La puerta se abrió, levanté la mirada y mis ojos se estrellaron en ese macho de plateados cabellos, ¿sería que ahora mi sexualidad estaba tan a flor de piel? 

Él sonrió, pese haber espacio se colocó a mis espaldas y comenzó a respirar en mí nuca, yo giraba la cabeza y podía sentirlo en todo mi cuello, pasé una mano hacia atrás y el la sujetó, el señor que venía en el asiento individual se percataba de todo más solo observaba, intenté zafarme, pero era imposible ese macho era más fuerte, con su otra mano me tomó por la cintura y al oído me dijo: “Tranquila Nena esto estabas esperando ¿no?” Al tiempo que llevaba mi mano hasta su paquete, me hizo bajar su pants y tomar su verga... Que con el simple tacto crecía y cobraba vida, ¡vaya morbo que me estaba provocando la situación!

Mi pito despertó y mis ajustados jeans podían contenerlo más no disimularlo... Mi delicioso macho posó ambas manos sobre mis nalgas y las apretaba mientras me decía: “¡Juégame la verga mamacita, que quiero bañarte estas nalguitas!”

El señor del asiento solo sonreía y me cerraba un ojo, yo subía y bajaba la piel de ese pito sentía como cubría toda la cabeza con ella, me gustaba la sensación de jugársela a un extraño era mi primera pinga sin circuncisión, aceleraba el ritmo y mi macho apretaba más mis Nalgas "Eso putita... Se ve que te encanta la verga mamita" 

Mi vista se centraba en el paquete del de enfrente, pero mi menet estaba en la verga de mi macho, ¡hubiera dado todo por mamársela ahí mismo! Más solo atinaba a morder mi labio inferior...

El Metro se detuvo a medio túnel, la luz se fue por un instante, mi macho aprovechó y metió su lengua en mi oído, "¡Me voy a venir pinche putita!” Me quitó la mano de su verga, puso mis manos en mi propio paquete “inclinate tantito Mamacita" dijo, mis nalgas quedaron bajo sus huevos, se la jugaba más rápido me tomó por la cintura apretó su pito, soltó mi cintura levantó mi playera aflojó su mano y disparó su miel con todas las fuerzas de la pasión que esa verga anónima tenía lista para mí... El semen baño mi espalda, estaba deliciosamente caliente, apretó con todas sus fuerzas mis nalgas y su verga volvió a escupir miel ahora sobre ellas "puta que rica estas" dijo, la luz regresó limpió su verga sobre mi pantalón, su mano sobre mi cabello, guardó su delicioso pito y se hizo a un lado, la puerta del vagón se abrió, el bajó, la puerta se cerró el metro avanzó y a lo lejos me mandó un beso al aire mientras se agarraba el paquete...