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EN LA FIESTA DE SU MARIDO, ME LA COJO DISFRAZADA

Me invito a la fiesta que se desarrollaría en su casa, la fiesta era de disfraces ya que celebraba no sé qué cosa de su marido.

Ya les había contado de Karla, la nalgona casada que estaba por divorciarse y me la cogí en la calle, pues resulta que no se separó y por suerte seguimos en contacto y aunque moría de ganas por cogérmela, pues tenía que aguantar vara.

Como sea, con tal de verla decidí ir a la fiesta en su casa, ella me presento como su amigo de la academia de baile, decidí disfrazarme de Sherk ya saben esa típica ropa de vago y pintura verde en cara y manos, subí a mi coche y legue a la fiesta.

Cuando llegue note un muy buen ambiente, había muchas personas, con muy buenos disfraces, había unas cuantas que lucían espectaculares, pero quien de plano me dejo sin palabras fue Karla, ella estaba vestida de Campanita, así es con un minivestido verde que apenas le cubría sus nalgas, escotado espectacularmente sin tirantes y su peluca rubia, de verdad en cuanto la vi mi verga se endureció.

K: ¡Qué bueno que viniste!

T: Gracias, ¡oye que buen disfraz!

K: Gracias, ¡es que soy fan de campanita!

T: ¡Seguro tu marido debe de estar cuidándote mucho!

Su marido que estaba disfrazado de “Godínez” porque estaba de traje negro y por más que traté de pensar quien era pues no di, pero bueno lo que en realidad buscaba era ver que hacía para así poder estar cerca de la sensual Karla.

Ya no hare la historia de los coqueteos y roses tan larga y pasare directamente al mejor momento de esa noche.

Ya después de la 1 de la mañana la mayoría de invitados estaba ebria, admito que yo igual y que decir de Karla que ya en un par de ocasiones había enseñado accidentalmente su tanga verde, yo la tenía paradisima así que decidí lanzarme por todo.

Mire que Karla se iba a su recamara fue entonces que aprovechando que su marido estaba con sus amigos y todos estaban ebrios me lance detrás de ella, la alcance justo cuando estaba por entrar a su cuarto, la abrace por atrás y me metí con ella.

K: ¿Que haces?

T: ¡Mamita estas riquísima!!

Comencé a besarla con desenfreno, ella al principio se negó, pero poco a poco comenzó a ceder, mis manos apretaban sus carnosos muslos, mi boca bajaba por su cuello a sus tetas que lucían bien en su escote.

K: ¡Mi marido está allá afuera!

T: ¡Me vale madre!!

La tiré sobre la cama y subí aquel minivestido verde, mi lengua recorría sus muslos hasta sus rodillas, mis manos apretaban esas tetas de lujo, Karla solo gemía, el hecho de poder ser descubierto me ponía más salvaje.

Le quité al tanga y encontré una vagina depilada y húmeda por los hechos, sin pensarlo dos veces comencé a besar sus labios vaginales, ella sacaba sus tetas por encima de su traje, que bizarro debió ser mirar a campanita recibiendo oral de sherk.

T: Adoro tu vagina, ¡la tienes escurriendo!

K: ¡Bebe, así me pones, uhm!!

T: ¡Tus jugos saben riquísimo!

K: ¡Uhm, déjame comerte a ti!

Me puse de rodillas sobre la cama y saqué mi verga de aquel pantalón café, ella inmediatamente se lanzó besando mi cabezota mientras yo apretaba sus ricas tetas y su rico trasero.

Karla metía mi verga casi por completo a su boca, la lamia con maestría, su lengua recorría todo mi tronco saboreaba el sabor de mis testículos, yo la miraba extasiado, verla disfrazada ya un con las alas puestas me tenía la verga más parada que un mástil.

T: Así nena, chupa, uhm, comete mi verga, que rico, eres una puta, ¡uhm!!

K: ¡La tiene bien rica, uhm!!

Me quité por completo la ropa, solo el maquillaje verde quedaba en mí, ella no se quitó nada, me acosté en la cama y comenzamos un deliciosos 69, un 69 de lujo, ella devoraba mi verga con maestría y yo me comía su chocho con rapidez, mi lengua entraba y salía, mis dedos acariciaban su rico culo, confieso que Karla también me chupaba mi culo, ¡sus dedos entraban un poco y eso nos tena a mil!

K: Que rico bebe, ¡ya métemela!!

T: ¿Me vas a dejar usar tu culo?

K: ¡Si!! ¡Pero primero la quiero aquí en mi concha!

T: ¡Pues súbete nena!!

Karla subió en mí y mi verga entro de golpe en su concha, un rico gemido salió de su boca, pero la música de la sala disfrazaría el sonido.

Sus movimientos me tenían extasiado, le besaba las tetas, ella se agachaba y nuestras lenguas se enrollaban mojándonos hasta la garganta. La cama se movía fuerte, no importaba que su marido estuviera afuera, tener mi verga dentro la hacía sentir en el cielo.

K: Ah, uhm, ah, sí que rico, ¡uhm!!

T: Nena, uhm, que rico te mueves, uhm, estas buenísima, ¡uhm!!!

La acosté en la cama y le levanté las patas, comencé a penétrala con fuerza, su cosplay de campanita hacia más rica la escena, ella con las piernas alzadas recibiendo mi verga, la verga de Sherk.

Ella me abrazo con sus ricas piernas, nos besábamos y mordíamos, sudábamos tanto que la pintura de mi cara y manos comenzó manchar sus sabanas, pero eso no nos detenía.

K: ¡Mas papi, uhm, mas, métemela, que rico, uhm!!

T: ¡Que rico, uhm, agh, agh, eres la mejor!!

Estábamos en la gloria sus movimientos y los míos se compaginaban de manera magistral, sus gemidos y sudor todo era perfecto, entre movimiento y movimiento comenzamos a venirnos juntos.

T: ¡Ah!!! Karla, que rico!!

K: ¡Lléname, uhm!!

T: ¡Toma mi semen, tómalo puta, uhm!!

K: ¡Si!!!! ¡Me gusta ser tu puta!!!

El orgasmo fue fantástico ella se retorcía mientras las gotas restantes de semen se las echaba en su cara.

La puse a cuatro patas y comencé a besar sus ricos glúteos, ella aun escurría de su concha lo que la hacía verse toda deliciosa.

K: ¿Que me vas hacer nene?

T: Tomare tu jugoso y sensual culo, mi verga entrara hasta hacerte llorar.

Un sensual beso negro comenzó la faena, ella gemía riquísimo, su marido ni sus luces y yo aprovechándome de esa sensual casada y vestida de campanita, que locura.

Mi verga estuvo nuevamente a full, abriéndole las nalgas comencé a meterle mi cabeza, ¡ella apretaba las sabanas cada que mi verga entraba en su rico ano!

K: ¡Agh!!! ¡Uhm, papi!!

T: ¡Tranquila amor! Uhm!! ¡Ahí va entrando!!

Poco a poco se la metí todita, ella lanzo un suspiro de dolor y placer sensacional, una vez que sentí que entro toda comencé a sacársela nuevamente, ella solo mordía sus sabanas por el dolor y placer que sentía.

Tomando sus caderas empecé a meterla y sacarla suave ella se movía a mi ritmo, el olor era de gloria, Sherk se cogía a la sensual campanita casada y su marido seguí ebrio y ni en cuenta.

T: ¡Que rico culo, uhm ah!!

K: ¡Ah!! ¡Mi amor que rico coges uhm!!

T: Dios, uhm, aprietas fenomenal, que lastima que vivas con este idiota, ¡tu culo recibiría esto a diario!!

K: Métela, uhm, por ti lo dejaría bebe, uhm, ¡agh!!!

La solté para que ella solita se ensartara, se hacía para adelante para luego dejase ir con fuerza hacia atrás, me dolía un poco la verga cada que, hacia eso, pero el placer era hermoso, verla mover sus ricas nalgas, verla con ese disfraz era el mejor momento de nuestra relación.

T: ¡Puta madre!!! Que rico culo, uhm, muévete nena, muévete, uhm, ¡ah!!!

K: Métemela, uhm, agh, ah, así, que rico, que rico tenerte dentro de mi culo, ¡uhm!!

La embestía con fuerza la cama se movía fuerte nuestros gemidos eran altos no me importaba que su marido entrara yo solo quería disfrutar del culo de mi puta Karla.

T: ¡Bebe uhm ah que rico, uhm, toma, toma toda mi verga!!!

K: ¡Uf!! ¡Me voy avenir bebe, uhm agh!!!

Bastaron unos movimientos más de ambos para que comenzara a venirme dentro de su culo llenándola a chorros tanto que escurrían por su concha mojando su cama.

K: ¡Agh!!!! ¡Que rico, uhm!!!

T: Toma mi semen, uhm, que rico culo.

El segundo orgasmo fue fantástico quede encima de ella como perro pegado, le besaba el cuello mientras ambos respirábamos agitadamente.

T: ¡Que rica estuviste nena!

K: ¡Uf!! Coges bien rico, quiero coger diario contigo.

  • ¡Pero qué carajo pasa aquí!!

Al voltear su marido estaba en la puerta mirando como su mujer aun escurría mi semen, tuve que vestirme como pude y salir corriendo de ahí, el me persiguió unas calles, admito que me fui corriendo y diciéndole a ese hombre lo puta que era su mujer.

Esta de más decir que esa fue la última vez que la vi, pero jamás olvidare esa fiesta de disfraces.

Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 5
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