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En silla de ruedas

~~Este relato es ficticio, se lo dedico a un chaval que me mando un e mail
 diciéndome lo mucho que le había gustado uno de mis relatos, él es
 parapléjico, pero como a todo el mundo le gusta el sexo. Este chico es de
 México y voy a relatar una historia que supuestamente encontró una prima
 suya en un diario que él escribía muy a menudo. La vida se me esta haciendo muy dura, porque estar postrado en una
 silla de ruedas a mi edad no es nada fácil, pero mi gente me apoya y aunque
 solo sea por ellos, sigo luchando para salir adelante. Me encanta el sexo,
 pero debido a mi estado físico, cuesta demasiado intimar con las mujeres, y
 por desgracia aun soy virgen, pero aun así, yo sigo siendo simpático y
 alegre de cara al mundo, aunque en mi corazón no haya tanta alegría como en
 mis labios.
 Mi mama se va a ir a trabajar fuera de casa, debido a la posición en la que
 se encuentra mi papá en cara al trabajo. Pero hay un problema, que es mi
 cuidado, por desgracia yo no puedo cuidar solo de mí y necesito a alguien a
 mi lado las 24 horas del día para que me ayude a realizar cosas, como puede
 ser pasear cuando el sol se esta poniendo. así que mi mama ha decidido
 llamar a una familiar suya de Colombia, que lo esta pasando realmente mal,
 ya que a sus 22 años, se ha casado y se ha divorciado, ahora esta en la
 calle y sin trabajo y mi mama le ha ofrecido manutención a cambio de que le
 eche una mano conmigo, es decir a cambio de que se haga cargo de mi cuando
 ella esta en el trabajo. Todo esto me lo ha comunicado esta mañana en el
 desayuno pero ella ya lo había planeado todo, había hablado con su familiar
 y esta estaba totalmente de acuerdo así que esta tarde llegaría a casa, la
 verdad es que a mi no me hacia nada de gracia, además a mí lo que realmente
 me hacia falta era una persona positiva que me transmitiera alegría y no una
 mujer a la cual había dejado su marido y que además la había echado a la
 calle como a un perro al cual no se quiere. Pero lo peor era, que seguro que
 era una mujer fea, gorda enana y estúpida, porque si no ¿porque otra razón
 iba un hombre a dejar a una mujer tan joven y además con múltiples
 virtudes?. Llegaron las 19:00 PM y el timbre de la puerta sonó, yo ya sabia
 quien era así que no me inmute, mi mama fue a abrir la puerta
 apresuradamente, escuche la voz de mi mama saludarla y note un gran tono de
 alegría y de repente escuche una voz armoniosa, muy juvenil, dulce y
 sobretodo sensual, por unos instantes, esa voz me hizo soñar, subí al cielo
 y me vino a la cabeza la imagen de un bello ángel que venia a coger me de la
 mano para pasear por las nubes. Cuando pude reaccionar no me lo pensé dos
 veces y fui apresuradamente a la puerta para conocer a la fantástica
 propietaria de aquella deliciosa voz. Quede impresionado cuando vi a aquella
 belleza, no lo podía creer, era una chica morena, de pelo largo y lacio, de
 grandes pechos y un culo redondo y respingón, llevaba la ropa muy ajustada,
 tenia una silueta estupenda, era delgada y de estatura media, me miro con
 sus bonitos y grandes ojos negros y me sonrió con esos labios gruesos que
 por el color parecían de fresa. Tú debes ser al guapo muchacho al que voy a cuidar
 Sí (acerté a decir muy entrecortadamente)
 Encantada Se acerco a darme dos besos y cuando se acercaba a la vez que se agachaba
 podía tener mayor vista de sus lindos pechos a través del gran escote que
 portaba, cuando sus labios acariciaron la piel de mi mejilla, me ruborice,
 me encantaba aquel suave y cálido tacto de sus lindos labios con mi piel,
 volví a soñar, pero esta vez veía como mi rabo entraba y salía de sus
 labios, era muy real, hasta podía sentir el calor de su aliento en mi
 bragueta. Pero pasa, no te quedes en la puerta. Deja yo me encargo de subir las
 maletas a tu habitación (su habitación estaba enfrente de la mía)
 Muchas gracias. Cenamos y reímos, charlamos hasta altas horas de la madrugada.
 Durante la siguiente semana, mi madre se encargo de preparar todo muy bien
 ya que empezaba a trabajar a la semana siguiente, y yo no pensaba en otra
 cosa que en hacer el amor con aquella belleza, pero no quería dar un paso en
 falso y que todo se estropeara.
 Llego la semana y mi madre se marchó a trabajar, yo intentaba calentarla de
 mil maneras, pero no daba resultado, pasaba del tema, no le daba
 importancia, incluso había veces que me dejaba solo con mis
 cosas y se iba ha hacer algo a la cocina.
 Pasado ya un tiempo, desistí en mi empeño ya que ya lo había intentado todo,
 pero no podía hacer nada, hasta que una tarde, en uno de los paseos que
 dábamos por el parque (me sacaba a que tomara los últimos rayos de sol de la
 tarde), conoció a un hombre, la verdad es que era bastante apuesto y muy
 caballeroso con ella, se veían muy a menudo en el parque y hicieron una gran
 amistad.
 Una noche en la cual me acosté temprano ya que no echaban nada en la tele y
 mis papas habían salido esa noche a cenar debido a su aniversario, Lidia
 aprovecho para llamar a su apuesto amigo y aprovechar las horas de soledad
 en la casa, yo tengo el sueño muy ligero y debido a la cercanía que existía
 entre el cuarto de ella y el mío, me desperté gracias a unos sonidos que tan
 solo había escuchado en la tele, pero que yo reconocía a la perfección, eran
 suspiros de placer y las palabras que oía provenían de la garganta de Lidia,
 conocía su voz incluso aun estando en esas condiciones. Me levante y me
 acomode en mi silla de ruedas sin hacer ruido y me acerque a la puerta de su
 habitación que estaba entre abierta y el espectáculo que disipe hizo que me
 masturbara allí mismo. Lidia estaba acostada boca arriba en la cama y su
 amigo estaba metiéndole un trozo de carne enorme por el coño, era tan grande
 que a cada envestida Lidia respondía con un pequeño grito, que intentaba
 apagar, tapándose la boca con las manos, para que no me despertara (aunque
 fuera demasiado tarde), me termine mi paja y apresure a acostarme para que
 no me pillaran los tortolitos. Una vez en la cama, pensé en lo ocurrido y lo
 vi todo muy claro, ya estaba en el buen camino, solo necesitaba darle un
 empujoncito y caería en mis brazos, estaba ansioso casi no dormía de la
 emoción. Ya estábamos en sábado, mi mama y mi papá trabajaban así que ya habían
 salido de la casa y no volverían hasta las 7 de la tarde, así que me quedaba
 todo el día por delante y no estaba dispuesto a desaprovechar la
 oportunidad. Me levante y me dirigí al dormitorio de Lidia, estaba acostada,
 debido al calor no llevaba casi nada de ropa, tan solo un diminuto tanga que
 dejaba al descubierto mas cosas de las que tapaba y en la parte de arriba
 una camisa muy fina, casi transparente, de color blanco y además muy ancha.
 La contemple unos instantes, era preciosa, antes de que pudiera darme cuenta
 tenia una erección enorme, así que decidí no demorarme mas y darle lo que se
 estaba ganando. Cogí el bajo de su camiseta y lo subí hasta el cuello,
 dejándome ver esos lindos pechos coronados por unos lindos y como pude
 comprobar mas tarde, suaves pezones, adelante mi mano temblorosa hacia uno
 de sus pechos y una extraña pero agradable sensación recorrió mi brazo y
 bajo hasta mi rabo cuando la piel de su pecho entro en contacto con la piel
 de la palma de mi mano. De un salto mi bella durmiente se sentó en la cama,
 con los ojos totalmente abiertos, con incredulidad por lo que le estaba
 pasando. ¿Qué estas haciendo?
 Vamos, que pasa no te gusta como te toco?
 No es eso exactamente. No me gusta que me toques en esos sitos
 Por que?, crees que no puedo darte placer?
 Lo que pasa es que no soy muy consciente de mis actos en estos momentos y
 no quisiera hacer algo de lo que pudiera arrepentirme
 No tendrás que arrepentirte
 Y si se entera tu madre?. Me quedaría en la calle otra vez y todo por
 estúpida
 Mira las cosas claras, anoche vi como lo hacías con tu nuevo amiguito, así
 que si no te dejas hacer, se lo contare a mi mama y igualmente vas a tener
 que arrepentirte
 Vaya pensé que dormías
 Pues ya ves Cogió otra vez su pecho y lo acariciaba, su pezón se ponía cada vez mas
 duro, me acerque lo mas que pude y lo chupe, un leve suspiro se escapo de la
 boca de Lidia Ayúdame a acostarme a tu lado
 Pero que es lo que quieres de mí?
 Todo, lo quiero todo Lidia se incorporo y me ayudo a acostarme en su cama, me dejo en una
 posición muy cómoda y intento jugármela, salió corriendo de la habitación y
 bajo las escaleras al piso de abajo. Yo estaba muy caliente así que volví a
 la silla de ruedas y sin pensármelo me dispuse a bajar las escaleras, sin
 pensar en las consecuencias que podría tener aquella acción. Caí rodando,
 Lidia se asusto mucho, grito mi nombre y se acerco a donde yacía tendido
 para atenderme. Te has hecho daño? Levante la mirada y lo primero a lo que alcanzo mi vista fue a su cavidad,
 no lo podía creer, estaba muy húmeda, se marcaba un gran paquete, alargue la
 mano y retirando la diminuta tanga empecé a magrearle su gran chumino. Esta caliente y es muy suave Ella solo gemía de placer y me pedía que por favor no parase Si no quieres que pare tendrás que darme algo a cambio Ella sin mediar palabra me estiro en el suelo, se quito la camiseta y el
 tanga y se puso encima de mí en posición de 69, saco mi rabo que estaba al
 borde de reventar y empezó a pajearme lentamente, el calor y la suavidad de
 sus manos me hacían tocar el cielo y sin querer se escapaban gemidos
 profundos de placer. Te gusta?
 A ti que te parece? En ese mismo instante se lo metió entero en la boca y se sentó en mi boca
 para que le comiera su linda raja, debido a la excitación y a que era la
 primera vez, en unos segundos dispare mi munición blanca en el interior de
 su boca, Lidia se levanto y me dio un beso en la boca a la vez que acomodaba
 mi rabo a lo largo de su raja, haciendo un perrito caliente, estuvimos así
 unos minutos, ella se frotaba buscando su placer y haciendo que mi nabo
 volviera a la vida, cuando estuvo fuerte otra vez, lo cogió y lo condujo
 hasta la entrada, y diciéndome: desde este momento dejas de ser
 virgen se dejo caer metiéndome en su interior hasta lo mas hondo,
 nuestro alaridos de placer se fundieron en uno y empezó a moverse
 frenéticamente, sus pechos me golpeaban la cara mientras mis manos
 acariciaban su lindo culo. No tarde mucho en correrme enérgicamente y
 soltando un gran grito de placer. Quiero follarte el culo
 Lo tengo dolorido de anoche, por favor no me pidas eso, lo que quieras
 menos eso
 He dicho que quiero follarte el culo, obedece o se lo contare todo a mama Lidia se levanto y se puso de cuclillas de modo que la entrada a su culo
 estaba justo encima de la cabeza de mi rabo, me la meneo un rato hasta que
 retomo el vigor inicial, apunto hacia el cielo y acomodando la cabeza de mi
 miembro en la entrada, fue sentándose poco a poco. Era increíble el placer
 que estaba sintiendo, mientras yo acariciaba sus pezones, tocaba su
 clítoris, estaba muriendo de placer, hasta que no aguante mas y me fui de
 puro placer y fue entonces en mi 3º orgasmo cuando arranque el 1º de ella.
 Después de arreglarnos y limpiarnos le pedí perdón por mi inexperiencia y le
 prometí que en sucesivas ocasiones iría mejorando en mis conocimientos sobre
 el cuerpo femenino.

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
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