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Categoría: De Fiesta

EN LA FIESTA DE HALLOWEN

Todos los años acostumbramos hacer a celebrar el Halloween, eso no es mexicano, pero es el pretexto perfecto para celebrar disfrazándonos.

Tengo un amigo que se llama José, un chavo muy buena onda, la verdad lo quiero mucho, ha sido mi confidente desde hacía tiempo, el único defecto que tiene este hombre es que es bien libidinoso, cada que podía e manoseaba, se me arrimaba y siempre me dijo que quería cogerme, yo solo le daba la vuelta, pero sus ganas nunca se le quitaron.

Esa ocasión lo invite a la fiesta, nunca iba, pero ese día fue con una máscara de chuky, se veía muy gracioso.

Yo estaba vestida de catrina, pero con un minivestido negro con medias de liguero negro y maquillada, también estaba mi novio de aquel entonces.

J: ¿Hola como estas?

C: Bien, ¡qué bueno que viniste!

J: Es que cuando vi tu foto de perfil con tu disfraz como no, ¡jajá!

C: ¡Eres un calentón jajay!

José se dedicó a divertirse con nosotros tomábamos y bailábamos, el ambiente estaba súper, tenía tiempo que no me divertía tanto, mi hermana fue por bebida y nosotros seguíamos cantando y bailando, en un momento el sudor me quito la pintura y él ya se había quitado su máscara, la verdad ya andábamos ebrios.

Entre baile y baile sentía sus toqueteos en mis nalgas y piernas, al cabron no le importaba que mi novio estuviera sentado ahí cerca, que bueno, la verdad la pareja que tenía en ese momento era muy fácil de eludir.

C: ¿Que haces?

J: ¡Nada, aun!

C: ¡No le juegues al rudo!

J: No lo hago, aunque quiero hacerte otras cosas.

Lo sentí todo un idiota, pero evadí sus palabras, dejamos de bailar y fui a la sala a quitarme los tacones ya que me dolían mis pies, de pronto el ya estaba ahí, se sentó a mi lado y comenzó a masajearme los pies.

Yo no le dije nada, la verdad me gusto como me masajeaba mis pies que solo me recosté en el sofá y el seguía acariciando mis pies por encima de ms medias.

J: ¡Tienes unos pies hermosos!

C: ¡Gracias, uhm!! ¡Que bien sobas!

J: ¡Fui masajista un tiempo, jajá!

C: ¡Pendejo, jajá!

Afuera la música continuaba, mi novio ni sus luces y José poco a poco subía de mis pies a mis pantorrillas y mis piernas, la verdad su masaje me relajaba y me ponía caliente un poco.

J: ¡Que ricas piernas tienes!

C: ¡Uhm!! Gra...cias!

En su momento todo fue más directo, sus manos ya habían dejado mis pies y se concentraban de mis rodillas para mis muslos, ¡su mano cada vez entraba más a mi falda y mis muslos eran apretados por sus manos toscas!

C: ¡ya basta!!

J: ¿Por qué? ¿No te gusta?

C: No estamos solos, ¡además él está afuera!

J: Y de que le sirve, teniendo este mujeron y está afuera casi dormido, ¡vaya idiota!

Fue entonces que él se acercó a mi cara y comenzó a besarme, al principio lo rechace, pero el volvió a insistir a tomándome de la cara y besándome de lengua, debo admitir que besaba rico y termine besándolo apasionadamente también.

José comenzó a besarme el cuello acostándome en el sofá, su lengua recorría mi oreja, cuello bajando a mi escote donde sentí como les daba pequeñas mordidas a mis pechos.

J: ¡Estas buenísima, uhm, como te deseo!

C: Esto quieres, pues órale antes de que me arrepienta.

Basto decirle eso para que se bajara el pantalón y su bóxer dejándome ver su verga larga y un poco flaca, la verdad para como es el físicamente no me imagine que la tuviera grande.

Me levanto de golpe y me subió el vestido bajándome mi tanga, luego lentamente bajo besando mis muslos para dirigirse directo a mi cuca y comenzar a devorarla con pasión.

J: ¡Que rica concha tienes uhm!

C: ¡Ah!! ¡No mames, como chupas!!

J: ¡Tenía ganas de hacerlo desde que te vi por primera vez!

Sus dedos entraban y salían con maestría de mi pucha, su lengua tenía inflado mi clítoris, jamás pensé que él me tendría tan caliente o talvez el hecho de que estábamos en casa de mi hermana y mi novio afuera la adrenalina aumentaba más.

Me de alguna forma se las ingenio para que mis etas quedaran fiera del vestido, las devoraba como bebe, mis pezones rosados se ponían negros por las mordidas y chupadas toscas que me tenían gimiendo.

J: ¡mamacita que rica, uhm!

C: ¡ya basta, uhm!!

J: Cual basta, ¡ahora te toca!

Me sentó en el sofá y de una metió su verga en mi boca, estaba toda mojada de fluido pre seminal, pero no dude en empezar a darle una buena mamada.

Estaba toda inspirada cepillándome la boca, le mordía su tronco, era larga que no me entrababa toda, pero lo suficientemente delgada para saborearla más.

J: A que rico, ¡mamas como me lo imagine, uhm!!

C: ¡Que larga la tienes, uhm!!

Después de darle placer con mi boca, él se sentó en el sofá y cargándome me la ensarto, nos besábamos y me mordía las tetas mientras yo meneaba mi cadera en círculos.

J: ¡Al fin te la estoy metiendo uhm!!

C: ¡Ah!! ¡Se siente rico!

Me apretaba las nalgas y me mordía más fuerte, la verdad mí amigo me tenao gozando, jamás imagine que terminaría cogiendo con él.

Me recostó ene sofá y levantándome las piernas me la metía fuerte, yo me aguantaba las ganas de gritar, la adrenalina era pura, cualquiera nos podía ver y que pena que mi hermana me encontrara así en su casa.

C: ¡Que rico, uhm agh!!

J: Mi amor, aprietas magnifico, uhm, ¡ah!!

Me dio vuelta y me empino en el sofá, el estaba de pie y así me la metió, no pude evitar lanzar un quejido al sentir como e entraba su larga pija.

C: ¡Dios, uhm, métemela, uhm!!

J: ¡Que ricas nalgas, uhm, toma, tómala toda!

Ambos nos movíamos rico, yo me hacía para delante y para atrás mientras él se empujaba fuerte, jalándome el cabello y dándome de golpes en las nalgas y costilla, eso me tenía a mil.

C: ¡Ah que rico, uhm, que rico!!

J: ¡Cindy, me vengo, agh!!

Acelero sus movimientos, me tenía al borde del orgasmo, sus apretones y jalones elevaban mi placer, fue entonces que un fuerte arranque de embestidas el comenzó avenirse acto seguido yo también me corrí teniendo un orgasmo fantástico.

C: ¡Dios, uhm, que rico, que rico!!

J: Toma mi semen, uhm, ¡por dios!!!

El orgasmo fue fenomenal, el aun temblando de las rodillas se acomodó su pantalón y yo como podía me acomodaba el vestido.

C: ¡Te pasas wey, a ver si no me al hacen de emoción!

J: Tranquila, nadie nos escuchó.

Ese fue el inicio de un sin fin de aventuras sexuales que tuve con José, a quien lamentablemente ya no veo por cuestiones personales, pero que rico cogía con él.

¡Con cariño Cindy!

Datos del Relato
  • Categoría: De Fiesta
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