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Categoría: Incestos

Ella no quiso dormir sola

Sara. Una chica de apenas 18 años con un cuerpo exquisito en desarrollo, de 1.68 de estatura, piel blanca, cabello castaño obscuro y lacio hasta los hombros.

Vestía una falda corta color café que dejaban ver unas lindas piernas con un poco de bello en crecimiento; pero eso no evitaba que más de un hombre la voltease a ver.

Una mirada denotaba sorpresa al ver a la chica caminar de una manera coqueta, los ojos que la observaban no sabían a donde más mirar.

-Hola padrino ¿Cómo estás? Hace tiempo que no nos veíamos ¿No?

-Así es Sarita, se nota que creciste muy rápido.

Alfonso. El tipo de aquel automovil que observaba a su unica ahijada.

Hombre de 35 años, con algo de sobre peso, cara seria, cabello chino, siempre perfumado y por ende su auto impecablemente limpio.

Zorro como el podia serlo; pues a raiz de su mala relacion con su mujer el se refugiaba en los placeres de mujeres de cualquier indole que estuviera dispuesta a darle un poco de calor.

-Tu madrina Sofia salio a ver a sus papas; por lo que estaremos solos unos dias.

Advirtio el hombre.

-Tengo hambre y estoy algo cansada ¿Me podrias llevar a aquella fonda donde me llevabas cuando niña?

-Claro hija. Luego llegas a la casa, te das un baño y descansas. Yo saldre un momento para ver unos asuntos; pero tu sientete como en casa.

Luego de disfrutar una rica comida, padrino y ahijada fueron a la casa de aquel pariente nombrado por la iglesia.

Sara solo pasaria una semana en la capital por aquello de sus vacaciones escolares.

-¿Tardaras en regresar padrino? Pienso hacer la cena, para que comamos y descansemos ¿Te late?

-Claro hija. No tardare, pero ponte comoda ¿Ok?

Al acercarse a Sara para darle un beso de despedida en la mejilla, la chica se movio de tal forma que aquel beso fue puesto a la mitad de los labios de ambos.

Alfonso no dijo nada y salio para atender sus asuntos.

En el camino pensaba en Sara, en lo bien que se veia; pero, ¿Y ese beso? No. A lo mejor fui yo el de la culpa. Dios. Tengo tantas ganas de tener sexo. Ya se. Si me da tiempo ire a un prostibulo o de perdida ire a la merced.

La merced es famosa por la gran cantidad de prostitutas que abunda en la zona.

Sin exito Alfonso regreso a casa para descansar y preparar los planes del dia siguiente.

-Sara. Ya regrese.

-Llegaste antes padrino. Ahora preparo de cenar.

Alfonso, como todo buen hombre tomo asiento en la sala, frente al televisor.

Sin voltear a ver a su ahijada que ya se encontraba preparando una tipica cena mexicana, que consistia en huevos fritos, frijoles, pan y un poco de cafe.

-Toma asiento padrino, ya esta la cena.

Al levantarse Alfonso, volteando al refigerador, observo un trasero casi perfectamente en forma de corazon, cubiertos por lo que pareciera un short cafe.

De momento aquel hombre quedo perplejo, con esa imagen tan provocativa, que solo una mujer puede ofrecer.

Al levantarse la chica aquel short estaba tan pegado a sus perfectas curvas que mas parecia no llevar nada puesto. Un triangulo perfectamente marcado con una rayita sobre salia de aquella prenda; por lo que Alfonso adivino que la muchacha no traia puesta su ropa interior.

Tenia una playerita para dormir con tirantes rosa, casi transparentando sus pequeños, pero abultados pechos.

Aquel hombre no podia o mas bien no queria quitar la vista de aquella adolecente sensual.

-Padrino, padrino. La cena esta servida, come ya. ¿Padrino, estas bien.

-Eh, ss, si, si, hija, perdona, esque tengo tantas cosas por hacer.

Asi transcurrio aquella merienda.

Pero el hombre estaba tan nervioso y exitado a la vez; pues Sara se contoneaba con una sensualidad pura.

-Bueno. Los platos los lavo por la mañana. Buenas noches padrinito.

-Buenas noches hija. Cualquier cosa que necesites avisame.

Al retirarse la chica, el hombre penso en darse consuelo de mano propia; ya que Sara es su ahijada y ademas no queria quedar como un enfermo acosando a la sensual chica.

Alfonso, antes de ir a dormir veia atentamente el box y en eso...

-Padrino, padrino ¿Estas ahi?

-Si hija ¿Que pasa?

-Te dire un secreto. No quisera dormir sola esta noche ¿Me acompañas?

Al momento de que Alfonso voltea, sorprendido ve a la ahijada sin prenda que le cubra el pecho.

-Hija tapate, asi no puedes andar por aqui!!

-Padrino. ¿Acaso no conoces el cuerpo de una mujer?

-Sara. Tapate y mañana hablamos de esto.

La chica se retiro; pero la imagen de la chica y sus pechos puntiagudos y redondos no dejaban de darle vueltas en la cabeza ¿Que debia de hacer? ¿Aprovechar la situacion, o dejarla pasar?

Alfonso obto por darle a la ahijada lo que queria o buscaba.

Llamando a la puerta.

-Sara. Perdona hija; pero la verdad eres muy linda y no quise que se mal entendieran las cosas. Tu sabes ¿Cierto?

La chica abrio la puerta; pero ahora en vez de traer aquel diminuto y bien apretado short, tenia puesta una tanga rosada y como en la sala estaba en toples.

-Padrino. No te preocuopes, yo ya soy grande, se lo que quiero y te quiero mucho. En eso Sara abraza a su padrino restregandole su hermoso cuerpo.

El sin necesidad de tocarla, podia sentir sus pechos; cosa que hizo que tuviera una ereccion muy fuerte.

Sara al sentir aquel miembro...

-¿Vamos ya al cuarto, o diras que no?

-Si, si. Vamos.

Alfonso solo se quito los zapatos, su chamarra y se acosto en su cama.

Sara lo acomaño y como cuando era mas chica le acaricio su apenas abultado estomago.

-¿Apoco te pongo nervioso?

-Mira hija. Eres mi ahijada, esto no esta bien.

-¿No me digas que no has estado con una de mi edad? Ademas ya te dije que se lo que quiero y lo que quiero es consentirte.

-Si hija, pero no esta bien y ademas tu papa es mi mejor amigo, no podria hacerle esto.

-No te pongas nervioso; es mas te voy a quitar el estres y veras que estaras mas relajado.

Sin decir ya nada mas, la chica empezo a desabotonar la camisa verde de aquel hombre, dandole timidos besitos en su pecho, su mano bajaba mas de lo permitido hasta llegar al fierro caliente de Alfonso.

-Espera. No lo hagas.

-Si no te gusta detenme amorcito.

Las avilés manos de Sara frotaban por aquel armaño erecto del padrino por encima del pantalón.

Sus labios llenaban de besos todo su pecho; inclusive los pezones del hombre.

Alfonso solo se limitó a cerrar los ojos y dejarse llevar por lo que hacia la chica.

Desabotonando el pantalon, para sacar aquella verga venosa, erecta y babeante. Sara lo lleno de besos, desde donde nace el falo hasta los testiculos.

De golpe lo metio a su boca para mamar el fierro caliente de Alfonso.

-mmm, mmm.

-¿Te gusta padrinito? Chomp, chomp.

Su mano lo masturbaba al momento que su boca le mamaba el glande.

Sus movimientos eran cada vez mas fuertes, tanto que aquel padrino no dio cuenta que la chica se despojo de su tanga, para poner su trasero en la cara.

Alfonso solo olio la exitacion de aquella joven en brama y sin mas ni mas, se prendio de su humeda vagina, metiendole la lengua lo mas que podia. El clitoris de Sara era besado con cierta desesperacion.

Alfonso rara vez habia tenido un 69 tan lleno de calor y morbo.

Morbo porque aquella hembra era la niñita que una vez cargo para ser bautizada, niñita que ahora tenia un cuerpo sensual, hecha toda una mujer, por lo bien que daba de mamadas a esa verga apunto de explotar.

-Padrino... Si... Te... Quieres darme tu... Leche... Damela...

Alfonso, hasta cierto punto se negaba a eyacular en la boca de la joven, pero fue mas la exitacion que desde la boca, hasta la garganta de Sara fueron inundadas de leche.

Aun asi Sara no dejo de seguir la felacion; ni Alfonso dejo de disfrutar de los liquidos vaginales de ella.

-Se puso otra vez dura padrino; pense que no se recuperaria. Ahora quiero que me la metas.

El hombre acomodo a la ahijada en cuatro patas, para poseer a su consentida.

Esas dos nalgas juveniles eran estrujadas, la espalda de la chica era besada, sus pomulos eran lamidos, junto con sus oidos.

Era un concierto de gemidos por parte de aquellos dos amantes.

Alfonso acariciaba el recto de Sara, para tener su virginidad. Luego de un rato.

-¿Que haces? Me duele

-No te preocupes hija, pronto te gustara.

Pasaron diez minutos de dilatacion y por fin aquel ano era invadido por el fierro de su amante.

Con mucho cuidado y a la vez con mas lujuria por parte de Alfonso penetraba cada vez mas rapido el culo de Sara.

-¿Te los puedo aventar por dent...tro...

-Si.

Alfonso hizo movimientos mas rapidos y violentos, hasta que.

-Aaaggghhh.

-ahh, ahhh, ahhh, ahi siiiii.

-Eres un maldito padrino. Ni siquiera mi novio me culea.

-Jaja. ¿Te gusto princesa?

-Si. Pero, quiero mas.

-Dame unos minutos ¿Quieres una cerveza mientras?

-Bueno.

Al termino de estas Sara se poso encima de su padrino.

Fundiendose en un beso lleno de lascivia, Sara se coloco el pene semi erecto de Alfonso para penetrarse ella sola.

Una vez bien erecta la verga, la chica daba tremendas calbalgadas, gimiendo y apretandose los pechos.

Alfonso se sento para disfrutar del sabor de aquellos pezones rosados, besando el cuello de la chica, para asi enredarse las lenguas.

El cayó a la cama para que Sara siguiera atendiendole.

-Maldicion. Mi ahijada es toda una puta, pero esta noche es mi puta.

Que bien lo hace. Aaahh.

-Padrino... Padrino, siento otro orgasmo. Aaaahhhggg.

-Ahora ponte de cabeza, dejando tu pecho colgado en la cama. Esta es una nueva pose que te mostrare.

Haciendo esto. Alfonso la clavo con mas brusquedad por la vagina, moviendose de una forma muy rapida, Sara solo gemia y sacaba la lengua, en señal de que aquella pose le gustaba mucho.

-Vamos puta ¿Quien es tu pariente consentido? Dilo.

-Tu Alfonso... Eee... Eres mi padrino favorito.

Solo bastaron otros dos minutos para que la vulva de Sara fuera llena de semen, semen que ella quizo probar, semen que le agradaba degustar.

Sara se acomodo para limpiar el falo de su padrino, dando este pequeñas palmadas en su cabeza y caricias en el pelo en señal de aprobacion.

Ya acostados se dieron otra secion de besos y asi durmieron como angelitos.

Vladimir escritor.

Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 6.5
  • Votos: 2
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