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En el metro el DF

Hola a todos, mi nombre es Víctor y lo que les quiero contar es algo que me paso hace como quince días en el metro de la ciudad de México que linda ciudad. Bueno una de tantas que he vivido.

Me dirigía a mi trabajo como de costumbre, me dirigía hacia la estación insurgentes, pero tengo que transbordar en la estación de san Lázaro, es decir, de la línea verde a la rosa.

Por lo regular las mañanas están a reventar en el metro, los que viven en esta gran ciudad saben a lo que me refiero, pues eran como las 8:00 y es cuando el metro está en su pleno apogeo.

Me encontraba esperando en el andén y al parecer el metro se tardó un poco más que de costumbre y la gente se comenzó a amontonar. A esas horas a las mujeres las separan de los hombres creo yo para evitar tantas cosas que pasan en el metro (tan ricas), pero hay mujeres que no les importa irse a la sección que está destinada para ellas sino todo lo contrario se quedan dónde están los hombres.

Y en una de esas ocasiones venia una señora de muy buen cuerpo con otra chica, la verdad la chica estaba flaca y no se antojaba. La señora no era muy grande de edad que digamos, yo le calculo que tenía como 37 años, llevaba puesta una blusita un poco escotada, no voy a exagerar tampoco pero apenas y se le alcanzaba a ver la rayita de sus pechos, que no eran de tamaño normal, pero tenía un trasero que en cuanto la vi se me antojo y se me comenzó a para el pene. Traía un pantalón color guinda, pero se veía que era de tela delgadita y traía puestos unos suecos altos que hacía que sus nalgas se pararan más y vaya que se veía rica la señora. Se le veía una cintura delgadita y unas nalgas paraditas, mmm que rico.

Yo aproveche el momento y dije esta no se va viva, y me acerque muy sutilmente a manera que no se diera cuenta que me estaba posicionando atrás de ella, pues sabía que el metro ya no tardaba en llegar y con el montón de gente podía perder la oportunidad de restregarle mi pené en este culo tan sabroso.

Yo traía pantalón de vestir, pero la verdad cuando te le pegas a alguien y traes trusa no se siente igual, lo que hice fue meter mi mano en mi bolsa y sacar mi pene a un lado de mi trusa, lo que permite que tengas una mayor sensibilidad.

Cuando llegó el metro me puse justamente detrás de la señora y la chica, y al entrar amontonada la gente hizo que tuviera mi primer contacto con ese culo, la señora en cuanto sintió mi pene volteo y me dio una mirada medio rara pero la verdad no le hice caso, pues ella iba cuidando a la chica.

En la siguiente estación bajo gente y esto ocasiono que nos fuéramos casi al fondo de la otra puerta del vagón y mientras ella cuidaba a la chica yo me pude acomodar justamente atrás de ella, y cuando comenzó a caminar nuevamente el tren me empecé a pegar suavemente a ese trasero tan rico, ella volvió a voltear y vio que era el mismo que se le repegó al entrar al vagón e hizo como que no se dio cuenta, cuál fue mi sorpresa al ver que ella empezó hacerse hacia delante y hacia taras, mi excitación fue tan grande que sin pensarlo me restregué más descaradamente en ella y al parecer ella gozaba el momento con el vaivén del metro se sentía riquísimo, después baje mi mano poco a poco hasta sentir una de sus nalgas que se sentía bien carnudita y redonda, y así estuve masajeando un buen rato y la señora bien dejada eso fue muy rico, parecía que ya tenía experiencia en esto del cachondeo en el metro.

Después de todo esto ella hizo hacia atrás su mano y me comenzó a agarrar el pene esto me puso a mil por hora y me lo estuvo sobando como si me masturbara mientras que yo le metía la mano entre sus nalguitas tratando de agarrar su vagina, hasta que me hizo venir, ya no pude aguantar más la verdad manche mi pantalón y ella al sentir lo mojadito como que lo agarro en sus manos y se lo llevo a su boca, al llegar a la estación de balderas mucha gente bajo y aproveche para bajarme y buscar un lugarcito para limpiarme y acomodarme el calzón, no sin antes darle las gracias a la señora sin que se diera cuenta la chica que venía con ella y ella lo único que hizo fue regalarme una sonrisa.

Es una de tantas que he pasado en el metro, chicas y señoras yo sé que gozan también como nosotros de un rico cachondeo en el metro, escríbanme todos sus comentarios que quieran a mi correo, vaya que es rico estar ahí, ya hasta me están dando ganas de irme a dar una vuelta a ver que traseros encuentro.

Reciban un besito donde se lo quieran poner amigas.

Su amigo Víctor.

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