ricas vergas con la boca, hasta que volví a reaccionar otra vez recargada en el barandal mientras escuchaba "la chava de Avándaro". Volví a sentir una penetración anal y escuché a algunos muchachos pidiendo su turno. Me cogieron riquísimo, fueron varios pero los disfruté y se los sobé y mamé lo mejor que pude.



El clímax fue la "Canción de amor", me entregue al placer carnal buscando yo misma vergas que mamar y pidiendo que me cogieran. Tuve muchas penetraciones anales y eyaculaciones en la boca de jovencitos que me disfrutaron a pesar de poder haber sido la mamá de muchos de ellos.



No dejaba de escuchar voces de "se están culeando a una vieja", "una vieja está soltando las nalgas" y cosas por el estilo y solo esperaba que mis hijas no se dieran cuenta..De pronto llegaron los tipos de seguridad, unos que les dicen los zorros; me encontraron con la falda enredada en la cintura, sin blusa y con la cara llena de semen, golpearon a los jovencitos para que se alejaran y formaron un cordón. Yo escuchaba "oye cantinero" mientras comenzaron a cogerme uno por uno, los muy pendejos solo me penetraron mientras yo esperaba verga en la boca y en mi cola, pero ellos solo para eso me usaron. El concierto estaba en su clímax, me sacaron y me llevaron a una camioneta, ahí me cogió un viejo que me babeo toda como pendejo y se vino a cuentagotas. Estaba exhausta, me había venido como pendeja: Alguien me dio tequila y me la tomé como agua, me empedé y regresé a mi lugar, iba semidesnuda y sentía manos en todo mi cuerpo.



Alguien me dio una playera mientras el TRI cerraba el concierto. Busqué a mis hijas y después de muchos manoseos y pellizcos en las tetas, las encontré. Las abracé y se extrañaron de tener húmeda la cara, que obviamente era semen de los muchachos pero no se los dije.



Caminamos a la salida, a las tres nos piropearon de lo lindo, nos chiflaron y dijeron de todo, pero a mi las piernas me temblaban, el ano me dolía y sentía hinchados los labios, además del sabor del semen rancio en la boca. Mis hijas no son nada feas, pero esa noche sentí la mayor cantidad de miradas de los hombres sobre mi. Llegamos al estacionamiento, abordamos nuestro autito y al salir del estacionamiento y llegar al primer semáforo, un jovencito en otro carro me reconoció y me gritó "Que bien coges y mamas mamacita". Mis hijas se atacaron de la risa y no le dieron importancia, pero es que ellas no sabían que a ese joven le había chupado la verga y me había cogido mientras el TRI cantaba la canción de la Virgen de Guadalupe.



Al día siguiente no me podía levantar, estaba adolorida, me dolían hasta las mandíbulas, tenía moretones en todo el cuerpo, tenía mordidas y chupetones por todos lados, pero lo más importante es que estaba satisfecha como nunca antes en mi vida y le di las gracias al TRI de haberme dado esa satisfacción. Segura que voy a estar en su próximo concierto y me voy a preparar mejor. Ya tengo la faldita que voy a llevar y no me importa que ya tendré cuarenta años, me encantaría que me volvieran a coger tantos jovencitos.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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