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Emir, mi primer hombre (2/3)

DÍA 2



Amanecimos cada quien por su lado en la cama, caímos rendidos, la noche anterior fue un maratón, más de 4 horas de sexo sin descanso, me duelen las piernas y Dios santo! Me duele mi sexo como jamás en mi vida!



Desperté y no sabía si era de día o de noche, con las black out no se sabe qué onda, me levante completamente desnuda, la noche anterior nos bañamos y caímos como regla, estábamos muertos de cansancio, mi cabello es un desastre está todo enredado y esponjado, me estoy muriendo de sed así que me dirijo al bar y saco del mini bar una botella de agua, helada como me gustan, me la bebo de tres tragos y me voy al baño a tratar de arregla la cabeza de medusa que traigo.



Lleno la tina y me meto con el agua hirviendo sin importar que hora es, recargo mi cabeza en una toalla a la orilla de la tina y me relajo, dejando que el agua hirviendo me quite la inflamación del pubis y de todo en general. Escucho como se abre la puerta del baño es Emir, que hombre tan hermoso aún con el cabello enmarañado.



-Buenos días nena!



-Buenos días!



-Te molestaría si te acompaño?



-Ven



Está completamente desnudo pero no me molesta, al contrario creo que podría acostumbrarme a ver ese cuerazo desnudo por toda la habitación a cualquier hora.



Está frente a mí en la enorme tina, sus pies llegan hasta mi lugar, es un hombre muy alto, varonil, con clase, atractivo, cuando vamos a los bares, antros y restaurantes las meseras babean y todas las mujeres que están en su camino lo voltean a ver descaradamente; siempre anda impecablemente vestido, algo desenfadado, camisa blanca de diseñador y sus jeans true religion, y tiene siempre una sonrisa en la cara, por lo visto desde que amanece.



Yo soy sería, fría, y muy parlanchina, no bailo, no bebo pero con él siempre es tomar la copa, así que mientras el chofer pase por nosotros no me preocupa cuanto bebamos cuando salimos por la noche.



Se recuesta igual que yo y descansa la cabeza, nos quedamos un rato así hasta que me empiezo a quedar dormida, de repente oigo como se mueve y se pone junto a mi, sigo con los ojos cerrados, y siento que me respira en el oído, pone su brazo por atrás de mi cabeza y por debajo del agua siento su mano subir por mis muslos, el mañanero está a punto de llegar.



Su mano se desliza suave por los muslos y la espesa espuma se arremolina en mi pecho, besa mi cuello y mis hombros, mientras sus dedos comienzan a jugar con mi clítoris, (este hombre no se cansa), decido seguir con los ojos cerrados a ver si desiste al menos hasta que el agua se empiece a enfriar, pero su mano hace un movimiento para que abra más las piernas, y pueda tener más espacio para moverse, pone la palma de la mano sobre mi monte y la mueve de arriba hacia abajo, es involuntario y suelto un gemido, y puedo sentir como sonríe aún más, con malicia, o satisfacción, que se yo, sube la mano a mis pecho y comienza a hacer círculos en mis pechos, pellizca mis pezones y siento como la electricidad baja hasta mi sexo, y comienzo a mojarme, toma la esponja de mar y comienza a frotarme el pecho, el abdomen y las piernas, abro los ojos pues ya sus labios exigen mis besos, y yo los suyos, meto mis dedos en el cabello de su nuca y los cierro, teniéndolo agarrado de ese modo, sin pensarlo me siento sobre él, puedo sentir su erección entre mis nalgas, no es normal, es que es muy grande, sus manos bajan a mi trasero, aprieta mis nalgas fuerte, atrayéndome aún más hacia él, los besos van subiendo de intensidad y me levanto un poco para que su pene quede por delante y poder masajearme con él, sé que él ya está listo para la penetración igual que yo, pero me encanta la sensación de frotármelo y comienzo a moverme, se hacen olas en la tina, el agua se mueve levemente, a nuestro ritmo, lo quiero, lo necesito dentro de mí, me apoyo en mis rodillas para ponerme derecha e intentar la penetración pero parece que él ya sabe lo que pretendo, con su mano toma su pene y lo dirige a la entrada de mi vagina, Dios! Que delicia es sentir como se abre paso de nuevo dentro de mi, sigo muy estrecha por qué duele a madres todavía, pero no le importa así como duele me causa placer al mismo tiempo, esta vez el ritmo se acelera en cuanto toca fondo por primera vez y comienzo a moverme sin pensarlo y el también, levantando la cadera para no dejar ningún rincón vacío dentro de mi, me gusta cómo me llena por completo, me abre y me perfora al mismo tiempo, el agua suena y se desborda de la tina pero no nos interesa, queremos llegar, yo quiero llegar al clímax ya, lo necesito, y con una embestida brutal logra meter todo su pene dentro de mi, una explosión de dolor increíble y al mismo tiempo me lleva al orgasmo de forma inmediata, y por lo visto a él también por qué siento el ardor de su chorreada de semen dentro de mi, no sé cuánto tiempo me quedo en el limbo, pero si por mi fuese, me quedo a vivir ahí toda la vida, cuando respiro de nuevo tengo la boca en su cuello, lo mordí. Ups



Más tarde ya bañaditos y envueltos en nuestras respectivas toallas nos dirigimos a la cama, al abrir las sabanas veo una mancha de sangre, o ya me bajó o es la famosa virginidad plasmada en las sabanas.



-Al rato nos cambian las sabanas, ven vamos a desayunar.



Nos vestimos y bajamos a desayunar, comimos como si la dieta valiera un traste, después salimos a la playa a dar una caminata, y de paso a fumarnos un cigarro, que cuando hace calor no sabe muy bien ñ, pero después de comer es un básico para nosotros salir a fumar.



Caminamos por toda la playa hasta que encontramos el lugar más privado al final de la playa, dejamos las cosas en la palapa, y nos metimos al mar.



El día fue de los más normal, no tocamos el tema de las relaciones sexuales, afortunadamente, hablamos de la comida, el paisaje y nos tomamos varías fotos, que en ninguna salí bien aunque el salía estupendo, por la tarde fuimos a comer y a dar una vuelta a la quinta avenida, bobeamos un buen rato y regresamos para cambiarnos e irnos a bailar, bueno a beber y ver a los demás bailar.



La noche fue como cualquier otra, imaginaba que me iba a estar recordando lo de anoche o insinuando cosas al oído, pero no.



Tomamos bastante Emir estaba muy contento y pidiéndome champagne que sabe que me encanta, el su botella de whiskey es el hombre más sencillo y feliz que conozco.



No tengo idea de a qué hora salimos ni de cómo me podía mantener en pie, pero se ve que recibí ayuda de mi guaperrimo acompañante pero recobre la consciencia en el elevador.



Emir empezó a besarme, lo tenía encima de mi



-Emir hay cámaras en los elevadores



-Me vale!



-A mi no, no doy shows



Llegando a nuestro piso, nos besamos rebotando en las paredes muertos de risa no tengo idea de por qué.



-Te tengo una sorpresa nena, quítate la ropa y acuéstate en la cama boca abajo



Uy ya con el alcohol si que traía unas ganas de aquellas.



Obedecí y me fui en mi lencería súper sexy a la cama, mientras el sacaba de la maleta una caja con varias botellas de aceite.



-Tengo ganas de darte un masaje desde hace mucho tiempo



Se quitó toda la ropa y se acercó para desabrocharme el bra, se puso aceite en las manos y comenzó a ponerme en la espalda, los brazos y metió varias toallas por debajo entre mi vientre y la cama.



Me puso aceite en todo el cuerpo esquivando mi trasero, subía las manos por mis muslos hasta mis inglés y de regreso, pasaba de mi cintura a mis pechos y los sobaba por mucho tiempo, y regresaba a mis pies y subía de nuevo por la parte interna de mis piernas hasta mis inglés, la ansiedad me comía, a qué hora me va a quitar la tanga? Quiero sus enormes dedos dentro de mi!



Y como si me escuchara volvió a subir las manos por mis piernas e hizo la tanga a un lado, dejando todo mi sexo al descubierto, y con la otra empezó a sobarme la nalga, subía y bajaba y me rozaba el clítoris, bájala de mi nuca a mi cintura, pasaba por mis nalgas, y metía la mano entre ellas hasta el clítoris y de nuevo entre las nalgas y al clítoris, delicioso, de mis pies a mi entre pierna y metía un dedo al subir, y de nuevo a mis pies y subía la mano por mis muslos hasta que su dedo se lograba deslizar por mi vagina, y así, primero un dedo, luego dos, pero tenía que esperar a que bajará hasta mis pies y luego subiera de nuevo hasta llegar a mi vagina, la espera era una tortura deliciosa.



Me quito la tanga deslizándola por mis muslos y mandándola a volar por la habitación, y repetía el masaje en las piernas, luego comenzó a masajear mi espalda hasta mi trasero, pasando su mano por el orificio de mi ano, hasta el clítoris, una y otra vez, nadie me había tocado ahí, era de lo más extraño.



Metía sus dedos en mi vagina ya chorreante de excitación / aceite, al meter los dedos el anular y medio el índice rozaba mi ano y se sentía muy bien, excitante, y comenzó con un dedo a sobarme el orificio del ano y a poner la punta del dedo ahí, como tratando de meter el dedo, lo hizo una y otra vez hasta que se logró meter un dedo en él.



En el vaivén del masaje subía y bajaba la mano y al subir metía dos dedos en mi vagina y uno en el ano.



Era deliciosa la sensación, y empezó a mover los dedos ya sin sacarlos y a lamer el clítoris mientras me tenía en esa posición, de lo más vulnerable que he estado en mi vida, el dedo en mi culo se sentía de lo más extraño pero a la vez me excitaba muchísimo, hacía que la penetración vaginal se sintiera mucho mejor, el sexo oral al mismo tiempo me estaba volviendo loca.



Intentó meter otro dedo en el ano pero no pudo, eso era imposible, trató de meter 3 dedos en mi vagina pero tampoco se pudo, no cabían, que intentaba? Dejarme la vagina como señora recién parida?



Y continuó con el masaje de la vagina y el año, las sensaciones eran increíbles, tuve 3 orgasmos y quería más, no quería que parara, y continuó, poniéndome al borde de la locura.



Saco sus dedos y me penetro de un solo golpe, el cambio de tamaño de los dedos a su pene fueron más que evidentes, al fin tenía dentro de mi lo que ansiaba. Las embestidas fueron brutales, profundas y sangre de nuevo, no sé si por qué aún quedaba algo de himen o por qué chocaba repetida y bestialmente con el cérvix, eso lo frenaba de ir más al fondo.



Fue brutal, bestia, desesperado y agresivo y me encantó, llego al clímax esta vez fuera de mi, se limpió y me pido voltearme.



Me puso boca arriba con las toallas ahora en la parte baja de la espalda y de la maleta saco un tubo pequeñito, decía pocket rocket, lo encendió y lo puso sobre mi clítoris, la sensaciones de la maquinista vibradora eran algo aún mejor que la boca de Emir, que delicia, mientras sus dedos se deslizaban dos por la vagina y uno por el ano, la reacción fue inmediata, explote en ese momento en otro orgasmo aún más intenso que los anteriores y continuó hasta que tuve otros 2 más.



Y cuando termino ya tenía 3 dedos en mi vagina y 1 en el culo. De la excitación debí dilatar o al llegar al orgasmo, aprovechó y los metió. No sentía dolor, pero quería sentir ese dolor de cuando me abre, yo estaba en un punto de excitación que estaba empapada de mis flujos por los orgasmos, la estimulación tan intensa y no me importaba lo que el hiciera con mi cuerpo yo solo quería más.



Y no sé qué tanto traía en la maleta pero si se iba a poner mejor pues yo estaba dispuesta en este punto, loca completamente de placer, sacó un estuche transparente y un tubo de silicón transparente, de látex con unos picos suaves y se lo puso en el tronco del pene, dejando la punta al descubierto, sacó las toallas debajo de mi y las remplazó con sus manos, y empezó a penetrarme lentamente, la cabeza del pene se abría paso por mis paredes, seguía siendo muy grueso, y al sentir esa cosa de silicón con los picos dentro de mi, fue una sensación extraña pero muy placentera, delicioso, con el vaivén de los movimientos me rozaban por dentro estimulando sensaciones totalmente diferentes y deliciosas, pensaba que los picos me rasgarían o lastimarían pero eran muy suaves, la textura dentro de mi me hizo explotar en las primeras embestidas y al sentir la explosión el también explotó dentro de mi, vaciando ese semen tan delicioso, la sensación cuando eyaculaba dentro de mi era algo delicioso, una sensación que me hacía querer más y más.



No sé qué me estaba pasando, pero en vez de parar quería que continuará, me besó apasionadamente, mordiéndome los labios mientras se corría dentro de mi, y emitía ese gruñido de que acababa de llegar al clímax.



Se recostó sobre de mi besándome tiernamente sin salirse dentro de mi, beso mis pechos y mordió los pezones con fuerza mientras estrujaba mi otro pecho, y me excite de nuevo, solté un gemido que le regresó la erección lentamente y estaba ahí enorme y de nuevo dentro de mi, firme como un pepino, listo para mi, de nuevo comenzó a moverse lentamente y luego más rápido, la semi-funda que traía puesta me masajeaba por dentro, cambiamos de posición, y el se sentó y yo estaba sentada sobre él, logrando la penetración máxima, no sé qué dolía más, si por lo largo cuando chocaba con mi cérvix o por lo ancho que sentía que me rasgaría la vagina, comencé a moverme de arriba abajo cuidando que la profundidad no me causara dolor y justo cuando aumente el ritmo, el metió un dedo en mi ano, era una sensación deliciosa, tenerlo penetrándome por la vagina y el dedo en el culo hacia que las sensaciones fueran aún más intensas y con 5 embestidas con el dedo en el culo avance como 10 niveles hasta llegar al clímax, mi vagina empezó a contraerse, mi respiración aumentaba y mis gemidos también -estoy llegando amor! Y el empezó a mover las caderas con más fuerza penetrándome hasta el fondo, hasta ese punto en el que el dolor es insoportable y explotamos al mismo tiempo.



Por mi mente pasaban las sensaciones que me excitaban, estar con él, encima de el, el dentro de mi, la cosa de silicón estimulándome por dentro, el dedo en el culo era genial y sus besos y mordidas en mis hombros y en mis pechos hacia que la combinación fuera exorbitante.



Un clímax seguro, El mejor!



Nos metimos a bañar y bebimos agua como locos, de esa noche solo recuerdo que me abrazo, me besó la parte posterior de la cabeza y lo demás fue negro.



Continuará...


Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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