Quiero contarles una anécdota que me sucedió hace un par de meses. Tengan en cuenta que tengo casi 50 años, y que a esta edad, tengo que cuidarme de no mirar mucho a una pendejita por miedo a ser tildado de "viejo baboso". Trato de que este relato, absolutamente verídico, sea como una especie de reivindicación para los de mi generación. El caso es que subi al tren que iba desde Rosario hasta Córdoba. Me toco al lado una nena que era menor que mi hija, bella, pechugona, ojos verdes, mp3 en la oreja, chicle mascado a full, remera corta que dejaba ver su ombligo exquisito, jeans cortados en la rodilla... exquisita. Esto era a las 8 de la tarde, recuerden que el horario era otro, asi que estaba de día. Charlamos un poco de cuestiones intrascendentes, me pidió una revista, yo llevaba un par y un libro, parece que se durmió, y comenzó a caer la noche. Y me empecé a calentar con la cercanía de ese cuerpo tibio a mi lado, de a poco fui apoyando mas y mas mi brazo, a ver que actitud tomaba ella. No se corría, al contrario parecia que estaba despierta y le gustaba mi roce. Asi de a poco fui entrando en confianza, vi que del brazo podia pasar a la mano, y que ésta podía rozar su cintura, sin problemas. Ella no se corria, sino que se acomodó mejor, acuclillada frente a mi, de costadito, y con esa trompita hermosa que invitaba al beso. Fui bajando la mano, comencé a tocarle la pierna, frotando suavemente mientras se me iba parando la pija.... ahi parece que se despertó, hizo como un rezonguito, y cuando me pareció que se iba a correr haciendose la indignada, empezó ella a tocarme la pierna con habilidad, con dulzura, y empezó a masajearme le pija, que a esta altura queria reventar. Yo hice lo mismo en su conchita, y la muy guacha no tuvo mejor idea que aflojarse el cierre de su jean dejando que yo meta mano y descubra su conchita ya infinitamente mojada. Con una habilidad impresionante metio la mano bajo mi boxer, se encontro ella tambien con mi humedad y comenzo una gimienta paja, obligandome a bajarme todo, lo que la precipito como una loba con su boca golosa hasta mi verga, que ya estaba más que mojada. Ahi comenzó uno de los mas hermosos petes que me han hecho en mi vida, chupando desde arriba hasta abajo, besando y frotando bien mi tronco, desfilando con su lengua desde la punta hasta los huevos, que fue mojando con paciencia y entrega. Yo ya no sabia que posicion adoptar, veia que me iba a hacer acabar y yo no iba a poder hacer la reciproca con ella.... despues de unos intensos 15 minutos, donde le refregaba las gomas que eran hermosas, o le metia los dedos en la concha, divinamente depilada, se tomo toda mi lechona, saboreando hasta el fin, relamiendose como una tigresa que acaba de tomar la leche.... se sento con las piernas bien abiertas, entendi que habia llegado mi turno, me puse entre sus piernas, sentado entre las mismas y tratando de hacer el menor ruido posible mientras los pasajeros vecinos dormian, y le hice una chupada de concha que intuyo habra sido inolvidable... las acabadas que tuvo, mientras yo la chupaba y le metia los dedos en el culito, fueron impagables, se retorcia de placer y sus musculos se tensaban como si tuviera una fibrosis.... asi paso casi una hora de sexo desenfrenado, ella acabó varias veces, despues me hizo una nuena chupada, ahi yo no llegue a acabar, algunos ruidos, unas luces que se prendieron de gente desvelada que comenzó a leer, hicieron que se terminara la magia. Igual,, cada tanto me hacia unos masajitos... de golpe, me dio un papelito con el numero de celular y el msn, me dio un beso en la boca, me ofrecio su pezó derecho de despedida, y me dejó al repalo, a las tres de la mañana, bajando en una estacion donde la esperaba un joven intuyo que su novio, que la beso y le puso un brazo sobre el hombro, con cariño. Mi autoestima no olvidará jamas que cuando estaba acabando, yo con casi 50 años y ella unos 19, me dijo "sos un potro, un hijo de -------, me vas a matar".... ¿que mas se puede pedir a esta edad?
El sexo con un hombre mayor es lo más rico que puede aver...