Bajando la ventanilla del conductor visualizándose como exhibiéndose con la camisa roja desabotonada como abierta seguimos bajando por la trayectoria viendo que anda empelota de la mera cintura hacia los pies con botas italianas negras de punta de tacón bajo puestas solamente en ese instante, extendiéndole la mano como siempre con un billete de 50 dólares al recibírselo por el mismo encargado de la caseta de peaje del corredor, que se pone nerviosísimo igualmente inquieto también sudorosamente además temblándole la mano le pide por favor no tiene en billetes más pequeños de denominación monetaria para pagar la entrada al mismísimo corredor mi Señora llamada así a la mismísima asistente administrativa de la sala de profesores; que pone unos ojos de tristeza y algo llorona en que se disculpa eso es lo único de plata que cargo encima mire como ando apurada y a término medio de vestuario, sonriéndole no tenga pena consuéleme que estoy indefensa en que se acaricia como manosea los senos completamente con las palmas y tactos de las mismas manos, y también al juntarse las muñecas al bajárselo desde su estomago sin detenerse avanzando hacia abajo encontrado su vientre como su vagina al extenderse a las meras ingles sigue el recorrido por las entrepiernas hasta alcanzar las rodillas al bajar finalmente a los mismos tobillos con las botas puesta al doblarse un poco apoyándose los meros senos contra el volante del auto, echándole una leve miradita sin mover mucho los parpados por la parte final de la espalda y comienzo de las nalgas de la queridísima como guapísima y espectacularísima asistente administrativa de la sala de profesores que anda abanicándose con una mano por harta sudadera que tira desde la cabeza hasta los mismísimos pies en que se conduela el encargado de la caseta de peaje al decirle no se preocupe que no hay problema lo cubriré de mi bolsillo alegrándose como emocionándose también aplaudiéndole con sus manos agradeciéndosele al tirarle muchos besitos con sus manos al retornarle su billete de 50 dólares a la mismísima asistente administrativa de la sala de profesores, despidiéndose con mucha sonrisa y meneándole un poco de la cintura hacia la cabeza el cuerpo como sello de indecencia por parte ella al subir la ventanilla del conductor al salir con velocidad de la caseta de pago al incorporarse al carril que le corresponde a la salida vehicular hacia su trabajo riéndose a carcajadas la mismísima asistente de profesores al burlarse como valiéndose de su perversión para hacer siempre de las suyas al ahorrarse la plata al pasar por el corredor todas las mañanas de la misma semana, al ingeniarse mientras aguanta el timón con una pierna y rodilla va colocándose al cerrarse el mismo brasier al abotonarse la blusa roja al ponerse el saco azul oscuro, con una mano puesta en el timón y la otra ayudándose al ponerse el hilo dental cachetero que se lo acomoda y amolda a su cintura seguido al meter un pie en la falda azul oscura y rápidamente el otro al subírsela hasta las entrepiernas y meterla por fin en la cintura acomodándose la camisa por dentro al abotonarse con las dos manos el botón y subirse el zipper y tomando nuevamente el timón la guapísima, queridísima y espectacularísima finalmente protagonista asistente administrativa de la sala de profesores.