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"Visita al ginecólogo con mi marido."
Es viernes por la mañana. Hemos dejado los niños en el colegio, y nos dirigimos a la ciudad, dónde en principio haremos una visita rápida al médico para mi, y luego comeremos juntos en algún lugar. Además debemos realizar alguna compras, y es bueno aprovechar que vamos sin niños. Yo voy mirando por la ventana, ensimismada en estos pensamientos. Mi marido, atento a la carretera, y tan guapo como siempre. Con sus casi cuarenta años, ya peina bastantes canas, pero la edad lo ha ido favoreciendo. Llevamos toda la vida juntos, y cada día lo veo más atractivo.
Dias atrás, tuve la conversación con mi marido.
-Cariño, cuánto tiempo llevas sin ir al ginecólogo? No te tocaba revisión?
-Si amor, se me pasó, lo siento, ya sabes como soy. Van ya tres años sin ir.
-Amor, sabes que hay que ir al menos una vez al año. Te lo digo porque podriamos aprovechar el viernes, que tengo libre. Podriamos dejar a los niños en el cole y ir a la ciudad, te acompaño al médico, compramos unas cosas y comemos en algún sitio.
-Oh, si! Estaría fenómeno!
Los planes juntitos siempre me han gustado. Hacemos muchas cosas en en família, pero está muy bien tener ratos en pareja.
-Te pido cita, entonces?
-Ok, genial.
Ahora veo en el coche que no nos dirigimos a la clínica, sino a otro lugar.
-Cariño, ¿a dónde vas?
-Ah, amor, se me olvidó comentártelo.
-¿El qué?
-Que la doctora tenía lleno. Y cogí hora en otro lugar.
-¿Cómo que en otro lugar?¿Con otro médico?!Eso se avísa hombre!
-Tranquiiiiila amor..... verás, ¿te acuerdas de Teresa?
-¿Qué Teresa?
-Mi amiga de la oficina...
Asiento con la cabeza. No puedo evitar estar un poco enfadada y confundida, a la par.
- Pués tiene un hermano, se llama Javier, que es ginecólogo y ha montado una consulta. Nos entra en el seguro, y pensé que total, sólo será una revisión. Pero te tendría que haber preguntado....
- Ah, ¿encima es un hombre?
No me lo puedo creer. Jamás he acudido a un doctor para estas cosas, no sé, me da corte. Estoy enfadadísima con mi marido en estos momentos...
-Amor, lo siento de veras. Mira, si quieres vamos y si te sientes incómoda pués ponemos cualquier excusa, que se cobre la visita y ya.
En fin, no queda otra. Tampoco quiero que parezca que tengo quince años. Además pensándolo bien, la doctora cada vez me estaba gustando menos, a lo mejor si me gusta este doctor ya me quedo con él.
-Ok amor, no pasa nada. Vamos.
Al rato aparca el coche. Caballeroso, como siempre, viene a abrirme la puerta. Me besa y andamos unos metros hasta un portal. Mi marido aprieta el timbre de un piso, el 3ºB. La puerta se abre sin que nadie diga nada en el telefonillo. Típico de consultas en pisos, como dentistas, etc... Subimos por el ascensor y ya en la puerta del piso puedo leer: "Javier Muñoz Ascun, ginecólogo". Abrimos la puerta y aparece una muchacha más o menos de mi edad, con bata blanca...
-Holaaaa, ¿Carla?
-Sí, somos nosotros -dice mi marido-
-Podéis pasar a la sala de espera, el doctor acaba con una paciente y podréis pasar.
Accedemos a la típica sala de espera, con un sofá, algunas sillas y una mesa central con revistas. Nos sentamos, mi marido coge una revista mientras yo reviso el móvil. A los pocos minutos se abre la puerta de la consulta, quedándose abierta mientras sale una mujer que se dirige a la otra habitación, a ver a la muchacha...
-Carla López... -una voz másculina anuncia mi nombre, y aparece en la puerta un hombre más o menos de mi edad. Bata blanca, pelo corto estilo militar, moreno, con los ojos verdes, muy guapo... y con muy buen porte... algo más bajo que mi marido, debajo de la bata viste con camisa lisa negra y unos jeans. El corazón casi me da un vuelco... ¡No me esperaba un doctor tan atractivo! Las palabras de mi marido me sacan de mi ensoñación..:
-¿Te acompaño?
-Si, por supuesto Jorge puedes pasar -le dice el doctor a mi marido, se ve que se conocen-
-No sabía que os conocíais.. -les digo-
-Si, Javier ha venido por la oficina alguna vez a ver a su hermana...
Tras los apretones de manos protocolarios, accedemos a la consulta. Es una sala amplia, con una mesa de despacho entre tres sillas, dos para los pacientes enfrente y la del doctor detrás. A la derecha un biombo, que tapa la típica camilla de ginecología. El doctor se siente y nos invita con la mano a sentarnos.
-Bueno, Carla, tu dirás. Aunque ya tengo tu expediente, no hace falta que me lo expliques todo. Veo que eres madre, una cesárea y un parto natural, y que no tienes antecedentes familiares de enfermedades cancerígenas. Es una simple revisión, ¿verdad?
- Si, doctor, -joder, no puedo ni mirar a este hombre a los ojos, es muy atractivo y pensar que me va a ver desnuda pués.... me está atormentando un poco. Tal vez nota mi nerviosismo.
-Ok, pués, será rápido, tranquila. Supongo que llevas tiempo sin revisarte.
-Además nunca la ha visto un doctor, siempre doctoras -dice mi marido, provocando que me sonroje-
-Ah, bueno- dice Javier- por eso estate tranquila, si algo te incomoda dilo y paramos, ¿ok?
Definitivamente mi marido es tonto. ¿Como me voy a incomodar, a mi edad? Además, si fuera un viejo, pero es un yougurín, asi que ya veremos, pienso. Me tranquilizo mientras digo:
-Si, claro, no hay problema.
-Bien pués, quitate la parte de arriba y vamos a explorar.
Me pongo de pie, y me quito chaquete, jersey y sujetador. El doctor se ha puesto unos guantes y se acerca. Mi marido no pierde detalle. Empieza una exploración mamárea de lo más normal. Mientras va palpándo, nadie dice nada. Yo voy notando sus dedos y sus manos en mis pechos. Miro a mi marido, que me sonríe tranquilizándome...
-Pués está todo bien Carla. Asi que vamos a seguir explorándo. Pasa detrás, te terminas de desnudar y te tumbas en la camilla.
El doctor se sienta y se pone a escribir en el ordenador. Mi marido me da un beso fugaz y yo me dirijo detrás del biombo. Me descalzo, me quito el pantalón y las braguitas, quedándo totalmente desnuda. Me extraña no tener una bata o algo para taparme, pero tampoco digo nada. Tal cual, me tumbo y levanto las piernas colocándolas en la posición que requiere la camilla. El doctor sigue tecleándo. Solo veo las sombras a través del biombo, de mi marido, de la mesa, del doctor. Joder, es condenadamente guapo. Y me va a tocar, no queda otra. Empiezo a imaginarme como debe ser debajo de esa bata blanca... ¿Estará casado? Seguro que sí, es un hombre muy atractivo y además médico. No se si es por estar desnuda, por la situación, por el doctor... pero noto como los pezones se me van poniendo duros... joder, no debo excitarme, me avergonzaría mucho.... pero no puedo evitar pensar en que ese hombre tan guapo va a venir, me va a tocar, voy a estar desnuda, expuesta....
-Hola, Carla, ya estoy aqui...
-Hola... -mi voz suena entrecortada, me noto la garganta seca, es como si el corazón me fuese a salir por la boca...-
Javier se sienta en un taburete con ruedad, y se coloca entre mis piernas....
-Allá voy, pués....
Noto sus dedos en mis ingles. Noto como me toca, me abre, revisa cada rincón de mi depilado sexo. Joder, estoy excitada, no puedo evitarlo. Los pezones se me han puesto como piedras. Opto por cerrar los ojos. El doctor sigue tocando. De repente, noto en mi sexo su dedo, pero sin guante. !Se ha quitado los guantes! Noto como juega con mi clítoris, y abro los ojos asustada. Veo a Javier de pie, con su mano apoyada en mi sexo, mirándome con lascivia. Quiero moverme pero no puedo, me está gustando, me está excitando como me toca... Miro hacia mi marido y no está..¿Adónde ha ido?
-¿Te gusta, zorrita mía? -me susurra mi marido a la oreja-
Un jadeo, ante el roce de los dedos de Javier por mi clitoris, antes de girarme hacia mi marido, que esta de pie junto a mi cabeza. Me coge la mano y baja a besarme. Me besa con pasión, yo le devuelvo el beso muy excitada, muy caliente ya....
-¿Estas seguro de esto, amo? -le digo-
-Si cariño, yo lo preparé todo, se que es tu fantasía. Pero quería estar presente, ¿dejas que me quede?
Tiro de el hacia mi y lo beso con pasión como respuesta. Joder, estoy chorreando. Necesito una polla, y la necesito ya. Busco abrirle la cremallera al pantalón de mi marido, dónde ya se nota un buen bulto. El colabora, bajándoselos y dejando saltar ante mi cara su dura, tiesa y hermosa polla. La agarro con la mano y el viene hacia mi boca, invitándome a chupársela. Cierro los ojos y empiezo a comérsela. Noto a Javier en mi sexo, pero ya no son sus manos, es su lengua. ¡Y qué bien la usa! Joder, como siga así, me correré en su cara. Mi mano sube y baja por el falo de mi marido, lo miro y el me sonrie con lascivia...
-Oh, si, como me gusta verte asi cariño. Hoy no esperabas disfrutar dos pollas y lo harás...
-Ah, si, si, si - alcanzo a exclamar mientras mi espalda se contrae, y me corro con la lengua de mi inesperado amante, que absorbe con gusto todos mis jugos...
Sin cambiar de posición, mi marido se dirige dónde estaba Javier. Me penetra.... mmmm... que rico... y empieza a follarme. Mientras, veo que Javier se ha desnudado, y confirmo que tiene un cuerpazo, además de un miembro tieso, algo más grueso que el de mi marido. Ya estoy fuera de mi, entregada. Le sonrio, mientras le digo:
-Ven, doctor, dame tu polla....
No tardo en saborear el rico falo del doctor. Noto como me quiere follar la boca, con impetu. Mi mano se lo impide, me gusta llevar el ritmo en mis mamadas. Mi marido sigue follándome.
-Joder, nena, por fin te veo chupándo otra polla. Gózala nena, eso es. -dice mi marido mientra bombea-
Se que era su fantasía, verme con otro hombre. Y he de reconocer que me gusta. De repente mi marido se sale. Me coje de las manos, invitándome a levantarme. Me levanto, nos besamos con pasión. Javier se tumba boca arriba en la camilla.
-Fóllatelo -me susurra mi marido a la oreja-
Me giro y Javier me sonrie. Que guapo es el cabrón. Trepo encima de él, y llego a su altura. Nos besamos con pasión. Noto su polla en mi sexo, y lo ayudo a introducirse en mi....
-Ohhhh, siiiiii -no puedo evitar exclamar al notar el grosor de su miembro abriéndose paso en mi interior.
Con toda dentro, empiezo a moverme. Javier me besa las tetas, me excita. Se deleita en mis pezones, mordisqueándolos, lamiéndolos, me agarra las tetas con las dos manos....
-Joder, que tetas tienes....
Me giro, y miro a mi marido, tocándose, mirando embelesado la escena.... le sonrio....
-Joder nena, me encantas... -me dice- me encanta ver una buena polla entrando y saliendo de ti....
-Oh, si, es enorme.... -le digo-
Y lo es, Javier me deja llevar el ritmo, y yo dejo que entre y salga toda la longitud y grosor de su enorme falo una y otra vez de mi interior... estoy disfrutando como una perra. Cierro los ojos, concentrándome en el momento, en el placer, olvidándome de todo.... Noto las manos de mi marido en mis nalgas. Sé lo que pretende, me giro, lo miro a los ojos con lascivia....
-Fóllame el culo, amor- le digo fuera de mi-
Noto como me lubrica el ano con un dedo. Javier sigue perdido en mis tetas. Yo sigo notando esa enorme polla en mi interior. Detengo mis movimientos, para facilitarle a mi marido el trabajo. Noto la punta de su polla en mi ano, como tantas otras veces en nuestra cama. Estoy excitadísima, no le cuesta abrirme y entrar, poco a poco, con suavidad, como él siempre sabe hacerlo. Noto su polla partiéndome, y me excita, me encanta, debo reconocerlo, notar como me abren el culo mientras tengo alojada otra polla de verdad en mi sexo. Empiezo a moverme de nuevo. Mi marido no deja de hablarme, de animarme...
-Oh, siii, goza con dos pollas nena, dos pollas para ti, eso es....
-Oh, si, si, si... -vaya si las gozo-
Javier me besa de nuevo con pasión. Me agarra con fuerza por la espalda....
-Oh, si, me corro nena, si....
Noto la polla de Javier contrayéndose en mi interior. Se corre, y en cada descarga se hincha y la noto llenándome. No lo puedo evitar, me encanta, noto como me recorre el orgasmo, desde los dedos de los pies hasta mis pezones erectos, parece como si me fuese a estallar el corazón, me corro como nunca.....
-Siiiiiiiiiiii, oooooohhhhhh siiiiiiiiiiii
Aumento el ritmo mientras me corro, sigo notando el falo duro de Javier y toda la polla de mi marido entrando y saliendo de mi culo.
-Aaaahhhhh siiii -exclama Jorge-
Noto como descarga en mis intestinos, llenándome de su néctar. Me quedo tumbada sobre el pecho de Javier, que me abraza. Mi marido me besa en la espalda, su mano recorre mi cuello, mi espalda, mientras su polla va saliéndo de mi interior...
-Joder nena, te amo.
Como puedo, me levanto y me dirijo a una pequeña puerta que me indica Javier (menos mal que hay baño directamente dentro de la consulta). Sentada en el wc, con las piernas temblándome aún, con el clitoris dándome chispazos todavía, pienso en que espero que no haya nadie al salir, en la sala de espera, que vergüenza. Al rato, mas compuesta, me visto y salgo del aseo. Me recibe mi marido, mirándome a los ojos, con un beso en los labios:
-Te quiero, misión cumplida.
Le sonrío. Joder, como le amo. Javier nos espera al lado de su mesa. Le aprieta la mano a Jorge. A mi, me da un beso en los morros, no me lo esperaba, pero al mirar a mi marido y ver su cara de aprobación, sonriéndome, me dejo llevar y fundimos nuestras lenguas. Nos separamos...
-Joder, como sigáis lo repetimos -rie mi marido-
-Lo repetimos cuándo queráis, pareja, sois fenomenales -rie Javier-
-Pués habrá que repetir.... les sonrio picarona a los dos...
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