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Categoría: Maduras

En la oficina

El siguiente relato me ocurrió aproximadamente hace un mes, y debo confesar que todavía continúo haciéndome unas pajas monumentales pensando en ello.



 



Mi nombre es Andrés, tengo 31 años, 1´85, moreno y de complexión fuerte. Trabajo en un despacho de abogados de Madrid, y una de mis fantasías tiene que ver con mujeres maduras con tremendas tetas, y muy viciosas.



 



Aquella mañana mi jefe me había anunciado que vendría a verme una clienta a la que el no podía atender por que tenía que hacer gestiones fuera del despacho. No le di mas importancia, ya había ocurrido otras veces; pero esta sería diferente.



 



Alrededor de la una del mediodía la secretaria me anunció que la clienta que esperaba había llegado. Como es habitual yo pensaba atenderla en la sala de reuniones, a la que, pasados unos minutos, me dirigí sin sospechar lo que allí me esperaba.



Entré y allí estaba ella, una increíble rubia de unos 43 años con una cara de vicio que inmediatamente provocó en mí una erección. Rápidamente cambié de opinión sobre el lugar donde atenderla, y la pedí que me acompañara a mi despacho, a lo que ella accedió sin presentar objeción alguna.



En el recorrido hasta mi despacho tuve tiempo de apreciar con todo detalle a ese pedazo de hembra que me estaba poniendo como una moto. Llevaba un traje de chaqueta negro cuya falda, mas bien corta, dejaba ver unas piernas generosas pero macizas y bien torneadas y un trasero también generoso que la muy zorra movía estupendamente, zapatos de tacón y debajo de la chaqueta un top negro que dejaba al aire su enorme canalillo como anticipo de lo que debían ser dos tetas enormes, lo cuál debo confesar es de las cosas que mas cachondo me pone.



 



Una vez en el despacho estuvimos como una hora tratando sus temas legales, sin que en ningún momento yo dejara de admirar ese espectáculo de mujer, imaginándome como sería comerle las tetas, algo de lo que ella se daba perfecta cuenta a juzgar por sus constantes contoneos.



A las dos de la tarde, cuando estabamos terminando de tratar los temas por los que había acudido a nosotros y hora en que todo el personal de la oficina sale a comer, la secretaria entró en mi despacho para decirme que salían todos de la oficina para ir a comer.



Mi excitación iba cada vez en aumento al pensar que estaba allí a solas con ese monumento de mujer, y creo que ella también se estaba poniendo cachonda, porque a los pocos minutos de quedarnos a solas se quitó la chaqueta dejando a la vista un par de enormes tetas que su top apenas podía contener. Mi polla estaba a punto de estallar.



En ese momento, la conversación cambió de rumbo; ella empezó a decirme que mi jefe no le había comentado que la atendería un chico tan atractivo, y que de haberlo sabido se habría arreglado un poco más ( sus contoneos iban en aumento, prácticamente podía ver el final de su media y el inicio de la liga que la sujetaba; ya no podía mas), yo la dije que era realmente atractiva y que el traje que llevaba la favorecía enormemente, cuando de repente su chaqueta cayó de la percha en la que la había colocado; rápidamente me levanté a recogerla pero ella estaba justo al lado y llegó antes. La muy puta se agachó a recogerla de forma muy parsimoniosa dejándome ver su tremendo culo en pompa, a lo que ya no pude resistirme y me acerque a ella poniéndome justo detrás de tal forma que el bulto de mi polla en el pantalón rozaba su enorme trasero.



Ummmm, parece que mi joven abogado está excitado - dijo incorporándose. Ella apretó su culo contra mí, lo que hizo ver claramente que también estaba por la labor.



Te voy a follar como nunca antes te lo han hecho zorra, vaya par de tetas tienes – le dije mientras sobaba sus tetazas y besaba su cuello.



Cabronazo me estas poniendo muy cachonda, déjame ver ese pollón que tienes entre las piernas.



Ella me empujó hacia la mesa y sentándose en la silla comenzó a comerme la polla mientras se sobaba una de sus tetas que había sacado con dificultad de su top.



Ummmm que polla mi vida, que polla, quiero que me la metas por todos los agujeros de mi cuerpo!! – se relamía de gusto la muy puta.



Cometela, cometela – gritaba yo, hasta que no pude mas - Métetela entre las tetas puta.



Dicho y hecho, se metió mi pollón entre sus enormes domingas,y empezó a masajearlas hasta que tuve mi primer orgasmo. Dios, la bañé con mi leche, lo cuál hizo que ella se pusiera aún más cachonda.



- Cómeme el coño cabrón, estoy cachonda. No hacía falta que lo jurara, su chochito estaba empapado, y yo deseando comerselo a conciencia. La recosté sobre la mesa y empecé a comer ese lindo coñito perfectamente arreglado. Mientras introducía la lengua en su agujero, con una mano le sobaba una parte de sus tetas, eran inabarcables, y con la otra introducía un dedo en su culo.



 



- Aaaaah, hijo de puta que bien lo haces, sigue, sigue, quiero tu polla, por dios métemela, fóllameee, fóllameee. No la hice caso y continué comiendo ese coño que empezaba a chorrear líquidos como una fuente, mientras ella ya no sabía donde agarrarse de placer, gritaba tanto que temí que la oyeran los vecinos, pero yo no podía parar, mi polla había vuelto a recobrar su firmeza y pedía más.



 



- Mi vida, no puedo mas chúpame las tetas y mete ese aparato en mi coño, fóllame, por dios fóllamee, aaaaah que cachonda estoy, estoy chorreando -. No lo dudé, me incorporé y me lancé a por sus tetas, mientras mi polla taladraba su coño. - Ahhhh que rico, que rico, cabrón me vas a partir en dos, sigue, mas fuerte, mas fuerte cabrón, me corrooo, ay , me corrooo -. La muy puta tuvo una corrida memorable, sus espasmos me ponían más cachondo cada vez, y yo estaba a punto de correrme otra vez, entonces ella despues de comerme los morros como una auténtica viciosa, me dijo:



 



- Ya solo falta que me encules cariño. Uff! Esa puta me estaba poniendo a cien. Ella se puso de rodillas y volvió a comerme la polla como una loca, se la metía hasta el fondo y mientras lo hacía podía ver como se masajeaba las tetas junto a mis huevos. Cuando mi polla estuvo lo suficientemente lubricada ella se incorporó y poniéndose de rodillas en la silla en la que habiamos tratado sus problemas legales, puso a mi disposición ese tremendo culo,



- Ahora taladrame el culo abogado. Se lo chupé durante unos minutos, mientras ella volvía a gemir, la muy zorra estaba otra vez dispuesta. Yo ya no podía más, así que de una fuerte envestida, y mientras la sujetaba esas enormes tetazas, metí toda mi polla en su agujero



- Ayyyyyy – gritó, mientras giraba la cabeza; que cara de golfa tenía aquella hembra. Yo la azotaba el culo mientras la follaba, lo cuál parecía gustarle.- Siii, siiii, siiii, así mi vida así, empuja, empuja – decía mientras me miraba y se metía un dedo en el coño.



Las envestidas eran cada vez más fuertes y ella disfrutaba como una loca- Quiero tu leche cabrón, inunda mi culo, correeteee, correetee cariño. No pude más, llené todo su agujero con mi leche y caí exausto sobre la silla. Pero ella quería más, limpió mi polla de leche, y para mi sorpresa consiguió que no se quedara flacida, lo que aprovechó para montarse sobre ella, mientras yo le comía las tetas, hasta que alcanzó otro orgasmo.



 



Sin duda, fue la mejor hora de comer de mi vida. Espero que ella vuelva todas las semanas a consultarme todos sus problemas.



FIN


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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