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Categoría: Incestos

El voluptuoso cuerpo de mamá III

- ¿Queres verme en tanga hijo?

Fue lo único que escuché, esa pregunta me retumbó por toda mi mente una y otra vez, no podía creer que me viniera a pedir eso ella misma. Yo, un tonto invalido recibiendo una petición de una mujer tan hermosa y voluptuosa deseada por un montón de hombres y que encima sea mi madre, lo hacía más morboso todavía, como dice el dicho “lo prohibido es más excitante” o era algo así, no lo sé, en este momento no podía pensar con exactitud. Ella, una madre tan guardada, viniendo a mi propia pieza para preguntar si se podía desvestir al frente de su hijo era de lo más excitante que tuve en mi vida, ¿Por qué me sucedía todo esto a mí? No lo podía creer, era un suertudo

Ahí estaba ella, parada enfrente mío, esperando mi respuesta en puntitas de pie y con los brazos atrás de su cuerpo, era imposible negarse a cualquier cosa que te pedía en esa forma

- ¿Q…? ¿Qué? - Alcancé a decir muy bajito

Con verme la cara de sorprendido y de felicidad, ya había obtenido la respuesta que ella necesitaba, me sonrió con una cara de gatita satisfecha y empezó a actuar.

Empezó a recorrer su cuerpo con las manos arrancando desde sus piernas hasta su cabello haciendo al mismo tiempo un baile demasiado caliente, me hizo recordar a las chicas que hacen strip-tease en los clubes, ya se me estaba poniendo la pija dura con solo ver como su cuerpo se movía de una forma tan provocadora, no pensé ni por un momento de que mi mama me podía hacer eso y para mí sólo.

Agarró con sus dos manos la pequeña abertura que había en la parte de arriba de sus pechos de la bata dando a entender que estaba a punto de abrirla para mostrarme todo su excelente cuerpo, pero la muy forra se quedó esperando unos segundos así para darme más suspenso, me miraba con esa cara de puta que no la conocía, pero me encantó.

Lentamente fue separando cada extremo de su prenda y fue apareciendo sus redondos pechos, era increíble, tenía un sujetador de color rojo, pero prácticamente no tapaba casi nada, era demasiado chico, pero a la vez muy excitante, esos pechos te daban ganas de verlos desnudos, quería saltar encima de ella y arrancarle a la fuerza ese sujetador, pero no podía, mira si arruinaba todo y la asustaba, nunca más me iba a dar otra oportunidad. Dejó caer completamente la bata al piso y ahí estaba ella, en lencería muy sexy de color rojo enfrente mío, bajé mi mirada hacia su entrepierna y ahí tenía su tanga tan deseada, mi posición me dejó ver su entrepierna de una manera muy clara. Casi me da un ataque ahí mismo. Se le marcaban los labios de la concha en la tanga roja que tenía puesta. Pero de una forma escandalosa. Podía advertirse que mi mama tenía los labios bien grandes y se notaba la rajita en el medio, marcándose todo en la tela. Se dio vuelta para que pueda mirarle su trasero y casi me muero de un infarto, no le cubría nada esa tanga, solo unos hilos en la parte de arriba de su cola para después se metiesen, entre esas escandalosas cachetes, se la miraba y se notaba que era muy redonda, firme, sensual, excitante… y sus piernas no se quedaban atrás, mi mama parecía una de esas modelos que tenían un tremendo cuerpo… tenía unas piernas bien trabajadas por el ejercicio que hacía cada tanto. Si la mirabas desde arriba tenía la forma de un corazón, era extremadamente grande su culo, me miró de reojo y me dijo…

- ¿Y… te gusta?

Me preguntó mirándome con su cara angelical, le respondí que si moviendo mi cabeza ¿Qué si me gustaba? Dios mío, mi mama tiene una cola perfecta y me la estaba mostrando, nunca pensé que se vería todavía más grande sin nada que le tapase, solo unos diminutos hilos que aparecía en la parte de arriba de sus nalgas.

Por un momento pensé en mover mi mano hacia allí, esta vez estaba casi desnuda y sin nada nada que le cubra esos hermosos cachetes, pero me contuve.

Estuve unos segundos más mirándosela… Cuando mi madre me pregunta

- ¿Ya estas satisfecho?

Se reía, me hubiera gustado pedirle si se podría abrir los cachetes de su culo para verle cuanto le tapaba esa tanga su concha y su agujerito, pero eso ya era pasarse de la raya y estaría yendo muy rápido.

- Siii ma, muchas gracias, sos la mejor madre del mundo – Le dije con tremenda erección encima

Se dio la vuelta y me dio un beso en el cachete de despedida, luego se inclinó bien hacia delante para juntar su bata del piso sin flexionar las rodillas y me dejó la mejor vista que me pudo haber entregado, se le abrieron mucho los cachetes de la cola… tanto que le pude ver un pedacito del agujerito. Me aguanté como pude el gemido. Y más abajo le pude ver su concha tapada por una fina tela. Tenía los labios abiertos, un poco separados por la inclinación, no sé de donde saqué las fuerzas para no abalanzarme hacia ese panadero, correrle la tanga y chuparle todos sus agujeros. Se levantó lo más normal posible y se fue moviendo ese culazo de una manera tan sensual, la muy zorra sabía cómo moverlo para dejarte con la pija parada, era increíble lo que pasó. Tenía que masturbarme, me saqué el short que llevaba puesto como pude e intenté pajearme, pero no pude, me dolía demasiado los brazos, claro, ahora recordaba, el doctor me había dicho que no iba a ser capaz de mover demasiado mi cuerpo por unos días. Al final no podía pajearme por cuenta propia, así que tuve que pasar el resto del día con esta calentura.

Al día siguiente me desperté por unos ruidos que provenían del comedor, escuché a mi madre gritando al igual que mi padre, estaban discutiendo, no había dudas. ¿Le habría contado ella de lo que sucedió ayer? Se me vinieron millones de preguntas, traté de escuchar, pero no oía nada. Pasaron 5 minutos y escuché un puertazo bastante fuerte y a continuación el ruido del auto de mi papá, se había enojado de verdad, de seguro que se iba a ir a un bar a emborracharse o a su trabajo para aliviar lo que había sucedido.

Mi madre vino hacia mi cuarto y tocó la puerta, preguntó si podía pasar y le dije que sí, la notaba con una voz esforzosa, abrió la puerta y se me acercó corriendo para darme un abrazo.

- Vos eres el único bueno en esta casa hijo, no sé qué haría sin ti mi cielo – Me lo dijo llorando.

Si ella sabría de todas las cosas que le quiero hacer no pensaría lo mismo. No sabía cómo actuar, le acaricié el pelo y la espalda para que se tranquilice.

- ¿Qué sucede ma? Me estas preocupando.

- No sé si contártelo, es cosa de tu padre y yo.

- No tengas vergüenza, sabes que podes contar conmigo en lo que sea.

Se quedó pensativa un momento, podía sentir sus tetas en mi pecho, era hermoso sentir esa gran voluptuosidad aprontándose en mi cuerpo, no quería que se alejara ni por un segundo, hasta que dijo

- Bueno te lo contaré, pero me tenes que prometer que no se lo dirás a nadie.

Ya me estaba preocupando, nunca antes la había visto así a mi madre, le dije que “si” lo más rápido que pude, se despegó un poco de mí.

- Ayer cuando tu padre dormía, escuché su celular sonar, atendí lo más rápido que pude para que no despertara y alguien del otro lado dice “¿Amor cuando vas a venir? Te estoy esperando”. Era la maldita zorra de su secretaria, al final tu padre tiene un amante, yo quedé como una estúpida, no dormí en toda la noche, hasta que él se levantó y le dije todo en la cara, lo negó como pudo, se enojó y me golpeó y se fue, de seguro que se fue a revolcarse con la otra perra.

Yo estaba que no me lo creía, nunca pensé que mi padre podía hacerle una cosa así a mi madre, siempre lo vi fiel y buen hombre, me he dado cuenta que últimamente mis padres no se hablaban mucho, pensé que era normal, pero al final era eso que lo mantenía alejado de mi madre. Esa maldita perra que era mucho más joven que él, la he visto un par de veces me acuerdo, es linda pero mi madre le supera por demasiado a esa niñata, no entiendo como mi padre puede acostarse con otra mujer teniendo a una mujer en su propia casa y con tremendo cuerpo.

- ¿En dónde te pegó?… ¿Te duele? – Le acariciaba el lugar en donde le pegó el muy hijo de puta.

- Sí, no te preocupes hijo, no fue nada, pero estoy pensando seriamente en que puedo hacer con tu padre, no me puedo divorciar de él porque si no nos quedaríamos sin dinero y estamos muy bien económicamente ahora.

- Tenes razón, es mejor que no te separes por ahora de él hasta que veamos cómo solucionar esto, yo siempre te voy a querer ma.

- Aww sos tan hermoso hijo, gracias – Me dio un beso muy cerca de la boca

Se quedó acostada en mi cama mirando tele y así pasaron 2 horas, hasta que me dijo.

- Estoy aburrida… ¿Queres que hagamos algo? – Dijo ella poniéndose boca abajo y moviendo sus patitas como toda una adolescente.

- Emmm Sii… ¿Tenes pensado algo?

- Ayer me compré un conjunto de ropa interior nueva, quería saber... si podrías decirme como me queda

Me lo dijo con la misma cara de gatita que me puso ayer, no sé si estaba soñando o qué, pero no dudé ni un segundo en responderle.

- ¡¡¡Siiiiii!!!

Ya se me estaba poniendo la pija dura con solo pedirme eso. Se levantó y me dijo que esperara. Sentí que pasó una eternidad, hasta que veo que se abre la puerta y apareció mi madre, esta vez no llevaba ni su bata ni nada por el estilo, estaba solo con su corpiño y tanga de color violeta, mis ojos se enfocaron en esos pares de pechos gigantes, te daban la impresión de que se iban a salir de tanta presión que le hacia ese sujetador, juro que si estiraba un poco la prenda hacia abajo le podía ver perfectamente sus pezones, esas curvas te daban un infarto, se me hacia la boca de agua, esas pares de tetas tan unidas formaban una línea en el medio que te incitaban a meterte entre ellas. Y su tanga era todavía más pequeña que la anterior, la tela llegaba más abajo que lo usual, le cubría lo justo y necesario. Se da la vuelta veo esos cachetes grandes, esta vez no llevaba los hilos, sino un pequeño triangulo arriba de su inicio de su cola, eso me encantaba más todavía. Empezó a desfilar en mi habitación, parecía esas modelos de televisor que cuando llegaba hasta el final de la pasarela, posan para las cámaras, pero esta vez mi madre estaba posando para mí haciendo de cuenta que yo era la cámara. Las piernas eran grandes y su cola no se quedaba atrás, ese contoneo al caminar hacía que su cola y sus pechos se movieran de un lado para otro, yo estaba tocando el cielo, mi erección no se tardó en hacer presencia, me estaba doliendo de tan apretada que estaba y mi madre se dio cuenta de mi gesto de dolor, así que se paró y me dijo.

- Hijo, ¿Qué te pasa?

- No es nada, no te preocupes por mí… Estas hermosa con ese conjunto.

- Aww gracias, sabía que te iba a gustar, pero anda, decime que te está molestando, como dijiste ayer, vos también podes contar conmigo.

Me moría de vergüenza, no sabía si decirle o no la verdad, tenía miedo de que se enojara

- ¿Me prometes que no te vas a enojar conmigo si te digo la verdad?

- Ayy no tonti, no me voy a enojar contigo, te lo prometo

- Bueno, lo… lo que pasa… es que… me está molestando mi cosa – Señalándole mi pija

Ella inmediatamente miró en donde me estaba señalando y puso una cara de asombro.

- ¿Eso es lo que creo que es?

Estoy muerto, ahora sí que la he jodido, me moría de vergüenza y a la vez intriga de lo que podía llegar a pasar, le dije que sí moviendo mi cabeza.

- ¿Se te puso así por mirarme? – Se empezó a dibujar una sonrisa en su rostro

- S… Sii

- No pensé que podía provocar esto a mi propio hijo jajaja – Tapándose su boca por la risa

- Lo siento ma, realmente no lo puedo controlar, es que tienes un cuerpo espectacular que todo hombre quisiera tener a su lado.

Realmente no sé cómo dije eso, se me escapó por completo, pero ya no me importaba nada, era ahora o nunca.

- ¿Eso es lo que piensas de tu madre? ¿Qué tiene un cuerpo espectacular? Yo me veo un poco gorda

Me lo dice a la vez que mira y toca sus tetas, lo hace para arriba y para abajo como comprobando el peso que tiene, yo estaba con la boca abierta, jugaba con sus pechos apretándose una, luego la otra. En un momento se da la vuelta y mira de reojo su cola, dirige una mano hacia un cachete y lo aprieta, se le escurrían de las manos por tanta carne que tenía, esa mano no podía abarcar toda su cola, era demasiada grande, después empieza a darse nalgueadas ella misma en cada cachete de su culo y la vez me dice.

- ¿Quién va a querer esto? Nadie va a querer a una gorda como yo – Y lleva sus dos manos para agarrarse sus tremendas nalgas

¿Lo decía de broma?, yo estaba que me desmayaba ahí mismo, me estaba provocando la muy zorra, no había dudas.

- ¿Ma vos me estás jodiendo? Tenes el cuerpo más perfecto que he visto en toda mi vida, cualquier hombre mataría por tener un cuerpo como el tuyo en la cama.

- Aww mi vida, como te quiero, al menos no pensas lo mismo que tu padre.

Deja de tocarse y me mira con sus ojos brillosos, sabía que algo más iba a suceder aquél día.

- ¿Te sigue molestando tu cosa? – Me pregunta señalándome mi pija

No me había dado cuenta de que mi pija seguía erecta, por todo lo que había sucedido se me había olvidado del dolor, hasta que me hizo recordar mi mama y empezó a dolerme otra vez, mierda, ahora que haré para que se me vaya.

- Emm… Sii, me aprieta, pero…

- Shhh, basta de rodeos, sácatelo, sino te va a seguir doliendo, no tengas vergüenza, soy tu mama Alex, además ya te he visto el pito cuando eras chiquito.

- ¿En serio? Pero me da vergüenza

- No te olvides que somos familia hijo, no te tiene que dar vergüenza

No podía contrariarla, cuando algo se le mete en la cabeza es difícil sacárselo, así que sin más me levanté como pude a pesar del dolor de mi cuerpo y me fui sacando el short y el bóxer y me senté de nuevo, pero esta vez con mi pija apuntando hacia el techo.

- Wooow hijo, ¡sí que has crecido!

- Ma basta! Me da vergüenza

Se me acercó lo más que pudo y me la miro de frente, estaba con los ojos bien abiertos y sorprendida.

- Ahora que te la miro mejor la tenes más grande que tu padre

Hice una pequeña risa, ese halago realmente me calmó muchísimo, pero aun así tenerla a mi madre tan cerca de mí y con la pija a todo mi esplendor me sentía un poco incómodo, no sé cuántas veces he soñado con tenerla así al frente mío y solo con su sujetador y tanga.

- Bueno hijo, te dejo tranquilo, se te va hacer medio imposible dormir con esa cosa en ese estado, así que te dejo para que puedas hacértelo tú mismo a esa tareita.

- Pero ma, ese es el problema, no puedo hacerlo, me duele todo el cuerpo cuando intento hacerme la paja

Al escuchar esa palabra mi madre puso una cara de incomodidad, aunque luego volvió a su cara normal y eso me tranquilizó un poco.

- Así que mi nenito necesita la ayuda de su mami, no?

Me lo dijo con su voz tan sensual y provocadora que mi pija dio un saltito por la excitación. Moví mi cabeza diciéndole que sí. No esperó más y se me acercó nuevamente, se puso de rodillas y su mano hizo el primer contacto con mi pija, me la acariciaba tan despacio como cuando un animal investiga la zona de su presa, me empezó a tocar desde la base hasta la punta con una mano y con la otra mis bolas, los manoseaba y los apretaba. Me tocaba el glande de una forma que me derretía, ella estaba tan cerca viendo como su nenito había crecido tanto, parecía hipnotizada, sentía su respiración en mi pito, recorría cada rincón hasta que empezó a mover su mano hacia arriba y abajo, al principio lo hacía lento hasta que sus movimientos se fueron acelerando que ya me estaba haciendo una paja asombrosa.

Podía ver como sus pechos se movían de una forma tan excitante, arriba y abajo, arriba y abajo, se le estaba por escapar una teta de su corpiño si continuaba así, me estiré para atrás y apoyándome sobre la pared estuve más cómodo y podía disfrutar más. No podía creer que mi mama me estaba haciendo una paja, movía su mano de una forma tan asombrosa que sentía que era un sueño, ella se acomodó mejor y se puso en 4 patas y me siguió pajeando, sin dejar de pajearme puso su cara encima de mi pija y dejó caer un poco de saliva.

- Así se desliza mejor bebe

Me dijo tras sonreírme, sentí como su mano se deslizaba mejor sobre mi glande y mi tronco, se escuchaba el ruido de la paja, subiendo y bajando con su mano, repleta de humedad y yo aguantando como podía.

- ¿Te gusta que mami te haga la paja?

Al escuchar eso ya no pude aguantar más, era la primera vez que la escuchaba hablar así, y lo hacía para calentarme más, moví mi cabeza diciendo "si" y ella sonrió.

- Ohhhhhhh – No pude aguantar el gemido al escucharla hablar así

Ella se dio cuenta que estaba por acabar y apretó mi pija hasta que salió el primer chorro que fue a parar a su cara, el segundo y tercer chorro fue con menos potencia que terminó en su mano, que quedó completamente manchada. Mi madre se levantó y llevó uno de sus dedos hasta su cara, pasándose por el semen que le dejé y una vez que juntó todo se lo llevo hasta su boca para saborearlo, sacó su lengua y se limpió toda la otra mano que tenía lleno de semen con la que me había pajeado, la dejó limpia a su mano, se acomodó bien su corpiño.

- Buenas noches hijo, ahora si vas a poder dormir bien – Me dijo eso y se fue caminando moviendo ese tremendo culo que tiene sabiendo que la iba a mirar.

Quedé exhausto y me dormí enseguida.

Continuara…

Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 0
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