Ella despertó repentinamente, todavía era de noche y estaba tendida sobre la cama, sentía el rostro caliente y tenía un calor que no era propio del fresco que hacía esa noche, bajó las manos por sus senos, que cerca de estar desnudos estaban cubiertos por su hermoso y largo cabello, siguió bajando pasando por su abdomen y su vientre, pasó por sus caderas y bajó hasta llegar a la parte interna de sus muslos, sintió como estos estaban húmedos, y subiendo un poco las manos descubrió la causa.

Con la ropa interior mojada y caliente sintió una excitación muy grande. Subió las manos un poco mas, tomó la ropa interior y haciendo un leve movimiento de caderas hacia arriba la deslizo por sus piernas hasta retirarla. Luego volvió a colocar sus manos en el lugar de origen de aquel inmenso placer y sentía como una gota tibia se deslizaba por sus muslos. Recogió las piernas apoyando la planta de los pies en la cama y luego las dejó caer a los lados; subió su mano izquierda hacia su seno derecho acariciando lentamente el pezón, su mano derecha seguía en el mismo sitio y su dedo medio comenzó a acariciar el clítoris en forma circular, su respiración comenzó a acelerarse al igual que los latidos de su corazón, aumentó la velocidad con la que se acariciaba y ya se tomaba el seno completo con la mano, en el clítoris ya no estaba solo el dedo medio, también el índice y el anular, tratando de acariciarse todo lo que podía, sus labios estaban abiertos y mojados y era inevitable que sus dedos penetraran de vez en cuando dentro de ella

Esta sensación le gustó mucho así que bajó su mano izquierda que tenía en el seno y con sus dedos índice y medio penetraba dentro de sí y con la derecha seguía acariciándose el clítoris cada vez más rápido. Ya era imposible contenerse, ya no eran sus manos sino todo su cuerpo en movimiento. Se detuvo un momento, bajó las piernas y se colocó boca abajo, se arrodilló con las piernas abiertas manteniendo la cara recostada a la almohada, bajó la mano por su vientre hasta llegar al clítoris y siguió acariciándolo rápidamente, su otra mano esta vez fue por detrás de ella, pasando por sus nalgas y llegando a sus labios humedecidos en los cuales penetró una y otra vez, todo su cuerpo se balanceaba de adelante hacia atrás y cada vez que iba para atrás sus dedos la penetraban profundamente.

Con sus dedos húmedos acaricio la entrada de su ano que poco a poco se fue dilatando permitiendo la entrada de su primer dedo, luego otro y otra mientras su otra mano continuaba su jugando con su clítoris.

Luego bajó las piernas y se acostó, tomó una almohada y la colocó entre sus piernas, todo su cuerpo se contorneaba buscando el máximo placer del contacto de la almohada la cual correspondía todo sus movimientos. Sus dedos seguían dentro de sí por atrás y frotando con desesperación su punto máximo de excitación.

Ya era demasiado estaba muy excitada y sentía que iba a explotar. Se colocó en la posición en la que comenzó y siguió acariciando el clítoris, todo su cuerpo se movía, estaba apunto de llegar, su corazón latía muy rápido, aceleró el movimiento de su mano, sus caderas se levantaban y su espalda se arqueaba, sintió un espasmo que le recorrió todo el cuerpo y un gemido de placer salió de su boca, luego sus dedos penetraron dentro de ella por última vez en su vagina provocando la salida paulatina de un cálido líquido el cual rodó por sus dedos y se deslizó hacia sus nalgas. Finalmente sus piernas se relajaron, su cuerpo descansó, cerró los ojos y quedó profundamente dormida.

Escrito por Orlando Suárez para mí.

Gracias Orlando por ser dulce como eres.