Algunas reflexiones sobre el pene

Hoy cuando me desperté, recordé que estaba cumpliendo años, y decidi escribir algo que hace mucho queria hacer : Escribir sobre el Pene, al menos, una pequeña parte de lo mucho que se puede escribir sobre esta parte de la anatomia del hombre.

Me encanta la palabra pene y suelo usarla en el momento menos pensado, ya que me trae recuerdos, deseos, trae ese morbo, por demás necesário, trae risas y ganas de jugar, al sentir ese cosquilleo en medio de mi misma ....

La palabra pene provoca muchas reacciones indudablemente, y a mi, me gusta provocarlas, ya que siendo algo que es del común conocimiento es motivo de pena, de risas, y hasta de sustos, de bocas abiertas por el espanto, y ojos tapados con las manos o con lo que sea, en señal de algo horrible, como si estuviéramos hablando de un extra terrestre, o de un monstruo de siete cabezas, y que yo sepa, solo tiene una.

Mi amigo, Jose Marquez, al leer este borrador, me dijo : Eli ,tampoco tiene una cabeza, porque sino tendría hombros...

Si es cierto, le contesté y le di las gracias por su observación, pues yo no tengo pene, y solo los conozco por fuera... así que , quien mejor que el dueño de un pene para saber los detalles que a mi se me escapan...!
Le dije ... pero como se acostumbra decir esa cabecita... vamos a dejarlo así... con una sola cabeza...

La palabra pene, aún a muchos hombres les trae confusión, y hasta pena, pero si al pene no le da pena, porque al dueño si?

La mayoría de las parejas hablan de muchas cosas, pero casi nunca hablan de penes, es decir, una mujer puede decirle al hombre , por ejemplo, que bellas son tus manos, o tus ojos, pero es difícil que le diga a su pareja, que bello es tu pene , y eso yo nunca lo he entendido.

Hay fotos de penes hermosos, dignos de tenerlas en hermosos marcos de plata para deleite de los ojos.... y para dejar que la imaginación vuele .

Me encanta ver un buen pene y pensar en lo maravillosa que es la naturaleza, aunque en verdad debería reclamarle a la naturaleza, el desgaste normal por la edad y las consecuencias para este apéndice tan hermoso de la anatomía del hombre.

Hay quienes escriben sobre gatos, perros, gente, situaciones, al amor, a la madre, al padre, a los hijos etc y yo hoy decidí escribir al pene, ya que creo que tiene todo el derecho del mundo a que le escriban también!!

Estamos rodeados de símbolos fálicos, y hasta cuando escribimos tenemos uno entre los dedos. Los hombres exhiben en su cuello, un símbolo fálico por excelencia, la corbata.

Los obeliscos con enormes símbolos fálicos que se levantan al cielo, como reclamando su lugar en el mundo.

Los cohetes, los espárragos, y otros tantos símbolos que nos recuerdan al pene.

En nuestro vocabulario, la palabra pene y sus derivaciones, penetración, penetrador, penetrado, etc hacen parte de él.

Así, que lejos de ser un símbolo de poder, como muchos han pretendido a lo largo de la historia, para mi, es, solo un recordatorio a nosotras las verdaderas hembras, del placer que encierra la palabra pene.... eso si, que sea un buen pene, de al menos un tamaño mediano y lo mas importante, que su dueño lo sepa usar.

Y ahora .... mi halago al pene

Me gusta imaginarte pene, debajo de las diversas telas que te ocultan a mis ojos, telas suaves que permiten adivinar un poco más, y aquellas telas mas gruesas que dificultan la adivinanza...

Me gusta imaginar tu color, su textura, tu tamaño y grosor, en medio de tantas piernas que pasan a mi alrededor.... es un juego de picardía que me gusta hacer.... ¡! solo imagino ¡! No hago nada de malo!!

Pene, te confieso algo, me gustas cuando estás dormidito, tranquilito en tu nido, acostado en medio de tus compañeros, los testículos, me encanta verte así, como preludio de algo que mas tarde vendrá...

Me gustas así dormido, pues me gusta la malicia de pensar en despertarte, con suaves caricias de mis manos, y de mis labios .

Pene me gustas cuando estás pequeño y cuando creces, bajo mis atenciones...

Sabes, me gusta olerte, ahí en medio de tus testículos, ya que ese olor sano, es afrodisíaco y mis feromonas se alborotan y envían mensajes ....

Ya va, no te despiertes aún , no tengas prisa, porque yo no la tengo.

Me gusta acariciarte pene, con mis cabellos, suave y sin prisas, hacerte cosquillas que lejos de enfadarte, te agitan aún más y así me gusta y mucho ...

Ahora, puedo también besarte, y así conocer tu sabor agridulce y también beberte.

Tus testículos están algo celosos, pero a ellos también los beso, tiernamente.

Pene, me gusta tu dureza y la suavidad de tu piel, al contacto con mis pechos, de mis manos , y de mi boca....

Me gusta pasearme por “todo tu “, sin prisas, permitiendo así que conozcas cada pedacito de mi.....

Deliciosos son los preludios, llenos de juegos, de caricias, besos, y de risas. Jugar con una fruta muy madura y jugosa, haciendo que recorra el pene, y comerla en esa mesa especial, y aspirar el perfume afrodisíaco del olor del pene y de la fruta, juntos.

Se que quieres esconderte en ese lugar caliente y húmedo que siempre has conocido a través de los tiempos.... y ahí es también en ese lugar donde me gusta sentir tu dureza, tu suavidad ... y por supuesto tu resistencia ¡!

En el momento de tu entrada a ese espacio, el cual deseas , y que imaginas desde que me viste, es simplemente apoteósico, es sublime, es la conexión, es el comienzo de eso que los dos estábamos esperando, que siempre esperamos, y deseamos.

Cuando comienza el eterno baile, cadenciados al ritmo instintivo y animal de la misma eternidad, nos acoplamos en ese frenesí de placer infinito, al compás de una melodía de suspiros y palabras suspendidas en el aire, que solo sirven para que la danza sea aún mas frenética.

Es un baile, el cual bailamos sin querer terminar y al mismo tiempo afanados en querer llegar al final, es un querer y un no querer... es estar suspendidos en el tiempo, es no sentir nada mas allá de nuestros instintos animales de gruñidos y pasión .

Es sentir que los latidos de nuestros corazones se aceleran, y que tu, pene , aumentas tu vigor en las deliciosas embestidas, goloso de mas goce , orgulloso de ese poder que ostentas, aunque sea efímero.

Pene, en tu máximo esplendor te afanas en hacerme llegar a la cúspide del éxtasis, para navegar en ese mar de placer, con ganas de anclarte por siempre , para así poder tener tu recompensa... para después volver a tu estado de reposo bien merecido.

Y... todo llega a su final, ya que nada dura para siempre ... aunque después de tu merecido descanso, se que podremos volver a empezar otro baile , al compás de una eterna melodía de susurros y gemidos.

Honey
Elizete Pedrosa
Los Teques, Venezuela
26.04.2003