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En la tienda de ropa

~~Vino por mi a
 las 14.00hrs.
 Mi corazon andaba desbocado mientras bajaba las escaleras. Mi chochete
 batia palmas. Cuando llegue abajo, le vi dentro del coche. Esperandome,
 como siempre, con ansia en su mirada. Desde que nos habiamos hecho
 amantes (que linda palabra. ) estabamos muy encoñados el uno
 con el otro. Tanto que nos veiamos varias veces al dia. Tanto que
 ambos dos dejabamos nuestros deberes aparcados para darle vida a nuestra
 pasion.
 No pude evitar que un ramalazo de deseo animal nublara mi mente.
 Subi al coche con toda la discreccion y tranquilidad de la que fui
 capaz.
 Nos sonreimos. Un simple "Hola, que tal?" y una mirada preñada
 de intenciones ocultas.
 En el primer semaforo que paramos alejados de "territorio comanche",
 me dio el tan esperado beso. Me besaba muy bien. Su lengua no dejaba
 ningun rincon de mi boca por descubrir. Su labio inferior era (es)
 todo un homenaje al pecado.
 "Vamos de compras, chochete?".
 "Vamos donde tu quieras, corazon", le respondi.
 El camino al centro comercial fue todo besos, caricias, apretones,
 achuchones, palabras lindas, palabrejas.
 Aparcamos el coche. Cuando bajamos y mientras mirabamos a nuestro
 alrededor (una costumbre de los amantes ilegales) descubrimos una
 pareja en la misma circusntancia que nosotros. Solo que ella dejo
 aparcado su coche y marcharon ambos en el auto de el.
 Mi amante y yo nos sonreimos. Excitados, ansiosos y contentos por
 estar juntos, un dia mas. Entramos en una tienda. Paseando entre las
 estanterias de ropa. Disimulando nuestro deseo. Riendo. El cogio un
 pantalon marron y yo una falda vaquera y unos jeans.
 "Solo tres prendas por probador", dijo la dependienta.
 "OK, no te preocupes. " El probador era pequeño
 y estrecho. Olia a sudor. No tenia techo. Habia un espejo una pequeña
 banqueta en la que el se sento a observar mientras yo me probaba la
 falda y el pantalon. Ambas prendas me quedaban bien y decidi quedarmelas.
 "Vamos a celebrar tu compra", me dijo picaruelo.
 Nos besamos. Sus manos en mi espalda. Y las mias en sus nalgas.
 De repente, su boca en mi cuello. Yo solo llevaba una camiseta y el
 tanga negro.
 Mi mano bajo hacia abajo y comence a apretarle la puntita (tan linda)
 de la poya, la cual comenzo a palpitar a traves de la tela de sus
 pantalones.
 Me excitaba sobremanera vernos en el espejo. Me quito el tanga. Me
 tocaba el coño que era una puta delicia. Tan placenteros sus
 dedos en mi interior. Ni siquiera pensabamos que llevabamos demasiado
 tiempo dentro del probador. Que podian haber camaras. Solo nos importabamos
 el uno y el otro. Nuestro mutuo y propio placer. Tenia tanto morbo
 la situacion. Me levanto la camiseta y despues de bajarme el sujetador
 (negro, a juego con el tanga), se metio una de mis tetitas en la boca.
 Mordiendo el pezon. Chupandolo. Poniendolo duro y tieso como estaba
 su poya. Se sento en la banqueta. "Estoy mayor, chochete",
 me dijo. (Me volvia loca que se inventara nombres para mi. Que me
 llamase chochete, putita, mi chica, parruseta. Hasta incluso el diminutivo
 cariñoso que yo utilizaba para el, en femenino) Se bajo los
 pantalones (santo dios, no llevaba dustin. Quiero decir slips. Dustin
 era algo entre nosotros dos. Nunca dejaba de sorprenderme). Su poya
 apuntaba al techo. Dura, caliente, roja. Lista para penetrarme.
 Me agarro delicadamente de la cintura y me sento sobre el. Su dedo
 en sus labios, "exigiendo" silencio. Me gustaba mirarlo
 cuando follabamos. Sus ojos decian tantas cosas. Su verga entro en
 mi. Tan familiar y tan gozosamente, como siempre.
 Me termino de quitar la camiseta. Se metio mi teta derecha en la boca
 y con sus dedos largos y frios (siempre tenia las manos frias, cosa
 que a mi me encantaba) me retorcio el pezon izquierdo. Yo comence
 a dar saltitos sobre el. El ritmo subia igual que nuestro placer.
 Bufffffffffffffff, que situacion tan morbosa. Oiamos a la gente entrar
 en otros probadores, ir y venir. Me agarro de las caderas para marcar
 el ritmo. Pero yo no le deje. Normalmente, me gusta llevar la batuta
 e imponer mi cadencia. Pero reconozco que hay veces que dejarse llevar
 por el otro es muy placentero. Pero no era el momento. Mandaba yo
 Segui saltando sobre el. Acariciandole el cabello (apenas blanqueado
 en las sienes, un poco rizado y muy suave), mordiendole la boca. Metiendole
 los dedos entre sus labios, buscando sus dientes. Su poya se hincho
 y mi orgasmo aparecio. Soy un poco escandalosa y el lo sabe (sabe
 tanto de mi, de mi cuerpo, de mi piel. ). Me tapo la boca con la
 palma de su mano mientras yo me corria. Que gusto, dios. Me estire
 y tense tanto sobre el que pense que iba a romperme. Me quede un poco
 sobre el. Cuando sali, su semen resbalaba por mis muslos. Saque un
 pañuelito humedo de mi bolso (mujer precavida vale por dos)
 y me limpie. Mientras el sonreia y con los ojos me decia que queria
 mas. Que no se habia corrido. Seguia duro. Durisimo. "Una chupadita?".
 Rei traviesa. Me apetecia muchisimo meterme aquel trozo de gloria
 en la boca y asi lo hice. El seguia sentado y yo me arrodille frente
 a el y le abri las piernas. Me meti toda su poya en la boca. Dandole
 pequeños lametones por el capullo. Bajando con la punta de
 la lengua hasta la base. Y una vez alli, rodeandola. Dandole mordisquistos
 leves. Succionandole los huevitos. Y otra vez, hacia arriba. A concentrarme
 en el capullo rosa. Levante la mirada. A la mayoria de tios, les pone
 muy cachondos que los mires desde abajo cuando les estas comiendo
 la poya con esa "cara de zorra". El suspiraba y cerraba
 los ojos. Como me gustaba chuparsela. Ver esa cara de delirio, de
 placer sin mas. Estaba tan calentita. Yo ronroneaba como una gata
 satisfecha. Me la meti toda en la boca. Poquito a poco. Hummmmmmmmmmmmmmmmm,
 que rica. Riquisima Comenzo a jadear mas fuerte. A estirarme del pelo.
 A moverse casi imperceptiblemente. A morderse los labios. A empujar
 mi cabeza con sus manos. A intentar no chillar. A contener su propio
 orgasmo. Mi lengua la recorrio una vez mas de arriba a abajo, y me
 la meti toda en la boca de nuevo. Moviendo mi cabeza como si estuviese
 loca.
 Su semen inundo mi garganta. Caliente. Espeso. Dulce. Todavia copioso
 (ya sabeis, la edad lo vuelve leve). Fuerte. Cerre los ojos y con
 mis labios le aprete la poya mas fuerte todavia. Me encantaba sentir
 su esencia en mi boca. Su sabor. Su olor.
 Cuando note que habia terminado de correrse, me la saque de la boca.
 No sin antes asegurarme que ni una gota de ese preciado y amado liquido
 se iba a escapar de entre mis carnosos labios. Bese su pirindola y
 mire a mi amante. El habia apoyado la cabeza sobre la pared del probador
 y me miraba con ardor. Le di un beso tambien a el. Dejandole probar
 su propio sabor. Gotas de su masculinidad, destiladas por mi boca.
 "Deberia probarme el pantalon, no?".
 Salimos del probador con cara de clientes satisfechos. La dependienta
 y el seguridad nos miraron con extrañeza. No pude aguantar
 la risa. Andando rapidamente me dirigi a la caja para pagar mi compra.
 El hizo lo propio. Nos fuimos a comer un bocadillo. El dia parecia
 tener mas luz. Y ahora. era la puta hora de volver a trabajar. Joder,
 joder, joder, joder.
 El coche de la mujer que vimos marcharse, seguia alli. Me embargo
 una gran envidia. Poder disfrutar una tarde entera de mi amante. Sin
 telefonos, sin prisas, sin movidas.

Datos del Relato
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