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~~Ella es para todos.
Cuando decidí ofrecer a mi mujer a cualquiera que lo necesitara, no pensé que lo íbamos a pasar tan bien, tanto ella como yo y que disfrutaríamos tanto de estas experiencias.
Mi mujer sabe que estas experiencias pueden surgir planeadas por ambos, o pueden ser improvisadas tanto por ella como por mí, así fue la última que ahora paso a contaros.
Habíamos decidido ir de compras al centro y tomamos el tren de cercanías que nos llevaría a nuestro punto de destino.
Cuando montamos al tren, pese a que no era una hora punta, iba con bastante personal y tuvimos que quedarnos de pie como muchas otras personas, mi mujer estaba enfrentada a mí y yo veía por encima de ella el resto del pasaje, entre estos vi a un negrazo de casi dos metros que no tendría más de 20 años y que fijándome un poco en su entrepierna daba la sensación de marcar un tranco de los de infarto.
Le mire un par de veces y vi que no apartaba la mirada del culo de mi mujer, ella se había puesto una falda no demasiado corta, pero sí de las que tienen mucho vuelo y no quedan precisamente ajustadas, al ver su interés empecé a ver la posibilidad de regalarle algo tanto a él como a mi mujer que siempre está dispuesta a esta clase de regalos.
En la siguiente parada, montaron bastantes viajeros más que nos obligaron a juntarnos un poco más, entonces al ver que el negrazo había apoyado su espalda contra una de las paredes del vagón, hice girar a mi mujer y siguiendo enfrentada a mí, la puse de espaldas al chaval totalmente cuadrada con su cuerpo, arrime mi boca a su oído y la dije, prepárate que nos vamos a divertir un poco, el tipo seguía con la vista fija en el culo de mi mujer, sobre todo ahora que lo tenía tan cerca y que seguro imaginaba lo que se podía esconder debajo de esa falda tan amplia.
En uno de los varios ajustes que se hacen para que la gente se acomode, empuje un poco a mi mujer que se tuvo que apoyar con su cuerpo sobre el de él, yo hacía un poco de presión para que el contacto fuera lo suficientemente intenso sin que en un principio se notaran demasiado las intenciones, la cara que puso el negro fue de incredulidad y un poco de tensión, me miró a los ojos como preguntando de que iba esto y yo le di a entender que no había problemas, que todo estaba controlado.
Entonces ya no pareció tener problemas para poder hacer por su lado la presión suficiente sobre el cuerpo de mujer para que esta empezara a notar cual iba a ser la sorpresa prometida.
Por la expresión de la cara de mi mujer, empecé a darme cuenta que las previsiones que había hecho del instrumento del negro, no estaban desencaminadas.
Mi mujer empezó a mover su culo en vaivenes de adelante hacia atrás haciendo la fuerza suficiente para poder notar el paquete del moreno, cuando venia hacia delante le tocaba el turno al mío que se estaba poniendo como una piedra imaginando la situación.
Se acercó a mí y me dijo, no te puedes imaginar lo inmensa que es la sorpresa, por la cara que tienes, ya lo creo que me lo imagino la dije.
No se como sería posible cariño, pero me gustaría que me la metiera, tengo ganas de sentir esa estaca en mi coño, de acuerdo lo vamos a conseguir, no te preocupes.
Viendo como el negro cada vez se cortaba menos y empujaba con todas sus ganas, pase las manos por detrás de la cintura de mi mujer y separé sus cachas para que pudiera sentir el aparato del negro en su raja que imaginaba debería estar ya llena de jugos, según separaba las cachas de mi mujer noté con el dorso de la mano la dimensión que había tomado el instrumento del tipo y no me extrañó que mi mujer lo quisiera dentro, entonces lo que hice fue subir la falda de mi mujer por la parte trasera y apoyarla sobre la parte delantera del negro para tapar el instrumento que en cualquier momento iba a liberar de su jaula, yo seguía magreando las cachas de mi mujer y toque con uno de mis dedos la longitud de su raja, comprobando que en efecto estaba totalmente mojada.
En esos momentos el negro abrió su bragueta y apoyó la cabeza de su inmensa polla en la raja que yo tenía semiabierta, mi mujer cerró los ojos con una cara de inmensa felicidad, pasando su lengua por los labios ante las sensaciones que estaba empezando a experimentar.
En esos momentos el negro que no había dicho absolutamente nada, se acercó a mi cara y me dijo, ábrela que se la voy a clavar, mi mujer pegó un respingo y soltó un bufido contenido, aparté las bragas a un lado y yo mismo cogiendo la polla la apunte en la entrada de la húmeda raja de mi mujer que ya no podía aguantar más sin sentir esa maroma dentro de ella.
El negro empezó a introducir suavemente su polla en el coño de mi mujer que no podía disimular el inmenso placer que la estaba proporcionando y que acercaba su cara a la mía para poder tapar de alguna manera la calentura que la embargaba, el tipo seguía subiendo y bajando con disimulo y mi mujer acomodaba su cuerpo para poder sentir en toda su dimensión y grosor esa delicia que la estaban metiendo.
Es inmensa cariño, me esta volviendo loca, menuda polla tiene este tipo, no se si sería capaz de poder meterme esta polla en la boca, me tiene totalmente llena.
Yo seguía ayudando a la clavada abriendo las nalgas de mi mujer cada vez que notaba que el negro empujaba su cuerpo contra ella, notando y algunas veces tocando el inmenso pollón mientras entraba y salía, el negro no podía disimular su creciente gusto y empezó a soplar de una manera contenida, que yo no creia fuera suficiente, algunas miradas y comentarios de los "vecinos" empezaban a demostrar que ya no éramos totalmente anónimos en nuestro juego.
Cariño no puedo más, creo que me voy a correr en cualquier momento, cuando lo vayas a hacer, dímelo, conociendo a mi mujer tenía que hacer algo para que no se enterara el resto del vagón, el negro por la expresión de su cara tampoco estaba ya para muchos trotes y así se lo dije a mi mujer.
Cuando mi mujer comenzó a apretar con más fuerza mi espalda, puse mis labios sobre los suyos y tapé la explosión de sensaciones que estaba sintiendo con una corrida que luego me dijo había sido bestial, por el tiempo que estuvo apretando mi espalda además de intenso fue de una duración grande, según empezaba a relajarse, lo veía en la expresión de su cara, vi de nuevo un cambio en la misma que estaba claro se debía al momento en que el tipo se estaba corriendo dentro de ella, el negro bufaba como un toro y ya no había manera de que los "vecinos" no se escandalizaran por lo que estaba pasando, nos salvó que esos momentos llegamos a la estación y puse las bragas de mi mujer en su lugar y saliendo nos mezclamos entre el público para no ser abucheados por que habían sufrido, sospecho que muchos de ellos disfrutado, de nuestro juego
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