Que tal, aprovecho para saludar a todas aquellas personas que toman su tiempo en leer y compartir nuestras historias y me da gusto ser parte de esta gran comunidad que como todos tiene ya su historia que contar...

Iniciaré, esto me sucedió hace 5 meses (les confieso que tengo poco de haber descubierto esta página), que fue una aventura efímera pero muy intensa; un jueves por la noche alrededor de las 8:45 p.m. para ser exactos, asistí a rentar una película en un block búster que se encuentra en la col.

Espartaco por el sur de la ciudad, no había mucha gente, entré en el mismo e inicie mi búsqueda para satisfacer mi aburrimiento sin saber que satisfacía ría mis instintos mas bajos, al encontrarme observando los anaqueles me interné en los que se encuentran al fondo del lugar y no encontraba alguna que llamase mi atención, en eso, me percate, que en este mismo pasillo no estaba solo, estaba una persona más que no tome tanto encuenta, posteriormente paso a un costado mío de frente (dado que es algo angosto), y era una dama de muy buen ver ya madura, alta como de 1.70 de estatura, muy buenas piernas y exquisitos senos, portaba un vestido que le llegaba arriba de las rodillas y escotado, pelo rizado y de tez blanca... atónito en tan suculento manjar, seguí con mi búsqueda como pude, puesto que no dejaba de vez en cuando el mirarla, pero para que me hacia ilusiones me decía yo mismo, continué, hasta que coincidimos en otro pasillo y fue cuando me pregunto acerca de una película, el titulo de esta era días de entrenamiento y como en lo personal, me parece una de las mejores películas que ha realizado Denzel Washington, le comentaba, si a usted le agrada este genero, es muy recomendable.

Entablamos una breve conversación mientras le recomendaba algunas otras películas.

Encontré lo que yo buscaba y me dirigí a la caja, me coloque en la alterna (puesto hay dos cajas), volví a observarla cuándo ella de nuevo volteo, me miro y sonrío, pago y se fue... sin más, me quede en el lugar mientras me cobraban lamentándome el hecho de haberle realizado más plática, en fin. Salí del lugar, pensando en ella aún, les comento que este block hace esquina con tlalpan y av. Cuatro; cuándo me iba, se encontraba un carro estacionado sobre la avenida antes mencionada y escuche su clatsun sonar un par de veces... volví a ver y sacaban una mano por el costado del conductor indicándome que fuera..., no había alguien más sobre la misma, así es que me acerque algo extrañado; cuál fue mi sorpresa que al acercarme al auto, era ella, preguntándome para donde me dirigía y le comente del otro lado de tlalpan, ofreciendo llevarme, subí a su auto, lo confieso algo nervioso por cierto, y arranco; en el trayecto nos presentamos y su vestido algo subido, me dejaba ver perfectamente sus ricos muslos y el entorno suculento de sus bellas piernas, que me excitaba demasiado, me dio su nombre (o el de pila, para saber), que por razones obvias no daré, era una mujer separada, vive por la zona y que se encontraba de paso y decidió rentar unas películas para pasar el rato con sus hijos...; mientras ella me comentaba esto, no perdía un instante para ver sus piernas que en lo personal es lo que me vuelve loco en una mujer, siendo creo que demasiado indiscreto puesto que al notarme sonrío frescamente, cosa que me dio un poco de confianza y cuestione el motivo de la misma: me contesto, desde que estábamos en el lugar no dejas de mirarle las piernas..., quien te manda a tenerlas tan bellas y ricas y rió más... se rasco permitiéndome ver como subía el vestidito cada vez más hasta ver su tanga blanca por cierto, me ofrecí como es debido, si gustas te puedo rascar yo...; por que no! Respondió!, al comenzar a acariciar esa piel tersa y suave , que provocaba en ella gran excitación, notaria en su respiración, pasaba mis manos cada vez más y más rozando la gloria y acariciando su pubis que ya mostraba indicios húmedos en la pantaleta, comente: conozco un lugar oscuro, gustas verlo, claro, respondió y nos dirigimos por la col.

El reloj que inclusive hay por allí un parque y nos estacionamos en una calle estrecha y solitaria. Empezamos el cachondeo y el tacto por donde fuera empecé a dedearla poco a poco y gemía cada vez más: haa!, haa!, más, me pedía, comencé a bajar la tanga y ya una vez fuera, bajo el asiento hasta costarse, en él abrió las piernas como experta y ya me encontraba mamando su vagina, ese clítoris, sus labios, todo, chocaba un poco con el volante pero no me importo... continuamos, cambiamos posturas y abrí mi cierre para que comenzará a darme una mamáda en mi verga como una diosa, succionándola y lengüeteando solo como las maduras saben hacerlo, mientras la dedeaba en su asiento que ya había provocado un primer orgasmo que lo humedeció todo... con el olor a sexo en todo el carro y valiéndonos (por suerte no pasaba nadie) se paso a mi asiento, montándome e introduciéndose mi verga en su vagina que facilito que ya estuviera húmeda y a coger, así, así, hasta dentro, más, más, me decía, me gustas, me gustas, hoo!, hoo!, ya viene ya viene, asíiiiiii!, yo mamando sus enormes tetas duras y firmes y cuándo al grito de haaaaaaa!, más, me gustas mucho, ante tanta excitación comencé a venirme en ella, así, que caliente esta, así, me encanta que te vengas, así, másss y el tremendo apretón que me dio con sus manos y la fuerte contracción de sus piernas me percate que ella había terminado una vez más.

Nos miramos y nos besamos con pasión, pasándose a su asiento nuevamente, le pase su tanga, te gusto, mucho, respondió, lo necesitaba, tenias mucho que no!!, la verdad ya tenia mi tiempesín sin nada de nada; comentamos mientras se alzaba para acomodarse la tanga.

Donde te dejo, me dijo, sobre la calzada para que ya no te desvíes, seguro, si. Compartimos teléfonos y sin más preámbulo nos despedimos, después te llamo replico, ahora ando un poco ocupada con mis hijos que ahora me toca que estén conmigo, seguro, cuándo gustes. Te agrado, pregunté, bastante, nos volveremos a ver, con una tierna mirada y fija me contesto que sí, pero en otro lugar...

Aunque no hemos contactado, recuerdo con agrado ese rico momento para ambos; creer que en realidad esto te puede suceder hasta en la esquina de tu casa, con tu vecina, con quién sea, pero que suceda.