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Categoría: Incestos

EN SU CARRO!

Les conté de cómo me cogí a Martha, mi madrastra, la esposa de mi padre, pues ahora les contaré como me la cogí en su carro después de unas cervezas.



Una noche estábamos tomando en su local de impresión ya que ella tiene uno allá por viaducto ya teníamos unos tragos de más, estábamos con sus amigos y mi padre no estaba porque andaba con mi abuela, les dije que me retiraba ya que al día siguiente tenía una reunión del trabajo desde muy temprano.



Gabriel se ofreció a llevarme, pero ella le dijo que me llevaría, así que nos fuimos, en el camino pasamos por más cervezas.



Ella se estacionó una calle antes de la casa y nos pusimos a tomar, ese día ella llevaba un mayon gris que todo se le transparentaba, yo estaba cachondísimo observándola, entre platica y platica le comencé a acariciar sus piernitas, ella al principio no decía nada y seguía hable y hable hasta que…



M: ¡Oye ya deja déjame las piernas!



T: Perdón, ¡pero me encantan!



M: Si ya lo sé, ¡pero soy la esposa de tu papa y estamos en su carro!



T: ¡Pero ya hasta cogimos!



M: Pues sí, ¡pero no quiero salirle con más tonterías y tu deberías hacer lo mismo!



T: Ok vamos por otras cervezas…



Fuimos por un six más y seguimos tomando, ella fue perdiendo poco a poco, mis manos no solo acariciaban sus piernas si no también subían hasta sus nalgas, me acerqué y la comencé a besar.



Ella se resistió un poco pero después estábamos dándonos unos besos muy ricos, recliné el asiento de ella, le abrí su escote y comencé a besarle en medio de las tetas, mis manos acariciaban sus piernitas, estaba excitadísimo.



M: ¡Uhm!! ¡Basta!



T: ¡Adoro tus enromes tetas Martha!



Me volvía loco así que le fui bajando la calza junto a la tanguita, mi lengua comenzó a recorrer sus muslos hasta llegar a su depilada vagina.



Le lamia con desesperación, ella se convulsionaba muy rico, mis manos levantaron su blusa y desabroché su sostén, ¡mientras mi lengua entraba y salía de su ya húmeda vagina!



M: Uhm, ¡para esto no es correcto!



T: ¡Mi amor sabes que me encantas un montón!



M: ¡Si!!! Esto está mal, pero no puedo detenerme, uhm!



T: ¡Uhm!! ¡Mami que rico!



Me bajé el pantalón y me subí encima de ella, Martha ya estaba excitadísima, entre el alcohol y la cachondeada estaba lista para mí.



La comencé a penetrar lentamente, mientras mi lengua saboreaba sus ricas tetas, ¡ella mordía sus labios y me empujaba hacia ella!



M: ¡Uhm, mi niño, cógeme, uhm!



T: ¡Como aprietas!!



Yo me apoyaba en el volante del carro y se la metía más duro, nos besábamos pasionalmente, recliné el asiento del copiloto me recosté y ella se fue directo a mamármela.



Me daba ricas chupadas, ella es una experta mamando, la tomaba con sus dos manos y se devoraba mi cabeza, su lengua recorría toda mi zona, ¡sus uñas largas me excitaban aún más!



Con sus tetas también me acariciaba la verga mientras con su lengua lamia mi cabecita, tragaba hasta que mi verga tocaba su garganta, yo la retenía unos 20 segundos ella solo tomaba aire y continuaba mamando mi carne…



T: Así mami, sigue, que rico, ¡uhm!



M: ¡Me encanta que me digas mami!



T: ¡Uf, mami, que rico, ah!!



Ella se quitó la calza totalmente, me dio la espalda y se subió en mí, ambos nos movíamos rápidamente mis manos apretaban sus tetas ella se apoyaba con la puerta y con el volante del carro para moverse más rápido…



M: ¡Hijo!! Cógeme, uhm, cógeme!



T: ¡Madre, uhm, como apruebas, uhm!



M: Que verga ms gruesa, me encanta, ¡ah!!



T: Muévete, uhm, ¡así que rico!



En medio del éxtasis abrí la puerta del carro, me salí y ella se empinó en cuatro acomodándose entre los dos asientos.



Yo la tomé de la cintura y comencé a dejársela ir rápidamente, le agarraba del cabello y con la otra le daba nalgadas.



T: ¡Oh!! ¡Que rico, uhm, ah!



M: ¡Nos van a descubrir!



T: Me vale, uhm, ¡ah!!



M: ¡Que rico!



Martha jadeaba y gemía riquísimo, yo continuaba disfrutando acariciándole las nalgas, jamás pensé en hacerle eso a mí padre, pero ya era tarde, ahora su mujer era mi perra!



El carro se movía, ambos estábamos extasiados, nos movíamos rico, sincronizada mente, así como dos personas que se entienden bien, finalmente no pudimos contenernos más y el éxtasis final llego.



T: ¡Oh!!! Martha!!!



M: ¡Uhm!!! Que rico, ¡ah!!!



Ambos nos corrimos juntos, mis fluidos y los de ella llenaban el carro de nuestro sexo, la llené de leche y el orgasmo fue espectacular.



Ella tuvo un gran orgasmo, terminamos y nos recostamos en los asientos a beber cerveza, ella recibió la llamada de mi padre, nos despedimos y quedamos en vernos nuevamente para coger.



Lamentablemente unos meses después, de una discusión con mi padre, me aleje de la casa y de ella también, era una lástima, pudimos haber cogido más veces, pero las cosas son por algo, así que ahora solo recuerdo lo rico que cogía mi madre postiza.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 6
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