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Categoría: Maduras

Elecciones con una madurita

Hola, como andan. Lo que les voy a contar es ciento real, todo empezó hace más o menos 3 año. Por aquel entonces tenía 28 años, les cuento que soy de Argentina, soy alto (1.80), delgado, pelo corto, ojos celestes, y con una pija que gusta, por lo menos eso dicen, jajá, entre 18 y 20 cm.



 



En ese entonces eran las elecciones a nivel provincial y yo estaba como fiscal de lista, lo que mi trabajo era estar a la hora del recuento en las distintas mesas de una escuela a la cual había sido asignado. La escuela quedaba a las afuera de la ciudad, y yo era novato en el tema, ya sea como fiscal o en tener sexo con maduras, las cuales son mi debilidad.



 



Esa tarde a las seis mas o menos entre a la habitación, donde seria el recuento, me senté en una de los bancos junto a muchos otros que estaban haciendo lo mismo que yo. Miré para todos lados, estaba medio perdido, pero bueno, allí me quede, en el frente dos maestras se dedicaban al recuento de votos, y las veía cansada, creo que debería ser por las tantas horas que estaban ahí. Una de las maduritas, aparentemente de unos 48 años era bastante seria y estaba compenetrada con los votos, por lo que anotaba en el pizarrón, mientras que la otra, de unos 50 años, le dictaba.



 



La segunda, a la cual le había clavado el ojo, era de unos 170 cm, rellenita, con unos pechos exorbitantes, eran unas pechugas que partían la tierra, los cuales reflejaban sobre una remerita escotada que tenía, dos pezones como de unos tres o cuatros cm de largo, oscuritos y unas aureolas bastantes prominentes, mmmmmmmmmmmm., estaba loco de amor por esa veterana, unas piernas bien torneadas, como si hubiera practicado jockey sobre césped durante toda su juventud, eran anchas y firmes de la cuales dejaba reflejado lo grato que seria su colita para mi vista, pero estaba sentada en un banco y tuve que esperar un rato hasta que se parase para apreciarlo con detenimiento. Su carita de princesita, reflejaba muchos menos años de los que tenía, los cuales no los aparentaba, pero dejaba reflejado una sonrisa de gatita mimosa y juguetona.



 



Yo a esa altura estaba ya por entonces loco, caliente, la pija quería salir ya de su escondite a la que la tenía, transpiraba, me quería acomodar el pantalón, la miraba, en mi cabeza daban vueltas millones de ideas y de cosas que le podría hacer y me podría hacer, con respecto a los votos no tenía ni idea si ganábamos, perdíamos, en fin, estaba en segundo lugar.



 



Con el correr de las horas, noté que estaban cansadas, así que ni lerdo ni perezoso, decidí servirle un café y llevárselos a la mesa (todo era para verle esa colita, la cual imaginaba como dos salientes de carne, contorneadas, robustas, la cual hacía que mi pene se ponga mas duro todavía). Así lo hice y me ofrecí para ayudarlas en el recuento a lo cual dijeron que sí a dúo y me lo agradecieron. En ese momento me puse al frente del pizarrón y allí fue como Gladis, así se llamaba, se levantó de la silla para ir al baño y en ese momento supe que tenía que ser mía y ese culo precioso, del que no me había equivocado con el pensamiento, me llamaba a gozar y no solo eso me invitaba con una copa de champán en el medio de esos dos paneles de carne deliciosa y maduras.



 



Así transcurrió el balance y mi gran preocupación era como averiguar el nombre, teléfono, en fin algo, lo que sea. Recién al finalizar, en lo que yo estaba desesperado, teníamos que firmar el acta, rellenarla, y pude por fin averiguar la dirección, solo eso bastaba.



 



Nos fuimos a casa, estábamos cansados, pero en mi cara se podía apreciar una victoria, o mejor dicho, media victoria. Ella al irse me dio un beso y me lo agradeció, mi pija estaba loca, después de despedirme con un beso, quise averiguar mas de ella pero había gente alrededor y opte por ser discreto, así que me despedí, y me dirigí al sanitario, allí me la mire, primero la calme y después le dije:



 



Mira Cabecita (así la llamo), quédate tranqui, será nuestra.



 



Y ella pobre, me miro erguida y se puso colorada (ya estaba colorada y la cabeza estaba que ardía de pasión) y fue como si me dijera:



 



Hermano mío, apúrate que hasta los huevos esperan ese momento, quiero que me chupen, que me den refugio, abrigo, besos de lengua, y por último, estando medio muerto que me entierren en un patio trasero, y la hice bajar de un envión para abajo pues había gente y algunas ya me miraban por lo que hablaba solo, y no sabían que le hablaba a mi amigazo del alma.



 



Pasados unos días quise averiguar donde vivía, me dirigí a la escuela para averiguarlo, pero, ah, todo mal, se había tomado una semana de vacaciones, y mi pijota estaba a media asta, y me decía, viste boludo, no me hagas caso, y ahora...



 



Lo acaricie, y trate de consolarlo, pero no hubo caso, estaba enojado, mas bien furioso. Así que lo deje solo, y puse manos a la obra.



 



Tenía que averiguarlo, no sabía como hacerlo, pero tenía que hacerlo. Se me ocurrió mirar la guía, pero cómo, tenía solo la dirección. Entonces dije: la reviso toda y ya, algo saldrá. Así es como me pase toda una tarde buscando la dirección, hasta que la encontré. Por fin... dije medio cansado, medio paso estaba resuelto.



Decidí llamarla, un poco con medio, ya que no sabía como encarar la situación, si salía mal o si no pintaba sabía que no habría una segunda oportunidad. Entonces me la mire, nos miramos, nos dimos fuerzas y dijimos: sea lo que sea, si no probamos, nos quedaremos toda la vida con la espina, y mi compañera con la pija duraaaaaaa.



 



La llamé y pedí hablar con ella, una de las hijas me atendió, pedí por ella. Al llegar ella al teléfono, me presenté, le dije que quería agradecerle como nos habían tratado, y que personalmente quería agradecérselo a ella porque desde un primer momento había sentido su calidez de persona y que jamás había trabajado con alguien tan bella como ella, lo cual era cierto, las maestras son mi gran debilidad.



Me agradeció el piropo y dijo lo mismo de mí, por lo cual que do mas locooooooo que antes, pero sentí que estaba saliendo de maravilla. Y entonces le pregunté si sería posible invitarla un trago para devolverle la atención, dudó un rato, pero sabía que por dentro si quería decirme que sí, pero sabía que iba muy de prisa, así que trate de calmar la situación con un par de buenos elogios y hablar un poco sobre ella, su hija, en fin sobre nuestras vidas, al final ella aceptó el trago y quedamos en vernos la otra semana, y me dije que pase por su casa a las 9:00 y que sea puntual ya que ella odiaba las tardanzas, Me despedí y al colgar pegué un grito de alegría y mi polla se subió y bajo dentro del pantalón como sinónimo de que estábamos mas cerca de gozar de ese par de tetas y ese culo infernal que tenía nuestra querida Gladis.



 



Llegó el día, lo cual nos bañamos los dos, nos perfumamos, nos dimos fuerzas y salí para su casa, había preparado un plan de enamoramiento, ya que creo que los hombres han olvidado esto y es primordial y que a toda mujer gusta mucho.



Preparé un mantel grande decorado con rosas rojas y dos candelabros con dos super velas, prepare la cena yo mismo, junto a un balde con una buena champaña con cerezas y frutillas de postre. Al llegar la invite a cenar y la lleve a un lugar ya predefinido, un lugar en el campo, bajo un árbol frondoso, y un césped muy cortito que parecía estar preparado para recibir a una reina.



 



Al llegar al lugar baje del auto corriendo, le abrí la puerta y al bajar la recibí con una docena de rosas rojas con un una cinta rosa en cada una y al final de la cinta un bombón con un poema.



Luego desplegué el mantel, preparé el lugar, nos sentamos – ante esto ella estaba anonadada – y yo con la pija al cuello, hablamos de ella, le recité los poemas uno a uno y brindamos con champán y cerezas.



Yo ya quería lanzarme pero esperé un poco más, después de brindar puse música romántica y la invite a bailar, empezamos de forma discreta, mientras al oído le susurraba los poemas, y ella reía y me decía que esto jamás le había pasado y que era muy romántico y se sentía muy feliz por ello.



Me besó la mejilla nuevamente dándome las gracias y en ese momento me lancé a la carga pero con delicadeza. Le besé el cuello con besos muy cortitos y húmedos, le mordía muy despacio el lóbulo, mientras nuestras respiraciones empezaron a ser mas intensas. Mi polla estaba a full y note que ella se estaba empezando a mojar y a darse cuenta de mi bulto.



Me pidió que paremos que estaba muy excitada y yo accedí a parar, pero ella quería que fuera un poco mas allá de todo y entonces me dijo suavemente al oído:



 



Hazme sentir viva, cojéeme, follame, hazme sentir toda una mujer.



 



Entonces empezamos a tocarnos, a besarnos con pasión, nos sacamos la ropa, le saque la tanguita con los dientes y me dirigí a las tetasas, las besé, las chupé, me dedique unos minutos a morderles los pezones, mientras ella susurraba como una puta -másssssssssssssss – mássssssssssssssssssssss. Entonces bajé por la panzita, chupé su ombligo le metía la lengua, le movía las pechugas, le estiraba los pezones, le metía un dedo en la boca, y me dirigí a la conchita – mmmmmmmmmmm...... era hermosa, depiladita, su raya me impresionó, tenía un sapo de la puta madre, lo beséeee, jugué con el clítoris, le pasaba la lengua por toda la raja, le metía los dedos, no daba mas de la calentura, entonces la dí vuelta y le empecé a chupar y saborear el culo, le metía la lengua bien adentro – mientras ella decía:



 



me encantan los pendejossssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss



 



cojeméeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee, hacemeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee tu putaaaaaaaa, tu yeguaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.



 



meteme la lengua mas adentro papitooooooooooooooooooooooooo.



 



Mientras le decía:



 



dale putita miaaaaaaaaaaaaaaaaaa, goza perraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.



Sentí la lengua adentro y no sabes lo que te espera, te voy a coger con todo, te romperé el culo puta bastarda.



 



Ella se enloquecía y yo mas, el cabezón estaba loco quería acción, así que le dije ahora mamita, haceme tu bebe, cojéeme haceme lo que quieras.



Me miró, y con la mirada me dijo todo, me empezó a besar la boca me metía la lengua, guauuuuuuuuuu – que lengua. Bajo hasta los pezones y los beso con dedicación, los mordía, y le pasaba la lengua, siguió bajando hasta la pija y ahí se quedo, me saco los slip con los dientes y la vio, dijo guauuu – que cabeza – y la metió en la boca, la succionaba, y lamía el tronco y la escupía con lujuria, podía ver como la saliva colgaba de su boca y como los hilitos de baba corrían por mis huevos, me comió los huevos los metió a los dos en la boca y los mordía, el amigo estaba loco y yo al palo.



Me chupo la pija hasta que tres buenos chorros salieron de mi pinchila, pero ninguna gota cayó al piso, se la comió como las mejores, era sin duda una excelente chupa choto, la reina del chorizo. Que delicia!!



Después de tragarse toda la leche, me dio vuelta y gimiendo y mostrándome los dientes blancos de leche me comió el culo, me lo ensalivo y yo me retorcia de placer, era exquisito.



 



Entonces me dijo:



 



Ponemelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa papi, poneme la pija hasta los huevos.



 



Y entonces la puse en cuatro patas y después de pasarle unos cuantos lenguetazos por la raja se la puse, sin vacilar hasta los huevos, y con movimientos bruscos la sacaba y la ponía, estaba loca de gozar. No quise acabar entonces la puse en perrito y le sacudí por atrás, así estuvimos mientras le tiraba el pelo, la besaba, la hacia cabalgar, ella a este punto había tenido ya mas de cinco corridas y yo estaba por el segundo, era inevitable.



Se la saque, la levanté, la hice que se cuelgue de una rama de un árbol y quedando a la altura de mi pija la culee por el culo hasta que acabamos los dos juntos y quedamos exhaustos, entonces ella se bajo del árbol y me limpio el sable.



 



Mas o menos a cien metros de donde estábamos había una laguna, pero esa es otra historia mas sabrosa, y es la que viene.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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